
Dos clásicos simultáneos
Dos grandes estrellas del repertorio académico, Don Quijote y La Sylphide, coincidirán a partir del martes en la cartelera porteña
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Los balletómanos suelen sobrellevar meses de abstinencia por falta de propuestas, pero saben que Buenos Aires cada tanto aporta convocatorias a veces sorprendentes. Como las que despuntarán en la semana entrante, todo un salto del ayuno al festín. El martes 3 subirán a escena dos peso-pesados del repertorio académico: La Sylphide , por el Ballet del Teatro Colón, y Don Quijote , a cargo de una excepcional troupe visitante, el Ballet Nacional de Kiev. Los dos en el mismo día, uno en el Colón y el otro en el Coliseo. Por suerte para los aficionados, ambos elencos reiterarán sus performances en varias funciones.
De Ucrania, con amor
La presentación del Ballet Nacional de Kiev es el primer paso de una breve temporada balletística de lujo, producida por la firma Texoart, que ocupará el escenario del Coliseo. El ciclo continuará en septiembre con el ensemble catalán Transit Dansa, que traerá un hit, su Somorrostro , homenaje de la coreógrafa española María Rovira a la mítica bailaora Carmen Amaya. También en setiembre el Coliseo se iluminará con la presencia de Sylvie Guillem, una de las cumbres (en actividad) del ballet europeo; acompañada por Russell Maliphant ofrecerá Push , un espectáculo concebido para lucimiento de sus prodigios, gestado por el Sandler Wells Theatre de Londres. El cierre, en octubre, será con el Ballet Ruso de San Petersburgo, con El lago de los cisnes , versión rigurosa de la coreografía original de Petipa-Ivanov con música de Tchaikovsky.

Por ahora, un
Don Quijote
que promete. Organismo residente de la Opera Nacional de Ucrania, el Ballet de Kiev fue fundado hacia 1867 y cimentó su prestigio con aportes de verdaderas leyendas del teatro Bolshoi de Moscú (Serge Lifar, Maya Plissetskaia, Nadiezhda Pávlova), así como otras del Ballet del teatro Kírov de Leningrado (hoy Mariinsky de San Petersburgo), como Irene Kolpákova y Vladimir Malakhov. Actualmente pasean el repertorio clásico del ballet ruso en giras por todo el mundo y, si bien la información no consigna a los solistas ni al repositor de este
Don Quijote,
cabe barruntar el genuino "sello de origen" de esta versión.
Cinco funciones, desde el martes hasta el domingo, exhumarán en el Teatro Colón el misterioso halo de La Sylphide , una de las piezas fundantes de la historia del gran ballet europeo, literalmente resucitada por el maestro y coreógrafo Pierre Lacotte el día de año nuevo de 1972, en circunstancias especiales: el estreno fue a través de la Chaîne 2 de Francia, como emisión inaugural de la TV color en ese país. Lo interpretaron la legendaria Ghislaine Thesmar y Michaël Denard, los mismos que, poco después, habrían de bailarlo en Buenos Aires.
Fue en 1974, en efecto -"con el marco en las calles de las exequias de Juan Domingo Perón, por lo que suspendimos algunos ensayos", según recuerda Silvia Bazilis-, cuando Pierre Lacotte (1932) aterrizó en el Teatro Colón y dejó allí su impronta con esta obra capital de la danza académica del siglo XX, producto de una investigación de los trazos que, en la primera mitad del siglo XIX, le había conferido el genio escénico de Filippo Taglioni sobre libreto original de Adolphe Nourrit (luego reelaborado por el danés Auguste Bournonville). Se difundió en países de Europa -según Lacotte, asumido en el oficio de "historiador de la danza"- no antes de 1846, y compartió con Giselle aquel género que sabía fundir lo maravilloso-fantástico con lo terrenal: el caballero escocés James, ya comprometido con la joven Effie, se enamora de una criatura etérea solo visible para él.
El fulgor de Ghislaine Thesmar, luego de la función de estreno de 1974 en el Colón, reapareció en el talento de Olga Ferri (una función) y después en el de Silvia Bazilis, la proverbial intérprete que lo hizo suyo, durante años, en pareja con Gustavo Mollajoli y con Daniel Escobar; también lo encarnó Cristina Delmagro y, en la reposición de 1994, Lacotte lo asignó a Cinthia Labaronne, quien poco después se fue con el maestro a París y ya no regresó.
Ahora, a partir del martes, en el nuevo montaje que condujo el repositor Gil Isoart, la pareja central de La Sylphide se corporizará en las virtudes de la experimentada y celebrada Karina Olmedo y de Juan Pablo Ledo -más joven que su compañera, pero probado partenaire-, mientras que en el segundo elenco los personajes de la etérea criatura y de James recaerán en Carla Vincelli y Federico Fernández. Effie, por su parte, se identificará con las figuras de Maricel De Mitri, Nadia Muzyca y Macarena Jiménez.
La Orquesta Estable del Colón, conducida por Javier Logioia Orbe, ejecutará la rara partitura de Jean-Madeleine Schneitzhoeffer. El diseño escenográfico final, según el boceto tradicional de Pierre Ciceri, responde a una reelaboración realizada en el Teatro Colón, para el espacio en el que transitarán situaciones y seres -a veces fastasmales-, valorizados por el iluminador Rubén Conde. El Ballet de la casa, bajo la dirección de Lidia Segni, volverá a movilizar así el diseño coreográfico que Lacotte reconstruyó a partir de los bocetos que dejó el gran Filippo Taglio
PARA AGENDAR
- La Sylphide: Por el Ballet Estable del Teatro Colón.
Teatro: Colón, Libertad 621.
Martes, miércoles, jueves y sábado, a las 20.30; y domingo, a las 17.
Entrada: Desde 30 pesos (boletería: Tucumán 1171)
PARA AGENDAR
- Don Quijote: por el Ballet Nacional de Kiev
Teatro: Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125.
Martes, miércoles y jueves, a las 20.30.
Entrada: desde 200 pesos


