
"Woyzeck", en el San Martín
El viernes se estrenará una pieza capital en la producción del Georg Büchner
1 minuto de lectura'

En su corta vida, el dramaturgo alemán y médico Georg Büchner produjo en el teatro europeo una gran conmoción a través de obras como "La muerte de Dantón", "Leonce y Lena" y "Woyzeck". Sobre todo esta última: la tercera e inconclusa a causa de su muerte. Material de exploración por los géneros más variados como el cine o la ópera, conoció innumerables versiones. Las más presentes son la ópera "Wozzeck", del compositor alemán Alban Berg; la película de Werner Herzog; y hasta un musical, de Robert Wilson y Tom Waits.
Material favorito de discusión en las escuelas de actuación y objeto de infinitos análisis, la obra está basada en la historia real de un soldado alemán llamado Friedrich Johann Franz Woyzeck y hace una mirada expresionista a los efectos deshumanizantes de los hombres de poder y las mujeres que pasaron por su vida.
El Teatro San Martín estrenará pasado mañana, en la sala Casacuberta, una nueva versión de esta obra, bajo la especial mirada de Emilio García Wehbi. El elenco está encabezado por Guillermo Angelelli y Maricel Alvarez, además de Fernando Llosa, Muriel Santa Ana, Federico Figueroa, Ricardo Félix, Horacio Marassi, Blas Arrese Igor, León Dogodny, Eva Carrizo Villar, Norberto Laino, Cecilia Candia y Ezequiel Finger.
No es una idea del teatro oficial, sino del terceto que integran García Wehbi, Angelelli y Alvarez. En 2004, cuando hacían "Hamlet de William Shakespeare", de Luis Cano, en el Sarmiento, los dos personajes centrales decían unos parlamentos que correspondían a "Woyzeck". Medio en broma, medio en serio, surgió la idea de hacer esta obra. Empezaron a trabajar esporádicamente, hasta que le presentaron el proyecto a Kive Staiff, director general del teatro. Quedó en carpeta un tiempo y fue aceptado.
Con un staff tan alternativo es de suponer que esta versión no se trata de una simple traducción de la obra de Büchner. Es más bien una reelaboración. Se basa en los manuscritos del autor, muchas veces desechados, escenas desconocidas, cambios de personajes y una organización narrativa completamente diferente, de la que Ricardo Ibarlucía es su autor. “Es una traducción-versión que hace este filósofo que trabaja sobre estética, es poeta y conoce mucho el trabajo de Paul Celan que, en cierta forma, está atravesando esta puesta”, explica García Wehbi. “Lo que propusimos fue cruzar las poéticas de escena a través de las poesías de Celan con el texto de Büchner. Porque Celan es deudor, en términos literarios, del dramaturgo alemán. En ese sentido, empezamos a amalgamar el material y Ricardo hizo un trabajo de reescritura, reelaboración, reinvención de escenas para darle un poco el marco contemporáneo a la puesta.”
La obra comienza en un estilo cercano al teatro épico, en una feria de fenómenos, donde el Charlatán presenta a los personajes e introduce en la historia. Luego se cruzarán los poemas de Celan en forma de canciones y una transformación que llena de ansiedad. “Así, personajes que en el original son casi mínimos, en esta puesta son muy importantes. Como el Charlatán de Feria, que hace las veces de comunicador brechtiano. Ese fue el proceso de escritura en el que estuvimos trabajando cerca de nueve meses y lo seguimos reelaborando en los ensayos. Es la ventaja de tener al dramaturgo o al adaptador al lado de uno”, explica Wehbi.
También música
Los poemas de Celan están musicalizados por Cecilia Candia y se interpretan en escena por tres músicos y los mismos actores. “Yo toco el violín. Hace mucho que no lo hacía”, adelanta Guillermo Angelelli. “Ezequiel es percusionista, Fernando Llosa toca el cello y el bajo eléctrico, Cecilia el oboe y la flauta dulce y Federico es acordeonista. Los demás van interpretando alternativamente distintos instrumentos como el oboe, el vibrafón, el xilofón y el sordón. La formación es extraña y eso da una sonoridad particular. Es que Cecilia Candi propuso un tipo de musicalidad que raya entre lo popular lo contemporáneo”, agrega García Wehbi.
“Quizás el pensamiento trágico o la idea de un final desesperanzado” sea lo que une a Büchner con el autor de libros como “Amapola y memoria” o “De umbral en umbral”, explica Ricardo Ibarlucía. “Los poemas son musicalizados y comentan la acción y la proyectan sobre el telón de fondo de la cultura contemporánea, dando lugar a una reflexión sobre la significación actual del drama de Büchner y su implacable sátira del arte, la ciencia y la filosofía”, agrega.
Y la impresionante escenografía de Norberto Laino, seguramente en sociedad con el vestuario de Mirta Lisñeiro y la iluminación de Alejandro LeRoux, dan un aire cinematográfico. “Vimos a Herzog como referencia, pero no tomamos nada. El es muy fiel al original en la construcción de la dramaturgia. Hay otra película: «Freaks», de Tod Browning, que nos sirvió para los elementos que iluminaban lo visual y lo conceptual. Inclusive en el vestuario hay elementos que se refieren concretamente a esta película. También hay un pequeño relato de Kafka, que es una reescritura que hizo Ricardo de un fragmento de «América», una de sus novelas inconclusas”, describe el director.
El personaje Woyzeck siguió a Angelelli desde los comienzos de su carrera. Le atrajo desde el conservatorio, hizo una parodia cuando integraba el Clú del Claun y hasta dio con “Wozzeck” el examen de regie en el Colón. “Nunca entendí muy bien por qué me atraía tanto, porque la historia me parecía muy simple. Siempre que la termino de leer, o de ver la película o de escuchar la ópera me queda el mismo resabio: hay algo que me sorprende y no termino de entender muy bien por qué. Es mucho más fuerte el recuerdo que me queda, que el encuentro que tengo con el material cada vez. Eso es rico porque te deja saboreándola”, explica el actor.
Podría decirse que la obra y el personaje son un comentario sobre las condiciones sociales a partir del abuso de poder y el desprecio por la pobreza. Es reflexiva y a través de sus sucesos y sus personajes, Büchner plantea interrogantes existencialistas. Son arquetipos sí, pero fuertes y determinantes de funciones sociales y figuras simbólicas del comportamiento humano. “Creo que el personaje tiene varios significados, depende de la lectura que uno se disponga a hacer. Hay cosas que pueden tomarse desde lo social. De ver la lectura que prima en la puesta. Cómo se puede llegar a ese embrutecimiento desde el individuo y lo que se ve también de toda la sociedad. Porque, fundamentalmente, no es más que un emergente de lo que sucede en una ciudad absolutamente embrutecida”, reflexiona Angelelli. Pero no le busca el significado a la hora de encararlo. Simplemente se mete en él y punto.
1- 2
Sydney Sweeney y Amanda Seyfried cuentan cómo fue trabajar juntas y qué lugar de la Argentina quieren conocer
- 3
Del día de playa de María Vázquez y Andrea Bursten a los looks de Juana Viale y Nicole Neumann en Punta del Este
4Relaciones secretas, romances escandalosos y pasiones que marcaron una época: cinco amores que hicieron historia

