En Argentina, tierra de amor y venganza la China personifica a la aguerrida Raquel, una muchacha polaca que llega engañada al país y es obligada a prostituirse. Su gran amor es Aldo (Gonzalo Heredia), un hombre que intenta salvarla de aquel tormento, pero que termina casado con la malvada Alicia (Mercedes Funes), cuando la mujer le hace creer que es la madre de su hijo.
Vicuña, en tanto, se pone en la piel de Torcuato, uno de los malvados de la historia. El actor chileno es el responsable de muchos de los crímenes -asesinatos incluidos- que pueblan la telenovela de época, y aunque está involucrado en la trata de mujeres, no es el principal responsable de la situación de Raquel.
Cuando promediaba la primera parte de la historia, en su carácter de socio de Trauman (Fernán Mirás), Torcuato conoció a Raquel en una de sus incursiones al burdel y quedó prendado de su belleza.
Más adelante en la trama, sus personajes volvieron a juntarse en el hospital. Allí, Ferreyra intentó amedrentarla y convencerla de que deje en paz a su cuñado, Aldo. Ese fue el último cruce entre los actores en la trama, hasta ahora.
Este jueves, los personajes de la China y Benjamín volvieron a cruzarse y protagonizaron algunas de las escenas más fuertes y violentas de la novela. Desesperado y luego de haber descubierto la traición de sus seres más cercanos, Torcuato cae en la trampa de Mecha (Soledad Fandiño) y se presta al plan de asesinar a Raquel para vengarse de Aldo.
En una jornada en la que todos los personajes deben acudir a la comisaría para prestar declaración sobre todas y cada una de las acusaciones que Lucía (Delfina Chaves) dejó impresas en su libro, Trauman decidió dejar encerrada en el burdel a Raquel. Mecha, entonces, le avisó a Ferreyra y, mientras "distraía" a Basualdo (Mateo Chiriano), el hombre de confianza del proxeneta, le dejó el campo libre a los hombres de Torcuato para que entren a secuestrarla. Allí, se produce el violento encuentro entre ellos, que promete no terminar de la mejor manera.
