Argentina, tierra de amor y venganza: mientras la banda entierra a sus muertos, Gabriel recibe la peor noticia
Luego de la emboscada que derivó en la matanza de Alambre (Fausto Bengoechea), Alí (Ariel Pérez de María), Ruth (Tamara Liberati) y Dina (Luli Torn), la banda y sus seres queridos juraron vengarse. En estos últimos capítulos de Argentina, tierra de amor y venganza la guerra está declarada y nadie tiene su vida asegurada.
En principio, Torcuato (Benjamín Vicuña) quiere abandonar el refugio de Trauman (Fernán Mirás) y le pide a Alicia (Mercedes Funes) que recoja las cosas. Esto provoca un enfrentamiento entre los hermanos, porque ella quiere pasar por su casa a buscar sus joyas, los galgos y los cuadros. El anfitrión, entonces, pierde la compostura y se da cuenta de que tenerlos allí es un peligro. Para complicar aún más las cosas, uno de sus hombres llega para informarles que la manzana está rodeada de policías. Cuando Julián (Tomás Kirzner) y sus hombres llegan al lugar, lo encuentran vacío.
En el velatorio de los cuatro caídos, los miembros de la banda, Malek (Franco Quercia), Carmen (Maite Lanata), Helga y Paco (Mariano Saborido) juran vengarse y se dan cuenta de que todo fue una trampa: la casa que les cayó del cielo y que querían convertir en refugio, la muerte de Torcuato... Atando cabos, se dan cuenta de que hay datos con la que Ferreyra y Trauman contaban sin que ninguno de ellos se los hayan facilitado.
Cuando Helga llama a la casa de los padres de Dina para avisar sobre su asesinato, la madre niega tener una hija. Eso entristece a la muchacha ucraniana, que es contenida por Carmen y Raquel (China Suárez). Jamandreu, a su vez, le hace entender a su amigo que su padre, Alí, lo amaba y le dice que debe vivir siendo coherente con lo que siente. En ese momento llega Alfonso (Sebastián Sinnott), el antiguo amor del muchacho, para acompañarlo en este duro trance.
Marie (Macarena Paz), la espía de Torcuato, sigue viviendo en el conventillo y continúa mintiéndoles a todos, diciendo que fue él quien la vendió a un burdel del que finalmente pudo escapar. Cuando Julián llega al conventillo sin novedades, Aldo (Gonzalo Heredia) estalla. Él y Helga (Daryna Butryk) están llenos de culpa, odio y dolor y no pueden esperar para llevar a cabo la venganza.
Malena (Johanna Francella) y Lidia (Minerva Casero) acompañan a Gallo (Matías Mayer) y tienen una conversación sobre la relación que mantienen con él. La más joven de las hermanas Morel le pide a la periodista que la deje quedarse junto a él hasta que despierte. Malena entiende la situación y accede a su pedido. Algo parecido ocurre entre Francesca, que aún está convaleciente, y Lucía. Las dos concuerdan en que, si los hechos hubiesen ocurrido de otra manera, ellas se habrían hecho grandes amigas.
Helga, Carmen y la Polaca intentan que los restos de Ruth sean sepultados en el cementerio judío, pero el sepulturero las echa porque allí solo pueden ser enterradas las "mujeres de bien". David (Gastón Cocchiarale) intenta interceder, pero su "relación" con Trauman hizo que la comunidad lo repudie. El joven solo consigue consuelo en Francesca (Malena Sánchez): "Hagamos una promesa: si en 20 años ninguno de los dos estamos casados, ¿nos casamos?", le propone, y él acepta.
En su encierro, Gabriel (Federico Salles) le entrega la llave de su caja fuerte a Galvez para que busque dinero y extorsione a los funcionarios antes de que dicten sentencia por el asesinato de Julia. El hombre tiene apenas unas horas para conseguirlo.
Al otro día, el abogado no aparece y, aunque Gabriel se niegue, termina patrocinado por un defensor público. Finalmente, lo condenaron a 25 años de prisión en la cárcel de Ushuaia.
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