
Diego Capusotto: la graciosa práctica del absurdo
Con sus personajes consagrados y otros nuevos, el lunes vuelve a Canal 7 con su programa de humor
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Mediodía en el barrio del Abasto. A unas tres cuadras, el shopping concentra a la mayoría de los visitantes –turistas y nativos– que, atraídos por la tradición tanguera, calman su apetito por conocer la cultura que define a Buenos Aires adquiriendo las marcas que dominan el marketing en la aldea global. A los costados, las avenidas Corrientes y Córdoba trasladan en automóvil el impaciente apuro de quienes deben llegar a cumplir con sus compromisos laborales en el centro o la zona norte de la ciudad. Pero en las calles internas del barrio, el vacío, el silencio y el calorcito tibio del sol a esa hora, en un día de invierno en retirada, invitan a andar en bicicleta como si fuera un feriado.
En medio de esa tranquilidad, Diego Capusotto y sus amigos graban algunas de las afiebradas tomas que conformarán las escenas de las que se nutrirá la quinta temporada de Peter Capusotto y sus videos que se podrá ver, a partir de pasado mañana, los lunes, a las 23, por Canal 7.
Cuestión de practicidad
La elección del barrio podría ser interpretada como una cristalización del absurdo de que sea una zona de raíz tanguera la que albergue la creación de un ciclo en el que el rock es el disparador de las ocurrencias humorísticas. O, desde otro punto de vista, que un lugar en el que florece uno de los símbolos más significativos del consumismo actual sea donde Bombita Rodríguez y sus ideales revolucionarios de los 70 queden registrados para hacer reír a cientos de personas que siguen sus divertidos disparates.
Pero nada de esto es correcto. La verdad es que el equipo de producción encabezado por Pedro Saborido, y secundado por el productor general Daniel Morano y el ejecutivo Victor Vietri salen a grabar por las calles del barrio que vio crecer a Carlos Gardel, simplemente porque en él se ubica la productora en la que se realizan los trabajos de interiores del programa. Un estudio pequeño, en el que una tela verde (que en la jerga técnica se llama croma y sirve para insertar imágenes de fondo detrás de una figura registrada previamente), unos cubos de madera pintados en verde fluorescente y violeta, dos cámaras y varios disfraces con los que Capusotto adapta el cuerpo para los distintos personajes que interpreta, alcanzan para hacer un ciclo que nació con la austeridad obligada de un proyecto cuyo capital más importante es el ingenio y el talento humorístico. Un programa que surgió con la única pretensión de llenar algún espacio pequeño en una señal musical de cable, pero al que las recomendaciones del boca a boca lo llevaron a ser una estrella en el sitio de videos Youtube de Internet y que luego, gracias la necesidad de humor en la grilla del canal estatal consiguió un sitio en esa emisora que lo impulsa cada día más a una trayectoria regada de premios y elogios.
Escenas del trabajo cotidiano
Las grabaciones se hacen en general en jornadas de nueve horas, que se alternan con otras de cerca de cinco horas. Se vienen realizando en forma continua desde hace un mes y medio para completar los ocho episodios que tendrá esta nueva temporada. En ellas, una vez finalizadas las tomas en estudio, el equipo sale a buscar fachadas de pintura descascarada, la vidriera de un modesto café de barrio, el portón de una vieja fábrica abandonada embadurnado de graffiti o la puerta de entrada de alguna casa de principios del siglo pasado para que sirvan de telón de fondo a las escenas que registran los parlamentos de algunos de los personajes con los que da gracia Capusotto. Dos camarógrafos, con sus equipos al hombro, toman los movimientos y gestos que realiza. Una vestuarista y maquilladora acompaña al actor para tener a mano los disfraces y el retoque de las máscaras con que se apoya éste para componer sus interpretaciones. El libreto siempre está al alcance de su mano y continuamente, mientras se trasladan de un sitio a otro, Capusotto repasa la letra. Pedro Saborido, quien hace los guiones con la colaboración del propio protagonista del ciclo, va leyendo los parlamentos con él y agregando gags que se le ocurren en el momento.
"¡Muevo las manos porque soy latino! ¡Las muevo para arriba! ¡Las muevo para abajo! ¡Las muevo para un costado! ¡Y para el otro...!", recita el actor con acento caribeño, vestido de un nuevo personaje que se llamará Latino Solanas, gesticulando fervorosamente con sus extremidades, junto a la puerta de un bar. Saborido percibe que a la escena le puede agregar un remate más gracioso. Le propone a Capusotto que al decir la última línea ponga los dedos en el canto de la puerta y él, entrando al bar se los apretará. Lo hacen. "¡Ay, carajo, qué dolor latino...!, remata Capusotto, pegando un salto y chupándose los dedos supuestamente lastimados. Un grupo de oficinistas que, desde una mesa cercana, observa la escena rompe en una sonora carcajada. Una pareja de jubilados que camina lento, del brazo, bajo el sol, por la vereda de enfrente, se da vuelta. El le pregunta algo a su mujer (quizás en qué canal salen esos locos). Ella se encoge de hombros. Siguen caminando como si no pasara nada. Pasa un camión repartidor de bebidas y uno de los peones grita: "¡Chau, fassssooo!", saludando a Capusotto. Este levanta el pulgar que hace un rato fingió lastimarse y sonríe. Un asistente le alcanza el guión, que inmediatamente se pone a repasar, mientras Saborido y los camarógrafos se ponen de acuerdo sobre cómo serán las próximas tomas que harán metros más allá.
A esta altura del partido, las jornadas como éstas se acabaron. El proceso que ocupará a los miembros del equipo es el de editar el trabajo que hicieron en el último mes y medio. De ese proceso participa Pedro Saborido, quien en la isla de edición recién considera que queda completo el trabajo que inicia cuando se sienta a garabatear en la computadora las primeras ideas de los guiones. Lo acompañan, entre otros, los responsables de la edición y la gráfica, Maximillian Hedgemann y Diego Baum, el encargado de los archivos de video, Marcelo Iconomidis, Jorge Arias, a quien conocen como Tata, creador de la música original y las canciones del programa.
En la nueva temporada estarán Pomelo, Bombita Rodriguez, Micky Vainilla y el Emo, entre otros, y se incorporarán personajes nuevos como Latino Solanas y una banda de rock que no reivindica a Maradona ("No porque tengamos nada contra él, sino por hacer lo contrario a lo que hacen los rockeros", aclara Capusotto), entre otras ocurrencias que seguramente formarán parte de una serie acotada, pero de un humor que busca mantener su efectividad.




