
Las hadas tienen su reality show
Nickelodeon estrena Fairy Idol
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Comenzaba el año 2000 y Butch Hartman, un animador de bajo perfil, tenía el visto bueno del gigante infantil Nickelodeon para desarrollar su primera serie. Se le había ocurrido una historia, cuyo principal protagonista es Timmy Turner, un chico de 10 años que debe pasar buena parte del día solo porque sus padres trabajan "full time". Tiene una niñera bastante déspota, por eso convoca a sus "hados padrinos" para que lo socorran a tiempo. Fairly Odd Parents o Los padrinos mágicos por estas latitudes fue un éxito sin precedente en los Estados Unidos.
Aquí tardó en ser televisada y sus derechos los adquirieron Jetix y Disney (que aún ponen en pantalla sus primeras temporadas). Nickelodeon Latinoamérica decidió hacerse cargo de ese éxito y ahora televisa la última temporada. Precisamente esta señal infantil hoy, a las 10, emite una de las películas para televisión que se hicieron sobre los personajes de la serie. El título es Fairy Idol, y lo llamativo es que es una suerte de parodia del reality show American Idol.
"Creo que el fenómeno de los realities en la televisión ha cobrado vida propia y quería hacer un episodio especial que resultara divertido con este género. American Idol es un programa con el que muchos niños se identifican y es muy popular en el nivel mundial", dice Butch Hartman.
La vuelta de tuerca la encontró con uno de los personajes "malos": Norm, que está cansado de ser genio. Ya tuvo suficiente con tantos amos molestos a quienes les sirvió por muchos siglos, entonces formula un plan siniestro para cambiar su vida de genio por un trabajo más tranquilo como el de "padrino mágico". Cuando se entera de que cualquier hada, genio o duende del universo que lo desee puede postularse para la vacante de "padrino mágico", engaña a Cosmo y a Wanda para que renuncien a su trabajo como protectores de Timmy. Para eso crea a un clon del chico que se porta muy mal con sus seres mágicos, quienes, cansados, renuncian. Por eso, Norm parte rumbo al Mundo Mágico para inscribirse en una competencia de talento en la que todas las criaturas mágicas tienen chance de participar en un casting televisivo para convertirse en el próximo Fairy Idol.
Se descuenta que el episodio de una hora tendrá más repeticiones a lo largo del mes.





