Top Five: personajes excéntricos del cine
El estreno de The Master amerita un repaso por algunos extraños individuos de la pantalla grande; pasen y vean
1. JEFFREY "The Dude" LEBOWSKI ( El gran Lebowski, 1998, Joel Coen)
Si bien gran parte de la filmografía de los hermanos Coen está plagada de personajes fuera de lo común, exacerbados (incluso quienes se esconden detrás de sus escritorios, sello autoral de los realizadores), muy pocos están a la altura de The Dude (o "His Dudeness", o "El Duderino", como prefieran llamarlo). Los motivos sobran y los conocemos ya desde el inicio, cuando Jeffrey Lebowski quiere pagar un envase de leche con un cheque, enfundado en su clásica bata marrón. Sin embargo, lo que hace de El gran Lebowski una comedia superlativa es la decisión de situar a un personaje totalmente desinteresado por lo que sucede a su alrededor (aunque fiel a sus amigos, al bowling y al White Russian) en un mundo que le es completamente ajeno, y que bordea lo extraordinario. Nunca traicionando su esencia, The Dude se comporta, durante toda esa seguidilla de hechos bizarros (confusión de identidades, el robo de la alfombra, el encuentro con los nihilistas y un largo etcétera) tal y cual lo conocimos antes de que esas situaciones se propicien. Debido a esto, y por sobre todo, esta película de los Coen es una gran sátira acerca de quién es verdaderamente un héroe (cinematográfico o de cualquier índole). ¿Es el Lebowski del escritorio o el Lebowski que vaga en un supermercado? Como bien lo explicita la imagen de un brillante Jeff Bridges mirándose en una tapa/espejo de la revista Time, el hombre del año es, sin dudas, y a criterio del espectador, el señor de la bata.
Jeff Bridges en una escena de El gran Lebowski
2. CHAS TENENBAUM (L os excéntricos Tenenbaum, 2001, Wes Anderson)
Más allá de la obviedad en la traducción al castellano con el calificativo "excéntrico", es realmente inevitable no incluir a un personaje del cine de Wes Anderson en esta lista. Todos ellos pertenecen a un mundo con códigos intrínsecos que muchas veces se le volvieron en contra al realizador (creo que ya he manifestado que en Viaje a Darjeeling había un cierto regodeo en ese estilo) y muchas otras (como en la reciente Un reino bajo la luna y en la misma Los excéntricos Tenenbaum) le jugaron a su favor porque, debajo de esos modismos, había efectivamente corazón. Y si hablamos de corazón, y si dejamos a un lado esa inolvidable relación secreta entre Margot, Richie y los discos de Nick Drake, es tarea obligada mencionar a Chas Tenenbaum (Ben Stiller). Tras la muerte de su esposa, su obsesión por la extrema seguridad es tal, que organiza simulacros de incendio para corroborar hasta qué punto sus hijos están preparados para lo inevitable. Como en la reciente y mencionada Un reino bajo la luna, algunas características de los personajes que parecen hilarantes (el amor de Suzy por determinadas novelas) siempre tiene correlación con algo más oscuro y doloroso (su necesidad de escape del círculo familiar). Con Chas sucede lo mismo: su excesiva meticulosidad y compulsión por calcularlo todo (por su alma de ejecutivo) y prever lo imprevisible está respondiendo a su cualidad más enternecedora y predominante: el amor por sus hijos.
Ben Stiller como Chas Tenenbaum
3. FREDDIE QUELL ( The Master, 2012, Paul Thomas Anderson)
En Embriagado de amor, Barry (Adam Sandler), en un momento de impulsividad, sale de su oficina, va hasta el aeropuerto, se toma un avión a Hawai, pone monedas en un teléfono público, llama a Lena (Emily Watson) y luego va a su habitación para pasar unos días con ella. ¿Qué tiene de extraño esto? Que lo hace todo en su clásico traje azul, llevándose nada consigo más que la certeza de que tiene que estar con esa mujer en ese determinado momento. Es una escena inolvidable, probablemente una de las mejores del cine de Paul Thomas Anderson y una de las que mejor define qué clase de individuos le interesan al director. Podría haber mencionado a Barry en esta nota pero, teniendo en cuenta que fue Freddie Quell quien la inspiró, me pareció que su inclusión era más apropiada. ¿Muy pronto? Probablemente. O no. The Master es una de esas películas tan indescriptibles, tan propensas a las múltiples revisiones, que está destinada a sobrevivir al escrutinio del tiempo. Lo mismo sucederá con Quell, un personaje a la deriva, tan hermético y perturbador que no podría haber sido interpretado por otro actor más que Joaquin Phoenix. Su caminar encorvado, sus reacciones imprevistas, su necesidad de ir de un lado al otro (sobre una moto, corriendo o moviéndose dentro de una prisión) es tan desconcertante como magnética. Freddie Quell es el personaje errante por excelencia, alguien a quien queremos conocer, aún sabiendo que nunca podremos hacerlo del todo.
Trailer de The Master
4. RAINBOW RANDOLPH ( Maten a Smoochy, 2002, Danny DeVito)
Pongan en manos de Danny DeVito el universo infantil, que el director se va a ocupar de trastocar siempre sus códigos y darles espacio a cierto sarcasmo, humor negro y, claro, oscuridad. Sin embargo, DeVito no lo hace como un gesto de misantropía sino para mostrar cómo ciertos individuos, los marginados, los incomprendidos, intentan sobrevivir en un espacio que no quiere darles cabida. Esto nunca quedó más en evidencia que en su extraordinaria adaptación de Matilda de Roald Dahl, pero asimismo tampoco fue tan hilarante como en Maten a Smoochy. Robin Williams interpreta con bienvenida malicia a Rainbow Randolph, un conductor de programas infantiles quien, como su apodo lo indica, es un arcoíris caminante. Su indiscutible histrionismo y rebosante carisma cautivan a los niños pero, ante la amenaza de la competencia (el Smoochy del título, una suerte de Barney con la cara de Edward Norton), empezamos a notar el otro rostro de Randolph, un despiadado hombre que no quiere relegar sus más de quince minutos de fama. DeVito consigue lo imposible: que este personaje lleve a cabo los actos más repudiables y que, a pesar de ellos, logremos entender de dónde proviene su ira, su frustración, su inseguridad. Maten a Smoochy es, por lejos, una de las miradas más ácidas e interesantes sobre el micromundo de los programas para niños.
Robin Williams como Rainbow Randolph
5. MONSIEUR MERDE ( Holy Motors, 2012, Leos Carax)
Amour habrá sido una de las co-producciones francesas más celebradas del 2012, pero lo cierto es que el año pasado también marcó el regreso del director Leos Carax, con su extraordinario film Holy Motors. Mucho se puede hablar sobre las mejores interpretaciones de los últimos tiempos -discusión eterna, si las hay -, aunque en realidad hay un escaso número de películas que sean verdaderos homenajes a la difícil tarea que emprende un actor cuando se le otorga un determinado personaje. En Holy Motors nos encontramos con Denis Lavant interpretando a un padre, a un músico, a un actor, a un asesino y muchas otras facetas más, circunscriptas dentro de la estructura episódica del film. Sin embargo, y a pesar de los pocos minutos que tiene en pantalla, su Monsieur Merde es el que logra el mayor impacto. Esa suerte de monstruo suelto en un cementerio, que come flores rojas mientras va en busca de una modelo (Eva Mendes) es tanto un guiño de Carax a su segmento para la película Tokyo! (obra en la cual aparece por primera vez el personaje de Merde) como una demostración más de que la narrativa clásica no siempre encuentra la mejor manera de provocar, tocar fibras, conmover, rendirle tributo al actor. A veces, es necesario elegir otro camino, el menos convencional, el más desafiante.
M. Merde en Holy Motors
Más leídas de Espectáculos
Un viaje al pasado, el legado de Michael Landon y por qué sigue vigente: la palabra de las protagonistas de La familia Ingalls
"Me cuesta decirlo". Rosina Beltrán de Gran Hermano: el doloroso abandono de su padre, su relación con Lucía y la historia con Joel antes de la casa
¿Te quedaste sin serie? Finde XXL: decime cuánto tiempo tenés, y para qué estás, y te recomendamos una a tu medida