Un cómico singular
Mañana se estrena "El mundo de Andy", con Jim Carrey
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NUEVA YORK (Page Up - The New York Times Special Features).- Su nombre es Jim Carrey y estamos en su conferencia de prensa. ¿O acaso no lo es? Lugar: El salón de baile del hotel Four Seasons, de Los Angeles. El elenco: Jim Carrey, la estrella de "El mundo de Andy" ("Man on the Moon"), de Milos Forman, una biografía cinematográfica sobre la vida de Andy Kaufman... y más de 75 periodistas. El tema: uno no necesita conocer a Andy Kaufman para que le guste "El mundo de Andy".
"La reacción ha sido fenomenal -dice Carrey-. Mucha gente, en especial la prensa europea que no tiene idea de quién es Kaufman, vio la película y quedó enloquecida. Creo que ustedes están en mejores condiciones que ellos para juzgarla. La película es atractiva simplemente porque se trata de un artista muy interesante, alguien que desafía las creencias de la gente. Hay material suficiente para narrar una buena historia, hacer una buena película."
Kaufman, por si alguien lo olvido o directamente nunca lo supo, era un humorista que se permitía no contar chistes y deliberadamente se enemistaba con el público. La comedia de TV "Taxi" convirtió a Kaufman en una estrella, y allí él llevaba su actuación hasta el extremo, participando en parodias de lucha libre contra mujeres (o contra un luchador profesional en el programa de David Letterman) o liberando a Tony Clifton, un cantante de salón arrogante y sin talento encarnado por su amigo Bob Zmuda, que lo ayudaba en los guiones de sus actuaciones y solía interrumpirlo cada vez que se presentaba en vivo.
Para cuando Kaufman murió de cáncer en 1984, el público estaba tan acostumbrado a su particular forma de actuar que algunos no creyeron la noticia. De hecho, los kaufmaníacos piensan que sigue con vida y planea su regreso inmediatamente después del estreno de la película. Malas noticias: Andy realmente ha fallecido.
Una odisea grupal
"La experiencia en sí misma fue increíble -dice suavemente Carrey-. Hasta el día de hoy me levanto y digo: esto nunca va a volver a suceder de esa manera. El rodaje fue una odisea para todos, como si Andy estuviera alrededor nuestro, dirigiéndonos. Cada decisión se adoptó teniendo esa idea en cuenta."
Representar este papel consumió al actor canadiense, que al igual que Kaufman nació un 17 de enero. Carrey se metió en la piel del personaje hasta el extremo de vivir con él frente a las cámaras y fuera de ellas. Sólo dos veces apareció en el set como Jim Carrey. "Realmente yo no existía. Me iba a la cama como Andy, y esta experiencia fue extraña y maravillosa a la vez. Me levantaba a la mañana y me metía dentro de sus zapatos", dice Carrey.
Además de oscurecer la línea entre la realidad y la ficción, varias figuras prominentes en la vida real de Kaufman aparecen en el film.
Uno de los coprotagonistas de "Taxi", Danny DeVito, representa al gerente de Kaufman, George Shapiro. Y el Shapiro real aparece brevemente como el primer dueño del club que despedía a Kaufman. Una pregunta de la conferencia de prensa es: ¿el público apreciaría mejor a Kaufman hoy que antes? "Eso es interesante -dice Carrey-. Supongo que probablemente... Oh, Dios. Oh, Dios mío..."
Carrey abre los ojos ampliamente y mira hacia el fondo del salón. Allí está de pie Bob Zmuda... o, en realidad, Tony Clifton, vestido con un smoking ordinario, con una chica en cada brazo y echando bocanadas de humo de cigarrillo. "Les diré, señoras y señores, yo soy Tony Clifton, la estrella de esta película -alardea-. Esta gente de los estudios Universal trató de mantenerme afuera de esto y yo sé por qué. Porque el caballero que está sentado aquí, que tiene mucho poder, no quiere que esté en este lugar. Su nombre... y voy a señalarlo... ¡es Drew Carey!"
Aparentemente fuera de control, Jim Carrey interrumpe. "Permítanme decir que trabajé arduamente en este personaje. Este tipo -dice, señalando a Clifton- estaba muy celoso, muy envidioso de Andy. Y Andy intentó ayudarlo." A Clifton no parece agradarle la idea: "Les voy a explicar algo. Como no sabía que yo iba a aparecer, él se quedó congelado, como en estado de shock Y ahora no sabe cómo arreglar la situación, no le sale muy bien. Yo me comí la película, no él", responde mientras apunta a Carrey. "Pero vamos, usted está desesperado", contesta éste. "No me obligue a hablar, porque si empiezo...", advierte Clifton. "Y usted está borracho", aclara Carrey.
Cuerpo a cuerpo
En ese momento, Clifton saca de su bolsillo una lata de pintura en aerosol y escribe el título original de la película ("Man in the Moon") en la puerta del salón, mientras los periodistas se ríen y procuran imaginar qué es lo que viene después. Carrey simula su incapacidad para comprender qué escribió su contendiente. "¿Mandingo?", arriesga, provocando otra risa ahogada entre los hombres de prensa. Clifton reacciona bruscamente, arremete contra Carrey y le grita, apuntando con el spray: "Te voy a llenar de pintura".
Los dos se trenzan en una lucha cuerpo a cuerpo. Carrey vuelca una jarra con agua sobre el cuerpo de Clifton y trata de abandonar el lugar con movimientos vehementes. Lo consigue, pero antes arroja de la mesa, con un manotazo, los grabadores de los periodistas. Las cintas se estrellan contra el suelo, mientras la pintura chorrea en la puerta del salón y el cigarrillo de Clifton hace un agujero en la alfombra.
"OK, ya hice el trabajo sucio. Muchachos, sólo me resta por decir que fue un placer haber hablado con ustedes. Vótenme. Si logré hacer feliz a alguno de ustedes me doy por satisfecho. Gracias y buenas noches", dice Clifton con aire presumido antes de retirarse.
Pasó media hora antes de que los encargados de relaciones públicas de Universal consigan que Carrey regrese. En ese lapso, los periodistas recuperaron sus grabadores (algunos quedaron inutilizados en el incidente) y los empleados del hotel hicieron todo lo posible por ordenar el desastroso estado del salón.
"Uno queda inevitablemente atrapado por todo esto. A esta altura, nadie sabe qué es realidad y qué no. Bob Zmuda, el hombre que personificó a Tony, ha escrito libros y hace de este personaje en todas partes. Yo nunca lo aprobé. Es como si Bob hubiese querido saltar algún tipo de precipicio... y convertirse en Andy. No lo sé. Todo esto es muy confuso. Creo que la prensa debería limitarse a hablar sobre la película", dice el actor, un poco desorientado.
Nuevos proyectos
Carrey, que insiste en sostener que todo este episodio no fue resultado de un plan premeditado, se ofrece a pagar los daños en los grabadores: "Todos trabajamos en este lugar con el mismo objetivo, pero Zmuda... Creo que es hora de que se vaya". El actor está haciendo lo propio, pero hacia otros destinos cinematográficos, como la comedia "Me, Myself and Irene", de los hermanos Farrelly (los de "Loco por Mary" y que anteriormente dirigieron a Carrey en "Tonto y retonto") y una versión, con personajes de carne y hueso, de "How the Grinch Stole Christmas", con la dirección de Ron Howard.
En cuanto a Andy Kaufman, Carrey piensa que "El mundo de Andy" arroja luz sobre el talentoso y problemático cómico, pero el film no es palabra definitiva. "No creo que la vida de Andy necesite una explicación. Creo que si alguien quisiera explicar a Andy, lo estaría matando. Ese es su gran triunfo. Andy derrotó a la muerte, porque él no puede ser explicado. Nadie sabe si es real o no, y de esa forma él es inmortal. Si alguna vez ganara el Oscar, quisiera que Andy apareciera y me lo arrancara de las manos."






