Un extenso viaje que comienza con El clan
No podría ser mejor el comienzo del recorrido argentino por los más importantes festivales internacionales de cine del mundo en el último tramo del año. El miércoles último se confirmó la presencia de El clan, de Pablo Trapero, en la competencia oficial de Venecia, decana de esas grandes muestras.
Es cierto que este año no tenemos un as de espadas como Relatos salvajes, cuya presencia tiñó con fuerza inusitada un viaje de la pantalla local por el mundo que llegó hasta las puertas del Oscar. Alrededor del irresistible imán de la película de Damián Szifron recorrieron con éxito el mundo de los festivales títulos tan valiosos (y variados) como La tercera orilla, de Celina Murga; Dos disparos, de Martín Rejtman; Aire libre, de Anahí Berneri; Lulú, de Luis Ortega, y varias más. A tal punto que la influyente programadora de cine latinoamericano del Festival de Toronto, Diana Sánchez, debió desprogramar alguno de los títulos que tenía pensados en 2014, literalmente porque tenía material de sobra para exhibir.
Tal vez no haya una oferta tan amplia este año, pero junto a El clan no sería extraño que Toronto, San Sebastián y el resto de los festivales grandes les abran sus puertas a producciones locales que, como sucede a veces, se lanzan al mundo antes que en su país de origen. Junto a El clan (que seguramente no tendrá a Venecia como única escala de su viaje internacional) se espera que hagan las valijas Abzurdah, de Daniela Goggi; La patota, de Santiago Mitre; El incendio, de Juan Schnitman; Mi amiga del parque, de Ana Katz; Ciudadano ilustre, de Cohn-Duprat, y Pozo de aire, de Milagros Mumenthaler. Muy pronto llegarán más noticias del mundo.