
Un juguete rabioso en las manos de Torre
Lito Cruz, Thelma Biral y el debutante Mariano Torre ruedan una nueva versión de la clásica novela de Roberto Arlt
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Sábado a la tarde en el centro porteño. Nada de sol, poco movimiento e incluso cierta serenidad. Un hombre camina tranquilo por la calle Sarmiento, se detiene en el número 1685 a observar la vidriera de la librería. "ºBestia!", vocifera alguien desde adentro del local cerrado. "¡Bestia!", se escucha de nuevo junto a golpes de objetos. En el rostro del señor se dibuja la inquietud de estar a punto de convertirse en testigo involuntario de vaya a saber qué escándalo. Su evidente incomodidad puede más que la curiosidad por los libros y se marcha a paso rápido.
"¿Qué pasa?, ¿hay pelea?", pregunta una mujer mayor mientras su perro de dudosa raza terrier tironea para seguir viaje. "¡Calmate, ya nos vamos!", le suplica vanamente al rebelde que mordisquea la correa de paseo sin entrar en razones. El pequeño caníbal gana la disputa y continúa la caminata en compañía de su dueña.
Efectivamente: en el interior del negocio hay pelea. Pero ni el señor que huyó despavorido ni la señora que deseaba quedarse podían sospechar que en realidad la cosa no pasaría a mayores, al menos en la realidad.
Puertas adentro del viejo comercio varias personas toman la pelea con absoluta naturalidad, sin sobresaltos pese a los gritos y las tensiones del encontronazo que comenzó pocos minutos antes, cuando el director Javier Torre dio la clásica orden de "!acción!" para continuar el rodaje de "El juguete rabioso".
Interior-librería-día
"María se encuentra detrás del mostrador. Don Gaetano vacía algunos cajones que le han llegado con libros viejos. Súbitamente, la mujer abandona el mostrador y se dirige hacia él con los labios apretados y los párpados inmóviles. Don Gaetano finge no verla y continúa con su trabajo. Con los labios temblorosos le dice:
_Yo era linda, ¿qué has hecho de mi vida? Yo te levanté. Quién era tu madre... si no una p... que andaba con todos los hombres. ¿Qué has hecho de mi vida vos?
_María, callate.
_Sí, ¿quién te sacó el hambre y te vistió? Yo, yo te di de comer.
La mujer lo amenaza como para pegarle y don Gaetano retrocede.
_¿Qué has hecho de mi vida? ¡Puerco! Estaba en mi casa como clavel en la maceta y no tenía necesidad de casarme con vos.
Mientras tanto Silvio presencia la discusión. Ve algunas personas que se detienen a mirar la pelea. Se acerca para echarlos, pero María le grita:
_Dejalos, que oigan quién es este sinverguenza. Si yo fuera diferente, si anduviera por ahí vagando, viviría mejor... Estaría lejos de un marrano como vos.
La mujer se reposa unos momentos. Un hombre entra a mirar unos libros. Don Gaetano se le acerca. María le grita al hombre:
_¡No le haga caso, señor. No ve que es un ladrón!
El comprador la mira con sorpresa.
_Le pide veinte pesos por un libro que costó cuatro.
María lo mira a Gaetano y le grita:
_Si sos un ladrón, un ladrón.
María comienza a arrojarle libros a Gaetano. Este se saca la camisa y totalmente descontrolado se la tira a la mujer. Descontrolado echa a correr a la calle, desde donde le grita: _¡Bestia! ¡Bestia!".
Final del round
"Corten!", indica Javier Torre, antes de que el hombre enfurecido llegue a la puerta de la librería. Tal como marca el guión, acaban de filmar parte de una escena de "Los trabajos y los días", uno de los episodios de la novela de Roberto Arlt que el realizador se ha propuesto convertir en película.
El equipo técnico avanza sobre los preparativos para la siguiente toma, mientras Javier Torre explica dónde estará la cámara y cómo se desarrollará la acción.
Todavía desgreñados por el forcejeo, María y Gaetano -es decir, Thelma Biral y Lito Cruz- pasaron de la furia a las sonrisas y bromean entre ellos, rodeados de asistentes que retocan el vestuario y el maquillaje.
"Gaetano es muy miserable, un pobre tipo que tiene cosas de violencia pero en realidad es un sometido de su mujer", define Lito Cruz a su personaje, el dueño de una antigua y descolorida librería en la que convive junto a su mujer, un viejo llamado Miguel _Jorge Luz_ y Silvio Astier _el debutante Mariano Torre_, adolescente que es el eje de la historia escrita por Roberto Arlt.
Desde la óptica de Lito Cruz, este librero y su esposa "son dos seres que han encontrado una forma de vivir que tiene que ver con la violencia _arrojarse cosas, gritarse_ y en el fondo no se pueden separar porque se aman, pero no tienen ninguna posibilidad de comunicárselo uno al otro porque ambos se han encerrado en la soledad".
La larga espera
"María es una atrapada sin salida, una desesperada", agrega Thelma Biral sobre la mujer que le toca interpretar y con la que vuelve al cine después de un largo paréntesis _su última película fue "Los viernes de la eternidad", de Héctor Olivera_. La llegada de Silvio Astier a la librería buscando trabajo "es como un refresco en la vida de esta mujer, que es una madre frustrada y se ha ido endureciendo de rabia y de dolor", explica la actriz.
La fauna desoladora con la que convive el joven protagonista en esta parte de la historia se completa con el personaje de Miguel, a quien un deliberadamente desaliñado y sombrío Jorge Luz define como "una suerte de empleado de la librería, que tanto sirve para calentarles agua para el mate como para limpiarles la letrina", un anciano apocado al que Silvio recurre a veces como confidente.
"Un pobre tipo que vive fregando la mugre real y espiritual que abunda en el lugar", sintetiza Jorge Luz, quien ha seguido atentamente la escena filmada por sus compañeros y aún tiene que aguardar un largo rato para entrar en la acción. Lejos de impacientarse, está contento. "El cine requiere su paciencia en cuanto a los tiempos, pero es lo que más me gusta", comenta y recuerda sonriendo lo que le dijo Marcello Mastroianni cuando filmaron "De eso no se habla", dirigidos por María Luisa Bemberg: "El cine es esperar".
A pocos metros, apoyado en la interminable estantería donde cohabitan polvorientos libros de los más variados temas _desde "El torno y sus accesorios" hasta una "Antología del cuento venezolano"_ con prehistóricos discos simples y el LP "Los grandes éxitos de Tom Jones", Mariano Torre repasa el guión escrito por el director, su hijo Oliverio _con quienes no tiene parentesco alguno, pese a llevar el mismo apellido_ e Isabel Estrada.
A dos semanas de iniciado el rodaje y superados los nervios de estar por primera vez frente a una cámara, se siente "cada vez más metido" en su rol de Silvio Astier, el joven que lucha por llegar a ser alguien en una ciudad avasallante como Buenos Aires y que a fuerza de crueldades y tropezones camina hacia la madurez.
"Está todo listo, filmamos", avisa Javier Torre. La calle es ahora el escenario. Lito Cruz vuelve a ser el enardecido Gaetano. Una platea de curiosos rodea al equipo de filmación instalado en la vereda. Ahora todos saben que la pelea es pura ficción y siguen atentamente el rodaje de "El juguete rabioso".
Un protagonista que saltó del frío al fuego
"Fue como aprender a caminar y a los pocos segundos cruzar la avenida 9 de Julio", dice Mariano Torre, el protagonista de "El juguete rabioso". Con esa metáfora intenta explicar cómo se acortaron las distancias entre los sueños que acariciaba en su Ushuaia natal, hace dos años y siete meses, y la realidad que vive ahora en Buenos Aires. "Imaginaba constantemente cómo sería trabajar con gente destacada y en proyectos importantes _confiesa_, pero jamás pensé que se daría tan pronto y de este modo."
Por curiosidad más que por convicción, se presentó a un casting coordinado por María Rivera."Quería saber en qué consistía una prueba de esas características", asegura. Una semana después le avisaron que había sido elegido _entre más de quinientos jóvenes_ para el protagónico de la película que dirige Javier Torre.
"Estar en el film con un personaje chico _como me propusieron inicialmente_ para mí era suficiente, así que cuando me enteré que haría a Silvio Astier no podía creer lo que me estaba pasando", cuenta ya más relajado luego de pasar "el impacto" de pararse delante de una cámara _nunca había actuado_ y al lado de Thelma Biral, Lito Cruz, María Vaner, Jorge Luz, Horacio Roca y Onofre Lovero, algunos de sus compañeros en esta nueva versión cinematográfica _la anterior fue dirigida por José María Paolantonio_ de la novela de Roberto Arlt.
De pura casualidad lleva el mismo apellido que Javier Torre, pero ningún vínculo familiar lo une al cineasta. Sus padres viven y trabajan en Ushuaia, desde donde le envían dinero para sostener el hogar que Mariano Torre y su hermana _estudiante de Ciencias de la Comunicación_ armaron cerca del centro porteño.
El magro sueldo de lavacopas en un bar le sirvió a Mariano Torre durante algunos meses para costearse pequeños gastos, especialmente vinculados con su vida como estudiante de segundo año del Conservatorio Nacional de Arte Dramático.
La herencia de la actuación viene de genes aportados por su madre, integrante del grupo TEF _Teatro Experimental Fueguino_, aunque Mariano Torre en principio no quiso aceptarla. "Desde chico escuchaba hablar de teatro en casa y sentía que estaba harto. Tal vez por eso siempre dije que sería profesor de gimnasia, hasta que a los 17 años terminé por admitir que, en realidad, quería ser actor", cuenta desde sus 19 ya cumplidos y con la absoluta convicción de "estar en el camino correcto".
"Lo fundamental ahora es aprender del director y de los actores que me rodean", asegura Mariano Torre dispuesto a sacar el mejor partido de esta experiencia. Aún tiene por delante tres semanas de rodaje _sobre un total de seis_ en distintas locaciones porteñas elegidas como escenario de las vivencias y fantasías de su personaje. El estreno de esta historia ambientada en un Buenos Aires contemporáneo por el momento no ocupa sus pensamientos: "Todavía no imagino cómo será ese día _admite_, seguramente estaré tan nervioso como la primera vez que me tocó filmar". Allí estará Silvio Astier, recordándole desde la pantalla los sueños fueguinos que se hicieron realidad .






