
Una actriz camaleónica que siempre es la misma
Juntos... pero no tanto permite redescubrir el inimitable estilo de Diane Keaton y sus personajes, tan libres como neuróticos
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Hay actores y actrices camaleónicos que son admirados por transformarse completamente para interpretar un personaje hasta quedar irreconocibles. Hay otros, en cambio, cuyo encanto nace de mostrarse como versiones apenas distintas de ellos mismos. Diane Keaton pertenece a esta última especie.
No quiere decir que la actriz nacida en California no tenga capacidad para ponerse en la piel de personajes diversos. Annie Hall no es igual a Mary de Manhattan, ni ésta se parece a Kay de El padrino, ni a Erica de Alguien tiene que ceder, ni a Leah de Juntos… pero no tanto, la nueva película de Rob Reiner, que protagoniza junto con Michael Douglas.
El talento de Keaton es notable en las sutilezas que diferencian a estos personajes, pero su estilo y personalidad únicos no pueden dejar de manifestarse en cada interpretación. A los 68 años, con una carrera de más de cuatro décadas, Keaton sigue seduciendo al público con una mezcla imposible de inseguridad, neurosis y una libertad total que parece exceder al trabajo y extenderse a su vida personal.
"Siempre me gustaron las mujeres independientes, francas, excéntricas, graciosas, imperfectas. Cuando dicen sobre una mujer que «simplemente está mal» tiendo a pensar que está haciendo algo bien", escribe Keaton en su libro Let’s Just Say it Wasn’t Pretty. La actriz pareciera encajar a la perfección con los atributos que admira de esas mujeres que no se adaptan a lo que se espera de ellas. Su estilo de vestir, por citar sólo un aspecto de su individualidad, la convirtió en blanco de críticas en más de una ocasión. En el mismo libro, Keaton cuenta que su hija descubrió un sitio de Internet en el cual ubicaban a la actriz en el quinto puesto entre las "Diez famosas que son feas sin importar lo que Hollywood diga".
Ni su look ni su personalidad responden a lo considerado típicamente atractivo en el universo estético de Hollywood. Usa ropa ancha, sólo blanca, negra o gris, muchas prendas masculinas y, a veces, se deja el pelo canoso. No aparenta ser perfecta y se toma más de una copa de vino en los talk shows en los que se presenta en la TV de su país para calmar sus nervios escénicos. Nunca se casó, aunque estuvo en pareja con actores como Warren Beatty y Al Pacino, entre muchos otros, y adoptó a sus hijos después de los 50. Pero no se trata de rebeldía, sino de una mujer que vive como quiere (y puede).
Ese estilo y actitud fueron ingredientes fundamentales en su carrera. Uno de sus primeros trabajos en el cine fue interpretando a Kay, la novia y luego esposa de Michael Corleone en El padrino. Ahí demostró su talento en un papel que requería diferentes matices, según la historia iba desarrollándose en las dos secuelas de la historia dirigida por Francis Ford Coppola.
Pero el mundo conoció lo mejor de Diane Keaton gracias a Woody Allen, de quien fue pareja y sigue siendo tan amiga que presentó el polémico Globo de Oro a la trayectoria que le entregaron al director y lo apoyó frente a la denuncia por abuso que entabló contra él su hija Dylan ("Le creo a mi amigo", declaró). Uno de los frutos de su relación fue la maravillosa Dos extraños amantes, film por el que Keaton ganó el Oscar. Desde el vestuario de corte masculino diseñado por Ralph Lauren, que incluía trajes masculinos, corbatas, chalecos y sombrero bombín, hasta una actitud insegura, neurótica pero encantadora, el personaje de Annie Hall estaba basado en la propia actriz (de hecho, su apellido real es Hall). Tras el estreno de la película muchas mujeres copiaron su look y todo el mundo se enamoró de ella.
Keaton tenía en ese film un par de escenas en las que cantaba en un bar, ya que su Annie quería consagrarse como cantante. Su interpretación de "It Had to Be You" resultaba hipnótica, aun si su voz no era deslumbrante. Después de 37 años, la actriz vuelve a mostrarse como cantante de standards en Juntos… pero no tanto, en algunas de las escenas más atractivas de esta comedia dramática, en la que su personaje logra seducir a Oren Little, el gruñón vendedor de propiedades interpretado por Michael Douglas.
El film de Reiner es el estreno más reciente de su destacada carrera cinematográfica, que incluye, además de las tres películas de El padrino, varias obras de Woody Allen, como El dormilón, Interiores y Misterioso asesinato en Manhattan. Comedias como ¿Quién llamó a la cigüeña?; El padre de la novia, ambas de Charles Shyer; El club de las divorciadas, de Hugh Wilson, y la romántica Alguien tiene que ceder, de Nancy Meyers.
Aunque es famosa por su trabajo en cine, la actuación no es la única actividad a la que se dedica Keaton. El interés especial de la actriz por lo estético también lo aplica a comprar, restaurar y decorar casas. Incluso publicó dos libros con fotografías y textos sobre el tema: California Romántica y House.
La concepción de la belleza es una verdadera preocupación para Keaton, quien declaró que al hacerse mayor fue aprendiendo a ver el tema de otra manera. Tras escribir un libro autobiográfico, Then Again, la actriz se animó a volcar sus ideas sobre la belleza en Let’s Just Say it Wasn’t Pretty, una suerte de libro de autoayuda. Sin dejar de burlarse de sí misma, revelando lo que la preocupa sobre envejecer, hace un alegato a favor de cambiar la perspectiva sobre el propio aspecto y el de los otros. Además, en el libro cuenta cómo nació su peculiar estilo. "Cuando tenía 15 años ya sabía que vivía en blanco y negro y estaba enamorada de Cary Grant –le contó a Ellen DeGeneres en su programa–. Le puse a mi hija Dexter por C.K. Dexter Haven, el personaje de Grant en Pecadora equivocada. Él era hermoso y el epítome del estilo. Fue quien dijo: «La ropa hace al hombre». También decía que intentó parecer quien quería ser hasta que logró serlo. Me encanta esa idea, porque quiere decir que somos dueños de nuestra propia vida y podemos hacer lo que queramos." Keaton se tomó este consejo en serio y logró que el público no pueda dejar de mirarla.
Estrella también en Pinterest
Las cuentas de Twitter (@Diane_Keaton) y Pinterest (pinterest.com/keatondiane/) de la actriz son un verdadero hallazgo; incluyen consejos de autoayuda y están llenas de fotos de ropa, exteriores e interiores de casas y peinados locos que le llamaron la atención. Que es, sobre todo, el pelo: la actriz parece tener una obsesión con el cabello. En Twitter les pide a sus seguidores que le envíen fotos de peinados extraños o descubran versiones reales de alguno retro. Pero lo más curioso, tratándose de una actriz famosa, es que responde con mucho entusiasmo a sus seguidores.
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