Una noche festivalera comandada por los sonidos latinos de Calle 13
Ante 80.000 personas, los puertorriqueños brillaron en Salta en el cierre del ya clásico ciclo estival
SALTA.- No fue un día normal en Salta. Las calles lindantes al centro de convenciones se fueron llenando de gente desde temprano. A pesar de las nubes y de que la lluvia era inminente, no se ahuyentaron las ganas de ir a ver a una banda que siempre promete diversión y mensajes sociales. Ése, en parte, es el tándem que Calle 13 viene proponiendo desde hace tiempo. Y ésa es, justamente, la "contradicción" que un poco le molesta a René Perez Joglar (alias Residente), el vocalista y compositor de esa original agrupación. "Los Calle 13 se movilizan por todo: sexo, religión, política, fiesta. No traten de encasillarnos. Van diez años y todavía estoy explicando la cabrona propuesta", lanzó René en medio del show. Más tarde, en una conferencia de prensa, ampliaría el concepto.
Con los cerros de fondo y un paisaje encantador, a las diez y media de la noche comenzó la presentación con la alegre y pegadiza "Fiesta de locos". Desde arriba del escenario, los 11 músicos de la banda contagiaban de energía a las 80.000 personas que se acercaron para verlos en vivo en el cierre del ciclo gratuito Personal Fest Verano. La banda de Puerto Rico hizo una selección festivalera de hits que incluyó desde "Baile de pobres", Nadie como tú", "La vuelta al mundo" hasta "Calma pueblo" y "Latinoamérica", donde Ileana Cabra Joglar, como siempre, dejó a todos hipnotizados con su impactante voz.
Las canciones de Multiviral, su último y premiado disco (obtuvo, entre otros reconocimientos, el Grammy a mejor álbum de rock latino), también fueron parte de la lista de temas. Así pasaron la dulce canción que compuso junto a Silvio Rodríguez para su mujer Soledad Fandiño y ahora dedica a su hijo, "Ojos color sol"; "Adentro" -inspirada en "los gánsters raperos, esos que incentivan la matanza entre ellos"-, "Multiviral" y "El Aguante". Fue en esta última donde aprovechó para dar uno de los primeros mensajes sociales de la velada. "Hay cosas que no tenemos que aguantar y mucho menos de nuestros gobiernos. Vamos a brindar por las cosas que no tenemos que aguantar", dijo un provocativo Residente. También le dio espacio a la comunidad wichi para que se expresara. Con palabras sentidas, dos salteños hablaron desde el escenario y pidieron ayuda por dos casos de muerte por desnutrición al norte de la provincia. "Estamos vivos todavía, somos los wichi. La gente blanca nos está quitando la tierra", enunciaron y los presentes se fundieron en un aplauso.
Más allá de algunos problemas técnicos (hubo un corte de sonido), el show estuvo prolijo y no pareció sufrir las consecuencias climáticas. El público, en su mayoría de entre 15 y 20 años, arengó sin cesar y la lluvia se convirtió en anécdota.
Con una banda ajustada, donde la percusión juega un lugar clave, René no paró de saltar, ni siquiera cuando las luces se apagaron y los micrófonos no reproducían su voz. Mientras, la gente agitaba con el clásico cántico "el que no salta es un inglés". Y así entre canciones con fuerte contenido social y ritmo latino, los Calle 13 prepararon el terreno para los bises. Con "Atrévete" y "Vamo' a portarnos mal" hicieron vibrar a la multitud que durante más de una hora y media se dejó llevar por la simpática propuesta de la banda boricua. Pasada la medianoche René y su grupo se despidieron con la promesa de que esa no sería su última visita a Salta.
Antes de Calle 13 se presentaron Rocco Posca y Ser. Al mismo tiempo y desde Corrientes, La Armada Cósmica y Airbag hicieron lo suyo en un cierre de festival que tuvo la particularidad de hacerse en dos ciudades en simultáneo y de trasmitirse por streaming.
Más leídas de Espectáculos
“No quiero llorar”. Marcelo Bonelli se quebró en su despedida del programa Arriba argentinos
"Es una gran novedad que les doy”. Mirtha Legrand confirmó que el INCAA y el Cine Gaumont no cierran
"Atentado contra el país". El escándalo fílmico que sorprendió en Cannes, fue prohibido en la Argentina y cambió el documental para siempre