
Una nueva apuesta de Los Picapiedras
"Los Picapiedras en Las Vegas" (EE.UU./ 2000). Presentada por UIP. Hablada en español. Guión: Deborah Kaplan, Harry Elfont, Jim Cash y Jack Epps Jr. Fotografía: Jamie Anderson. Música: David Newman. Intérpretes: Mark Addy, Stephen Baldwin, Kristen Johnston, Jane Krakowski y Joan Collins. Dirección: Brian Levant. Duración: 89 minutos. Para todo público. Nuestra opinión: buena.
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Cuando hace cuarenta años nació en la TV norteamericana el show de Los Picapiedras, Hanna y Barbera, sus creadores, no se imaginaron que esos extravagantes personajes de la Edad de Piedra continuarían divirtiendo a varias generaciones de niños y de adolescentes.
Los comics apuntalaron el fervor de los seguidores de los Picapiedra y los Mármol, hasta que en 1994 los productores cinematográficos los trasladaron a actores de carne y hueso. Así nació el primer largometraje de una serie que prosigue con esta novedad que posee el dinamismo del gag a veces anacrónico pero siempre oportuno, la lucidez visual necesaria y una banda musical que acompaña con sincopado ritmo toda la trama.
El guión no se distingue por su originalidad, pero posee el adecuado marco para que, como ejes de la historia, Pedro y Vilma retornen a esa época pretérita en que se conocen, se enamoran y, tras no pocos esfuerzos, logran casarse a pesar de la oposición materna.
Saber entretener
El director Brian Levant -ya había mostrado destreza para la comedia en "Beethoven"- apuesta a la rapidez de una cámara inquieta, a una escenografía que une lo antiguo y lo kitsch, a guiños oportunos -Mick Jagger es recordado a través de una caricaturesca figura, por caso- y, sobre todo, de un elenco que, encabezado por Mark Addy ("Full Monty") y Stephen Baldwin ("Los sospechosos de siempre") sostiene un sólido andamiaje interpretativo.
El film posee la seducción de lo plácido y una moraleja algo remanida pero siempre seductora, además de una recreación colorida de una Las Vegas de la Edad de Piedra, que remeda los films más ambiciosos de los juegos y placeres de esa ciudad.
El realizador supo revivir a Los Picapiedras en actores de carne y hueso, aunque ello quite algo de magia a esa familia que nació de un lápiz de ágiles trazos. Los niños y los adolescentes no saldrán defraudados de la sala luego de compartir tantas aventuras y desventuras. Los mayores retornarán a la nostalgia (para ello se asociará la bastante apergaminada figura de Joan Collins en el reparto), y todos se unirán para que, durante una hora y media, la diversión se imponga con astucia y solidez.




