
Una promesa hecha realidad
"La promesa" ("La promesse", Bélgica/ 1996). Presentada por Zeta Films. Dirección: Luc y Jean-Pierre Dardenne. Con Jérémie Renier, Olivier Gourmet, Assita Ouedragoo, Rasmané Ouedragoo. Guión: Luc y Jean-Pierre Dardenne, Leon Michaux y Alphonse Badolo. Fotografía: Alain Marcoen. Música: Jean-Marie Billy y Denis M´Punga. Montaje: Marie Héléne Dozo. Duración: 90 minutos. Para mayores de 13 años. Nuestra opinión: excelente.
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No es un dato más que los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne (ganadores con "Rossetta" de la Palma de Oro en Cannes 99) hayan desarrollado buena parte de su carrera como documentalistas. El espíritu rosselliniano que puede advertirse en "La promesa" y que confiere al film su palpitante inmediatez y su poderosa carga de verdad proviene seguramente de ese largo ejercicio.
En un cine de ficción tan pendiente de los mecanismos del espectáculo y con tanta vocación por hacerlo todo explícito como el que hoy predomina (aun en los casos en que dice adoptar la forma de un crudo realismo), el tratamiento casi documental que los realizadores belgas imponen a su relato trae a la pantalla un bienvenido soplo de oxígeno. Y su retrato del aprendizaje moral de un chico que deja de serlo, dibujado sobre el fondo de una crónica de estos tiempos de exclusión, cobra renovada fuerza expresiva y alcanza, a pura imagen, sin retórica ni discurso alguno, una estremecedora grandeza. Bien puede incluírselo entre los escasos grandes films conocidos últimamente.
Los Dardenne filman una historia que es de ficción como si fuera un documental, desentendiéndose de la manipulación narrativa y captando retazos de la "realidad" sin dar demasiadas explicaciones. El enlace, y el procesamiento, de toda la información (el término no es fortuito: hay algo de la postura del cronista en la actitud de los directores) queda en buena medida a cargo del espectador. Un efecto inmediato de esta actitud es el potenciamiento expresivo de cada imagen; otro, más profundo aunque de revelación más lenta, el intenso compromiso emotivo que se va generando en la platea y que fortalecerá el impacto que las acciones de los personajes obrarán en la conciencia de cada uno.
Sin hacer manifiesto interrogante alguno, a pura imagen y por vía de la emoción, el film promueve el cuestionamiento moral, pone en tela de juicio muchas certezas sobre las que suele descansar nuestra buena conciencia: produce, en fin, una saludable conmoción.
Sin duda, los Dardenne conocen bien cuánta desdicha se cuece por debajo del aparente bienestar de su país. La han investigado en sus documentales y la examinan ahora mientras exponen una historia individual que está íntimamente ligada con ese superpoblado mundo que crece en los bordes del sistema. Su protagonista, Igor, ha nacido y crecido en él; quiere ser mecánico y ayuda como aprendiz en un taller, pero trabaja para su padre, el violento Roger, que lucra con las urgencias de los inmigrantes ilegales facilitándoles el ingreso a Bélgica, consiguiéndoles empleos en negro y documentos falsos. Se comprende que las pequeñas raterías formen parte de la rutina de Igor. Está entre la infancia y la adolescencia y ésa no es la única frontera por la que transita.
Cuando Hamidou, un inmigrante de Burkina Faso cuya mujer acaba de llegar del Africa, muere en un accidente mientras trabaja clandestinamente en la refacción de una casa de Roger, el chico asume una responsabilidad que marcará el final de su infancia: promete al agonizante Hamidou cuidar de su mujer y de su pequeño hijo. Por supuesto, el padre desconoce tal promesa: para él la única salida posible es el ocultamiento de esa muerte comprometedora; los antecedentes del difunto, jugador sin suerte frecuentemente perseguido por sus acreedores, le sirven de pretexto para darlo, ante los demás, como fugitivo.
Irreconciliables diferencias
Igor estará desde ese momento tironeado entre dos obligaciones inconciliables: la natural complicidad con el padre, a quien lo une una relación violenta pero sincera, y la fidelidad a su promesa, su primer compromiso moral como adulto. El film describe este proceso de crecimiento: Igor empieza a recortar su personalidad, a distinguir modelos de comportamiento y concepciones del mundo, a definir su propia escala de valores, a encontrar su lugar. Cuando llegue el momento, sabrá elegir dónde está la lealtad.
Ante la cámara inquisidora de los hermanos Dardenne, que aspira a cierta objetividad, el drama íntimo aparece inseparablemente ligado al ambiente; personajes y realidades se definen en la materialidad cruda y simple de las situaciones. El gran mérito de los realizadores reside en lograr que hechos nacidos de la imaginación de los guionistas parezcan producirse en el instante mismo en que la cámara los capta, y que haya en ellos tanta riqueza de significados. Son en ese sentido tan poderosamente elocuentes las escenas que describen la dramática relación de Igor y su padre (Jérémie Renier y Olivier Gourmet, ambos admirables), como el lento, silencioso crecimiento de la afinidad entre el chico y la viuda africana, a la que Assisa Ouedragoo presta su belleza y su porte de orgullosa dignidad.
La ciudad es Lieja; Igor y su padre, belgas; los inmigrantes, llegados de Africa o del Este de Europa, pero "La promesa" va mucho más allá de un lugar y un tiempo al pintar una realidad penosamente actual y al exponer conflictos y sentimientos comunes a todos los seres humanos. También en esa universalidad reside su grandeza.
Película multipremiada
"La promesa", que se estrena aquí con cuatro años de retraso, fue una de las películas más premiadas de 1996. En Europa ganó la prestigiosa sección Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, mientras que resultó la mejor película extranjera para dos entidades norteamericanas (la National Society of Film Critics Awards y la Asociación de Críticos de Los Angeles). En Bélgica no sólo fue un éxito comercial sino que recibió las distinciones a mejor película, mejor director y mejor actriz (Sophie Leboutte). La consagración definitiva de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne se produjo con "Rossetta", que el año próximo se estrenará en la Argentina.





