
Los pájaros
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Contundencia. Acaso ésa sea la clave del tercer disco de Vicentico como solista. Diez canciones en cuarenta minutos que parecen muchos menos le bastan a Gabriel Fernández Capello, también encargado de la producción, para construir una suerte de greatest hits aún inéditos. Podría decirse que Los pájaros es un álbum de diseño, con una planificación perfecta, que conjuga las diversas vetas de la carrera que comenzó con Vicentico (2002) y continuó con Los rayos (2004). Y funciona, entonces, como un resumen, una síntesis contundente y amena de su obra, sin piezas de relleno.
Desde los primeros acordes de "El árbol de la plaza", con ese arranque arrabalero y aires de murga porteña, está claro que es un tema con destino de tablón, en sintonía con el sentir de las masas. "El baile" es una cumbia ralentada y melancólica. Una cumbia romántica para bailar pegados, que incluye guiños a Pablo Lescano desde el teclado de Leandro Bulacio, y también una cita de La Habanera de Carmen, de Bizet, desde la ajustadísima sección de vientos que comanda el genial trompetista y arreglador Erwin Stutz.
La versión reggae de "Ayer", tangazo de Daniel Melingo (quien también canta algunas estrofas), representa algo así como una legitimación definitiva de esa pieza como un clásico del retro-tango. Recuerda a la que hicieran los Pericos en Yerba buena –hace ya diez años– de "Por una cabeza", de Gardel y Lepera. "Si me dejan" parece tener todo para convertirse en el tema leit motiv de la próxima telenovela en prime time. Las guitarras filosas de Gringui Herrera y el Señor Flavio (Cianciarulo) resaltan la veta más melodramática de Vicentico, de impactante performance.
Desde que, junto al maestro Lucho González, formaron el dream team del bolerocanción, Vicentico y Andrés Calamaro han construido una notable sociedad interpretativa. "Felicidad", que los reúne a los tres nuevamente, es un son con destino de próximo hit navideño. Sigue una balada con un toque de bossa y aires jazzeros en la guitarra final de Valentino ("La deuda").
Luego, en "Desapareció", el guitarrista recuerda a George Benson: arreglos impecables en un contexto del pop latino más refinado que remite a la música disco y que recuerda a "Usted", el tema que Vicentico grabó como invitado en el unplugged de Diego Torres.
En "Las hojas", la voz de Gaby vuelve a ensamblarse con la guitarra de Lucho González en un momento mágico. Finalmente, "El fantasma" es una auspiciosa cruza de corrido mexicano con country music. Y, en el ocaso de Los pájaros, "Las manos", un reggae ralentado, funciona como la música de fondo ideal para ambientar algo surrealista: una misa evangélica y cannabica en una playa del Caribe. Daniel Melingo participa como invitado en clarinete y, al igual que en "Los caminos de la vida", el joven Florián Fernández Capello se suma a la banda de su padre en las teclas.
Los pájaros probablemente resulte un éxito a nivel comercial. Síntesis acotada de un tipo que estuvo más de quince años al frente de Los Cadillacs y que en su carrera solista se puede permitir el lujo de repetirse, sin perder, en la exquisitez del sabor latino, ni un ápice de calidad artística.



