Víctor Laplace y un nuevo personaje teatral
El actor habló con LANACION.com minutos antes de comenzar un ensayo de su nuevo desafío: la obra Pepino el 88 , que se estrenará mañana en el Teatro Alvear
No hace esperar ni cinco minutos. Nos presentamos y enseguida se apresta a sentarse en la escalinata del Teatro Alvear para comenzar la nota.
Víctor Laplace es amable y charlatán, pero lejos de aburrir, atrapa. Completo y dúctil, hizo cine, televisión y teatro.
El actor, tandilense y geminiano, actualmente está trabajando en el exitoso programa de la pantalla chica, Socias , donde es Ricardo Meniere, la pareja de Inés Asturia (Mercedes Morán).
Pero eso no es todo. Laplace estrenará mañana en el Teatro Alvear, la obra Pepino el 88 , un musical que cuenta la historia de los comienzos del teatro argentino y sus protagonistas, la familia Podestá y los actores que dieron comienzo al circo criollo.
"Creo que grandes y chicos la van a pasar muy bien. No es un espectáculo de circo, si bien transcurre todo en la arena de un circo, tiene sus connotaciones políticas del momento y de la época", explicó el actor.
Daniel Suárez Marzal es el autor y el director de esta propuesta; en la dirección musical está Federico Mizrahi; en la coreografía, Alejandro Cervera; en la preparación del clown, Walter Velásquez; en la escenografita Jorge Ferrari; y Renata Schussheim, en el vestuario.
Minutos antes de comenzar uno de los ensayos, dialogamos con él sobre lo que se verá en el teatro, los ensayos y sus proyectos.
-¿De qué trata la obra?
Es una evocación de lo que fueron los cimientos del circo mezclado con el teatro argentino que imponen los hermanos Podestá. El personaje que hago yo, el Pepe Podestá, que es de una familia de artistas y cirqueros, que se anima a introducir la palabra dicha. Entonces los personajes que tengo que hacer son por un lado el Pepe Podestá, que es el capo de la compañía que, además, hace el Pepino el 88, que es un personaje del clown criollo, y después el Juan Moreira, es decir, tres personajes en la misma obra. Y tengo que cantar, bailar y actuar, y con una esencia básicamente muy nuestra, muy argentina, porque son los comienzos de una innovación. En esa época estaba la ópera italiana, Otelo, Rigoletto, Verdi… y la "gente bien" iba a ver ese tipo de obras. Pero de repente irrumpe el teatro hablado con Juan Moreira.
Entonces, estos hombres y estas mujeres de circo introducen un mundo muy cálido, muy sensible y muy nuestro, y dan pie para que después tantos artistas mezclen el circo con el teatro, con el teatro de algún modo social, porque también se cuenta que la Argentina es una mezcla muy extraña y en el teatro también se provoco esa maravillosa conjunción de artistas, cirqueros, equilibristas, malabaristas, actores, músicos y cantantes, eso es lo que la gente va a ver. Verán un espectáculo muy completo, que evoca a la época. Se trata de una obra muy emotiva, muy bella y muy sensible.
-¿Cuánto tiempo antes de estrenar la obra ensayan?
Empezamos a ensayar en febrero, o sea que hemos estado ensayando muy fuertemente, porque hay varias disciplinas que hay que trabajar. La disciplina del clown, que yo no la había trabajado nunca, la pude hacer con un entrenador maravilloso que es Walter Velásquez.
-¿Cómo se preparan antes de cada función?
Yo personalmente siempre hago mucho trabajo de precalentamiento. Y lo exige porque, además, tuve un desgarro haciendo este trabajo, estoy en recuperación y necesito calentar mucho. Hay mucha exigencia corporal, más la exigencia vocal y actoral. Hay muchas cosas por hacer, entonces hay que estar muy bien plantado para hacerlo.
-¿Cómo te sentís cantando, bailando, todo al mismo tiempo?
Feliz, es un compromiso muy grande que me encanta adquirir en esa cosa de hacer un musical a la manera argentina, una evocación con una fuerte raíz nuestra que me parece que da pie a que todos los artistas que bebieron de esta fuente van a saber que hubo un comienzo. Estos hombres y estas mujeres que eran solamente de circo, que se atrevieron con el teatro, merecen para nosotros el mayor de los respetos.
-Hiciste cine, televisión y teatro, ¿contame con qué te sentís más cómodo y qué rescatás de cada uno?
La verdad es que sabemos que la televisión -yo ahora estoy haciendo Socias-, hay muchísima gente que la ve, entonces en una noche, un millón o un millón y medio de personas ven algo que uno está haciendo. Pero el teatro tiene el privilegio de ser el refugio del actor, el lugar donde uno ensaya hasta el cansancio pero después genera un espectáculo que es único, inalterable y donde todo es corazón, donde no hay otros intereses que no sea darle al público un bello espectáculo. El teatro tiene eso de que el público ve en esa noche un espectáculo único: esa noche es ese y mañana será distinto.
Y en el cine hice más de 80 ó 90 películas. Y ahora tengo muchos proyectos, uno es sobre San Martín. A mi me gusta mucho trabajar sobre la cosa histórica.
Así que las formas de encarar mi parte artística tienen que ver con esas tres disciplinas y la posibilidad de seguir haciendo cosas.
-Contame del proyecto de San Martín
Es un proyecto que me ofreció Pacho O´ Donnell para hacer una película. Es un guión que ha concluido y que estamos trabajando sobre San Martín en Lima, Perú. La idea es tomar esa época, cuando él estaba allá. Y estamos en los primeros escarceos pero yo estoy muy entusiasmado porque se trata de estos hombres tan maravillosos que han construido nuestra Argentina.
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