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Parece mentira que Speak No Evil, considerado unánimemente por la crítica mundial como uno de los cien discos esenciales de la historia del jazz, no tuviera su edición local en CD. Coincidente con una nueva visita del saxofonista a Buenos Aires, la placa mantiene la frescura del momento de su elaboración: fines de 1964, la edad de oro del sello Blue Note. Shorter era la figura dominante de los Jazz Messengers de Art Blakey y del grupo de Miles Davis con igual protagonismo, y estaba comenzando su exitosa etapa como líder y compositor. Saxofonista tenor, con primarias influencias de Sonny Rollins y definitivas de John Coltrane, formó junto a la bravura del trompetista Freddie Hubbard y con Herbie Hancock al piano, Ron Carter en contrabajo y el baterista Elvin Jones un combo brillante interpretando temas propios, como el lírico "Infant Eyes" o "Dance Cadaverous", aquí con una versión inédita como bonus. Transitando entre el hard-bop y el jazz modal, su música conmueve por su dramatismo, calma, fiereza y misticismo, pasando con naturalidad del clímax al anticlímax, concluyendo con una perfecta resolución. Una mprescindible obra maestra que demuestra, una vez más, la vigencia de los clásicos.
Por Carlos Inzillo




