Con simples detalles, vestir una habitación para transformarla en un espacio más funcional y sumamente acogedor
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GUARIDA. En una esquina desaprovechada, la estilista Sol Van Dorssen colocó una mecedora acompañada con un corderito: un rincón de lectura irresistible.
PARTIDA DOBLE. Dos cortinas: la traslúcida permite el paso de la luz y la otra protege nuestro sueño, da color y hace que el cuarto cobre categoría.
EN CAPAS. La cama se vistió con una colcha a cuadros, mantas superpuestas y almohadones de terciopelo: texturas de otoño para lograr una sensación mullida.
PRÁCTICO. Adiós al canasto o la típica silla con ropa apilada. Un perchero de líneas finas siempre viene bien para dejar la muda del día o el pijama.
IMPECABLE. Una bandeja de madera para los perfumes, una bella foto, una lámpara canchera y velas aromáticas impactan sobre la cómoda donde antes se iban apoyando desordenadamente los objetos. Así dan ganas de mantenerla prolijo e ir rotando linduras.
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