Hace 9 años mantiene una guerra abierta con la barra oficial del Rojo por el control de la hinchada y sus negocios
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César Hugo Loquillo Rodríguez tomó el control de la barra de Independiente en 2012. Se suponía que su reinado debía ser temporario, para cubrir la ausencia de su amigo Pablo Bebote Álvarez, quien decidió pasar un tiempo en Ibiza junto a su familia. Pero, meses más tarde, Bebote volvió al país y Loquillo no quiso devolverle su lugar en la tribuna. Este conflicto sin resolución produjo el cisma y, desde entonces, la barra brava quedó dividida. La facción que apoya a Álvarez se hace llamar Los Diablos Rojos, mientras que quienes responden a Rodríguez se autodenominan Somos Nosotros.
Bebote introdujo a Loquillo en la hinchada. En 2011 lo presentó como su segundo. Nunca imaginó que apenas un año más tarde terminaría enfrentándose con él a los tiros por las calles de Avellaneda. Su último “trabajo” conjunto fue televisado para todo el país: las cámaras de seguridad los mostraron cuando irrumpieron en el despacho presidencial de Independiente para apretar al entonces mandamás, Javier Cantero.
El regreso de Bebote generó una guerra que dejó huellas en Loquillo: tiene dos balazos en su cuerpo. Después de distintos combates, cuando parecía que la interna se volvería interminable, los líderes de las dos facciones acordaron recurrir a una mediación. Convocaron a un “petit comité”, integrado por el entonces presidente de Independiente, Javier Cantero, además de autoridades policiales de Avellaneda y representantes del municipio. Cantero se negó a participar del tribunal conciliador. En su libro Contra el Sistema, da detalles del encuentro, que se concretó en un lugar neutral de Avellaneda. “Se reunieron en un viejo galpón del Gran Buenos Aires. El encuentro duró casi dos horas. Allí, se dividieron los negocios de la barra porcentualmente, como un matrimonio luego de su divorcio. Se repartieron estacionamientos, los puestos de hamburguesas y choripanes, la venta de bebidas en la tribuna y el merchandising sin licencia. Cuando estuvo todo resuelto, se sacaron una foto para homologar el acuerdo y hacerlo público”. En definitiva, se dividieron el territorio y los bienes. La imagen se publicó en distintos medios en 2012 junto al epígrafe que decía: paz en Independiente”, relata el ex presidente.
Quienes conocen a Loquillo lo describen como “un barra extraño”. Dicen que muchas veces viste formal, anda en Mercedes Benz y se muestra junto a su familia. Pero su prontuario detalla entradas y salidas de prisión por diversos hechos delictivos. Estuvo involucrado en causas por robo y homicidio. También estuvo prófugo de la Justicia en 2016, cuando fue acusado por el asesinato de Fabián Guzmán. Loquillo siempre negó haber sido el autor del crimen, pero la fiscal Virginia Gallo lo imputó junto a su hermano Mauricio Rodríguez, líder de la barra de Quilmes, denominada Indios Kilmes.
En abril del año pasado, fue detenido por violar la cuarentena. Lo arrestaron luego de chocar con su auto. Dentro del vehículo, la policía encontró una réplica de un arma. Pero Loquillo no siempre anduvo con “juguetes”: en 2019 protagonizó una persecución por las calles de Temperley, y cuando fue detenido, junto a un cómplice, les incautaron una pistola calibre 22 y un revolver 32 corto.
LA INTERNA LLEGÓ A LA TELEVISIÓN
La emboscada del martes pasado, cuyas imágenes se transmitieron en televisión, involucró a las dos facciones enfrentadas históricamente: Somos Nosotros, liderada por Loquillo, y Los dueños de Avellaneda, que hoy tiene como referente a un tal Juani de Gerli, heredero de Bebote. Pero la interna excede el universo de Independiente: los dos bandos suelen recurrir a barras de otros clubes de la zona para alimentar sus ejércitos y su poder. Se cruzaron en la sede del club, donde fueron a ponerse al día con la cuota social para ser considerados en el 50 por ciento del aforo que permite su estadio, el Libertadores de América. La versión policial, extra oficial, indica que el enfrentamiento fue planeado por Loquillo, aunque también hay testigos que aseguran que fue el sector que lidera Juani de Gerli el que atacó primero. Como sea, el episodio terminó con la intervención de policías bonaerenses y también de la Ciudad. Fueron detenidos 19 violentos y se secuestraron armas de todo tipo. Llamó la atención una pistola 9 milímetros marca Taurus, como las que usa la policía, con siete cartuchos.
¿Por qué pelean? El pacto entre Bebote y Loquillo quedó en el olvido. Las dos barras se enfrentan por el control de la tribuna, lo que les da acceso a distintos negocios: el estacionamiento en las inmediaciones del estadio, el control de los puestos callejeros e internos, el merchandising no oficial del club, monopolio de la venta de droga en tribunas... muchas veces tienen participación en los pases de los jugadores, tal como detalló Pablo Bebote Álvarez ante la Justicia. “Se discute dinero y poder”, reconocen varios protagonistas.
Las facciones están claramente posicionadas en la interna del club: la barra que lidera Juani de Gerli, la que hoy controla la tribuna, es opositora a la gestión de los Moyano, mientras que Loquillo pretende arrebatarle el poder con una hinchada “oficialista”.
La interna se recrudece un par de días antes de la vuelta de los hinchas a las canchas, luego del nombramiento de Aníbal Fernández como ministro de Seguridad. Pero no fue el único choque que hubo en el último mes: el 19 de septiembre se enfrentaron barras de Independiente contra una facción de hinchas de Racing; el 20 de septiembre chocaron dos facciones de la hinchada de Berazategui; el 22 de septiembre la interna de Arsenal en Wilde terminó con varios heridos de bala...
Hay un dato que revela la relación entre sindicatos y las barras. Meses atrás, cuando fue allanado el Sindicato de Camioneros en el marco de una causa por “coacciones y amenazas” contra una empresa transportista, los policías encontraron banderas de la barra de Independiente.
¿EL PRÓXIMO CHOQUE?
El enfrentamiento que conmocionó a la opinión pública puede repetirse en la próxima fecha, el lunes 11 de octubre, cuando Independiente reciba a Gimnasia y Esgrima de La Plata en el Libertadores de América. El secretario general de Independiente, Héctor “Yoyo” Maldonado, desmintió que los barras estén empadronados en el club. Describió la visita de los de Loquillo a la sede como “un avance para ver si podían acceder a algo, pero inmediatamente nos notificaron que esta gente se quería hacer socia estando en el derecho de admisión”. Maldonado, que está procesado por ser parte de una asociación ilícita, niega que existan barrabravas en el club.
Loquillo Rodríguez sigue en libertad. Anda a pie: se quedó sin su Mercedes-Benz, valuado en 15 mil dólares, luego de que se lo destrozaran los de Juani de Gerli durante el enfrentamiento. No parece dispuesto a ceder su lugar en la tribuna o a convivir con otros grupos. Le va la vida en esto: ya estuvo al borde de la muerte cuando fue a buscar la recaudación por la venta de choripanes bajo un puente, ni bien reemplazó a Bebote, en 2012, y fue recibido con una lluvia de balas.
En este escenario, los Moyano competirán en las elecciones de diciembre por un tercer mandato para seguir presidiendo a Independiente. La disputa con Bebote Álvarez culminó con su salida de la tribuna y con la denuncia por asociación ilícita contra los líderes de Camioneros por parte de Bebote, que hasta pensó, en algún momento, en armar su propia agrupación política. Vuelve el fútbol. Vuelve la violencia en el medio de las elecciones en el país y en Independiente de Avellaneda.
“YO NO TENGO NADA QUE VER”
Pablo Bebote Álvarez dice que está retirado de la barra. Sin embargo, no son pocos los que sostienen que, motivado por viejos rencores, busca “dinamitar” a su ex socio. La Sala III del Tribunal de Casación Penal dejó firme su condena a tres años y seis meses de prisión por extorsionar al ex técnico de Independiente, Ariel Holan. Así lo dispusieron jueces Ricardo Borinsky y Victor Violini.
Consultado por LA NACION, Álvarez niega cualquier participación en los incidentes del martes pasado. Dice que está concentrado en su proceso judicial. En 2019, luego de declarar como arrepentido en la “megacausa Independiente” e incriminar a pesos pesados del club, entre ellos a Pablo Moyano, obtuvo la prisión domiciliaria y la excarcelación. También le quitaron la tobillera electrónica.
En la misma causa aparecen imputados, entre otros, Héctor “Yoyo” Maldonado; el ex vicepresidente segundo, Noray Nakis, y Roberto “el polaco” Petrov, histórico custodio de los Moyano, al que le encontraron varios millones de pesos en su casa luego de que recibió a los tiros a un grupo especial de la policía antes de ser detenido a fines de 2017.
Bebote Álvarez está en libertad. Hoy tiene un restaurante y un museo de eventos con camisetas y objetos de Independiente. El lugar se llama “Los Diablos Rojos” y queda a pocos metros de la sede del club de Avellaneda, donde fue la última batalla. Pero desmiente cualquier vinculación con ese episodio: “estoy muy lejos de la hinchada. Tengo mucho trabajo, hago eventos empresariales y atiendo comedores escolares. El martes, cuando pasó todo este lío, estaba con mi mujer yendo a Palermo. Después nos fuimos a la quinta, en Moreno, y volvimos a la Palermo casi a media noche. Antes, pasamos por un cumpleaños. Las cámaras de seguridad, tanto del negocio como de la quinta, pueden demostrarlo”, remarcó Álvarez.
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