Autocuidado consciente: por qué dedicarte tiempo mejora tu salud mental, tus vínculos y tu bienestar integral
Darse un espacio personal no es egoísta, sino una acción clave para fortalecer el amor propio, prevenir enfermedades y mejorar la forma en que nos relacionamos con los demás
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¿Cuánto tiempo hace que no te dedicás un tiempo a vos mismo? ¿Cuál fue la última acción de autocuidado que realizaste? ¿Sos consciente del impacto positivo que tiene en tu salud mental el hecho de cuidarte a vos mismo?
El autocuidado consiste en realizar una serie de acciones y conductas orientadas a obtener bienestar personal -y más allá de que puede sonar como un acto vanidoso, individualista y egoísta- y se trata más bien de un acto de amor propio.
Habitualmente la persona que destina un tiempo y espacio a su cuidado personal experimenta sentimientos de culpa ya que el imaginario colectivo le atribuye una connotación negativa. Considero fundamental desterrar este mito y crear consciencia colectiva relativa al poder de cuidarte.
Aquella persona que es capaz de cuidarse a sí misma, estará en mejores condiciones de cuidar a otro y de pasar de un compromiso y responsabilidad personal a uno grupal o colectivo. A su vez se trata de un elemento que promueve la salud evitando la aparición de enfermedades físicas y mentales.
El autocuidado forma parte de los aspectos que favorecen un amor propio fortalecido y firme, siendo este el pilar fundamental de nuestra salud mental y bienestar integral.
Facetas
El autocuidado puede reflejarse en distintas dimensiones:
1- Emocional. Es fundamental aprender a reconocer nuestras emociones, aceptarlas, analizar el por qué llegan en este momento, qué tenemos que aprender de ellas, identificar como repercuten en mi cuerpo y conducta así como también gestionarlas adecuadamente.
2- Espiritual. Cultivar una creencia en algo que trascienda el plano material ya sea una religión, la inteligencia universal, el poder de la reflexión o el trabajo en uno mismo.
3- Física. La conexión con el cuerpo, sus necesidades y posibles dolencias o malestar. El cuidado de la salud física desde lo biológico y médico.
4- Imagen personal. La imagen corporal transmite un mensaje por el simple hecho del contacto visual con otro. Sin mediar palabra, la otra persona puede decodificar algunos aspectos de nuestra personalidad. Es una suerte de documento de identidad donde proyectamos elementos personales. Estar alienados, prolijos y con la ropa adecuada para la ocasión habla de cierta coherencia cognitiva y conductual, se relaciona con tu estilo de pensamiento y lo que hacés.
5- Cognitiva. Es vital aprender a identificar y reconocer tu patrón de pensamiento: si es positivo, con tendencia negativa o catastrófico. Si nota que el suyo se relaciona con estas dos últimos esquemas cognitivos, es necesario trabajar para generar cambios. Cuidar de tu pensamiento es básico para tu salud mental y bienestar, siempre digo que “el pensamiento construye tu realidad”
6- Conductual. Ser conscientes de nuestras conductas, hábitos y rutinas es fundamental. ¿Sos de los que reaccionan o de los que responden? Reaccionar se vincula con lo visceral e impulsivo.

7- Social/vincular. El tipo de vínculos que establecemos, y fundamentalmente con quienes, es muy importante. Rodearnos de personas positivas, saludables, con las que compartimos buenos momentos e intercambio de ideas, risas, abrazos y afinidad en cuanto a preferencias y gustos, y además que sumen a nuestra vida, resulta clave. Hay que estar atentos a ello y en caso de identificar la presencia de vínculos o personas tóxicas poner el límite y cierta distancia por lo pronto emocional, ya que física en ocasiones no resulta tan sencillo dependiendo del tipo de vinculo (parentesco, cuando se convive con la persona, etcétera).
Consejos prácticos
Te sugiero las siguientes acciones de autocuidado.
- Leer un texto cuyo contenido favorezca tu crecimiento y desarrollo personal.
- Tomarte unos minutos en el día para vos mismo en soledad, sin estímulos distractores y conéctate con tus pensamientos, tu cuerpo y tus emociones.
- Trabajar en el autoconocimiento para luego mejorar y potenciar aquello que realmente necesitás hoy.
- Conectar contigo mismo, escucharte sin juzgarte y ser empático y autocompasivo.
- Perdonarte por todas aquellas cosas que todavía te hacen sentir culpable y te generan sufrimiento y un malestar significativo.
- Respetar tus tiempos, tus ganas, tu nivel de energía.
- Trabajar para mantener tu mente en calma.
El autocuidado es un acto de amor propio, de autoestima y vida emocional equilibrada, bienestar integral y calidad de vida.
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