Camicletas, el nuevo andador para chicos

Por las calles europeas ya es una postal común. Chiquitos en bicicletas que, en lugar de pedalear, se impulsan con sus propios pies. No hay pedales ni las clásicas "rueditas", simplemente su equilibrio y fuerza en acción. Para Sofía Martin, una argentina que vive en Ibiza hace dos años, resultó tan interesante como tentador, y no pasó mucho hasta que su hijo Simón se subió a la propia. "Consulté con la mamá de un amigo de Simón y me comentó lo bien que andaba, y cómo le había sido supersimple pasar a una con pedales y sin rueditas. En la bicicletería también me asesoraron y contaron que, en la transición, lo único que deben aprender es a usar los pedales, porque el equilibrio ya lo tienen. Así que compramos una, y a los dos años y medio, Simón ya levantaba los dos pies del suelo y andaba perfecto", relata. La tendencia toma impulso ahora en la Argentina. Aunque para el ojo común pueda no notarse, si prestáramos atención a los niños de entre 2 a 5 años dando vueltas en bicicleta, veríamos que muchos usan los modelos sin pedales. Llamadas "camicletas", ya que se camina sobre la bici, con el éxito y la difusión distintas marcas han sumado sus variantes. Entre ellas, Ding Dong Bikes fue una de las pioneras. "En un viaje a Berlín en 2011, quedamos sorprendidos no sólo por la cantidad de bicicletas en la ciudad, sino, sobre todo, por los chicos de dos años que se manejaban con toda soltura en unas sin pedales. Pensamos que serían ideales para nuestros sobrinos, pero como era imposible transportarlas, se nos ocurrió empezar a fabricarlas", cuenta Ezequiel Lasnier, creador del emprendimiento. El proceso tardó un tiempo, ya que buscaban un producto de alta calidad, seguro y con gran cuidado estético, al tiempo que realizaron un análisis de mercado para evaluar la viabilidad del proyecto. "Queríamos establecer este modelo como la elección de primera bici para chicos, y trabajamos en la difusión de las ventajas del producto en el proceso de aprendizaje y el valor afectivo. Y hoy vemos que las bicis sin pedales cuentan con un lugar dentro de las opciones de compra", agrega Lasnier.

Superioridad y ventajas

¿En qué radica la ventaja de estas bicicletas sobre las clásicas? "Las bicicletas sin pedales son bicicletas de aprendizaje. Lo más importante para aprender a andar es mantener el equilibrio. Y el fin de la camicleta es que los chicos logren esto sosteniéndose con sus propios pies, sin necesidad de rueditas estabilizadoras, que hacen que demoren en lograr ese equilibrio", explica Tomás Ithuralde, dueño de Canaglia Recoleta, bicicletería donde en el último tiempo se ha ampliado la oferta y la demanda de modelos. Una vez que los chicos ya han adquirido ese aprendizaje, además, van tomando confianza en la velocidad y apoyando cada vez menos los pies. "En ese momento es cuando se recomienda pasar a la bicicleta con pedales, sin necesidad de aquellas con rueditas", agrega.

Otro punto interesante es la edad precoz a la que pueden comenzar a usarse. Mientras al año y medio o dos un niño estaría usando un triciclo, con estas versiones sin pedales ya pueden comenzar a practicar su movilidad en estas bicis.

También aparece el factor seguridad. Desde Ding Dong Bikes aseguran que sus modelos tienen un giro restringido, que previene la producción de vuelcos. "A su vez, la sustitución de los rayos de las ruedas por llantas macizas evita que el niño se lastime manos y pies, y las cubiertas macizas de goma eva mejoran el andar y la amortiguación, no requiriendo su inflado", relata Lasnier. Para él, uno de los mayores beneficios de estas bicicletas es cómo fomentan la experimentación en los niños. "Hacen a un proceso de aprendizaje mucho más natural e intuitivo que, en consecuencia, logra mejores resultados", sostiene.

La duda que subyace entonces es si estaremos frente al fin de las bicicletas con rueditas. El aumento notable de ventas en el último año habla de una tendencia fuerte, como el hecho de que marcas importantes hayan lanzado sus versiones. Con los frutos a la vista, la competencia parece estar dada. El tiempo y los pequeños ciclistas darán su veredicto.