Caso Belsunce: la historia del famoso "pituto", el elemento que marcó la investigación

Hace 18 años, el 27 de octubre de 2002, María Marta García Belsunce fue asesinada en su casa del country Carmel. El crimen en principio fue catalogado como un accidente doméstico -un caída en la bañera-, pero más tarde se supo que la habían matado a balazos.

Cinco tiros habían impactado en la cabeza de la socióloga de 50 años, mientras que un sexto disparo había rebotado en su cráneo y el casquillo del mismo se convertiría luego en el famoso "pituto". Un elemento que fue arrojado al inodoro por uno de los familiares de la víctima.

"El caso García Belsunce" se convirtió en una especie de novela policial en vivo: atrapante, con acusaciones cruzadas y parte de la familia de la víctima convertida en sospechosa. Carlos Carrascosa, el viudo de María Marta, estuvo preso cinco años condenado como coautor del homicidio.

En tanto, el hermano de la socióloga, Horacio García Belsunce y su medio hermano, John Hurtig, fueron acusados, junto a otras personas, de haber sido encubridores del crimen.

Hoy todos ellos están absueltos, pero el caso parece no querer borrarse del imaginario popular. En principio, el viudo de la víctima publicó este año un libro que escribió durante su estadía en la cárcel: Carlos Carrascosa, diario de un inocente. Un amor, una causa, una vida.Y por otra parte, Netflix estrena el documental Carmel ¿Quién mató a María Marta?

En medio de esta especie de reedición del caso a partir del libro del viudo y la serie de la plataforma de streaming, vuelve a ponerse en primer plano uno de los episodios que más se recuerdan de esta saga policial no resuelta: la aparición, descarte y el nuevo hallazgo del famoso "pituto", que fue el nombre que uno de los protagonistas de esta historia le puso a un casquillo de bala que se hallaba en la escena del crimen y al que, en principio, no lo habrían reconocido como tal.

El descarte del pituto

El pituto era en realidad la prueba de uno de los seis balazos que le habían disparado a María Marta aquel 27 de octubre de 2002 y el único de todos ellos que había rebotado contra su cráneo. Una prueba vital para la causa, por cierto, y que ayudaría luego al primer fiscal del caso para acusar de encubrimiento a los hermanos de la víctima.

"Es verdad que tiramos el pituto, pero no sabíamos que era una bala", sentenció John Hurtig, el medio hermano de María Marta, en una declaración indagatoria en el juicio por el homicidio del country Carmel, en febrero de 2007.

El hombre indicó que, en ese momento, al encontrarse con el elemento metálico, que luego sería bautizado como "pituto", él y los demás presentes en el lugar pensaron que era un soporte de alguna estantería o un elemento que habían dejado los paramédicos en el lugar al atender a la víctima. Por ello, Hurtig admitió que habían tirado el "pituto" al inodoro.

Según la reconstrucción que hacía en 2007 la agencia Telam, el "pituto" fue encontrado por el medio hermano de María Marta en la escena del crimen aquel octubre de 2002; luego, el hermano, Horacio García Belsunce (h), lo levantó con papel higiénico del suelo -como aprendió "de las películas", según dijo- y, tras consultarlo con Carrascosa, lo arrojaron al inodoro.

El primer fiscal de la causa, Diego Molina Pico, sospechó entonces que Hurtig, Carrascosa y García Belsunce (h.) -supuestamente el autor del término "pituto"-, habían tomado la decisión de deshacerse del elemento, que en realidad era un proyectil de plomo desnudo correspondiente a una bala calibre 32 largo, el arma con la que habían disparado a María Marta. Para el fiscal, el descarte de un elemento probatorio tan contundente podía ser una fuerte prueba de encubrimiento.

"Lo tiramos antes de tener dudas sobre cómo había sido la muerte de María Marta. Esa fue la cagada. Si hubiéramos sabido ahí que la habían matado, jamás lo hubiéramos tirado", aseguraría Hurtig años más tarde. En este sentido, vale agregar que el tiempo que pasó entre la muerte de María Marta y la confirmación por parte de la justicia de que había sido asesinada fue de más de 35 días.

El hallazgo del pituto

Lo cierto es que fue el propio Hurtig el que se acercó al fiscal Molina Pico poco después del crimen a contarle que habían descartado algún elemento que podía ser importante para la causa. Entonces, el 18 de diciembre de 2002, tres días después de que la autopsia acreditara que María Marta había sido asesinada, se realizó la búsqueda del famoso elemento metálico.

Una retroexcavadora, un autobomba, un detector de metales y dos días de trabajo demandó a bomberos encontrar el "pituto". Destruyeron primero el inodoro e indagaron en la cámara séptica. Más tarde usaron una retroexcavadora para abrir el pozo ciego de la casa y sacar en baldes el contenido de barro y excrementos que se encontraba en el lugar.

Más tarde, arrojaban sobre una sábana el contenido de los baldes y allí, con el detector de metales buscaban el pituto, que finalmente fue hallado en el contenido del cuarto baldazo. Sonó el detector y fue el mismo Hurtig el que lo agarró y lo entregó al perito balístico, según la narración del hecho que hacía LA NACION en un artículo de febrero de 2007.

El hallazgo del pituto fue fundamental para que el fiscal Molina Pico avanzara en la acusación de encubrimiento contra Hurtig y García Belsunce. Sin embargo, en una entrevista a este medio, en octubre de 2013, el propio medio hermano de la víctima se defendía de las acusaciones: "El fiscal habló del pituto, pero lo que no dijo, y consta en la causa, es que fui yo quien le dije que creía que había tirado algo que podía ser importante".

"Yo mismo estuve 9 horas vaciando la cámara séptica junto a la policía. Fui yo quien lo encontró y lo puso en la mano del fiscal. Él vendió pescado podrido a la prensa", insistía entonces el medio hermano de María Marta. Y añadía: "Si yo fuera culpable, ¿por qué le daría al fiscal algo que después se volvería en mi contra? Él nunca se hubiera enterado de esto si nosotros no se lo hubiésemos contado".