Arte digital, acrílicos, impresiones en láser, fotografías intervenidas, indumentaria y megaobras en aluminio desplegadas en un hall central de 33 metros de altura que representan la riqueza del continente son parte de la propuesta del impactante Zeitz MOCAA, el museo de arte contemporáneo africano de Cape Town, el más grande del mundo en su rubro.
Tiene más de 100 galerías en las que muchas de las piezas dan idea de movimiento fluido, de continuidad, al igual que las estructuras redondeadas de la construcción, con estética retrofuturista. Simbolizan la energía que avanza. Pero también hay lugar para la denuncia: por ejemplo, una instalación fotográfica alude a los 200 millones de chicas y mujeres de 30 países que fueron víctimas de la mutilación genital, con testimonios, audios e imágenes en las que sus vaginas aparecían cubiertas con flores de porcelana.
El edificio, que en su momento fue el más alto de la ciudad, está conformado por 42 tubos de hormigón de 5,5 metros de diámetro cada uno.
De diseño ultramoderno, el museo también conserva su impronta industrial, con estructuras antiguas de su pasado como silo. Está integrado a la zona conocida como Victoria & Alfred Waterfront, donde se reciclaron construcciones de comienzos del siglo XX para convertirlas en hoteles, mercados, cafés y oficinas.
Por ejemplo, el Silo Hotel, contiguo al museo, tiene tarifas de hasta u$s 1.700 la noche, y pasó de albergar granos a turistas dispuestos a pagar ese precio por mirar Ciudad del Cabo a través de unas preciosas ventanas redondeadas.
Enfrente, el Watershed es el mercado que combina shopping mall, gastronomía, artesanías y explanada con artistas callejeros y una rueda de la fortuna. La oferta es tan variada que no hay excusa para perderse este sector de una ciudad, que lo tiene todo.