Con porte inglés, Clive Owen
Con un rostro seductor y una vasta trayectoria teatral, el actor de Closer y Niños del hombre se abrió paso en el cine y conquistó Hollywood. Dice que la clave para mantenerse es evitar los encasillamientos y elegir siempre personajes diferentes
Cambiar, mudar de estilos, diferenciarse. Ese parece ser el objetivo de Clive Owen. A los 42 años, este actor inglés de importante trayectoria en el teatro se afirmó como un seductor codiciado por Hollywood. En los últimos 10 años, con su papel en Croupier (1998) como trampolín definitivo, su carrera en el cine creció de manera meteórica. La pantalla grande ya se prepara para recibirlo en dos superproducciones cuyos estrenos están en lista de espera: Shoot ’Em Up (Dispárenles) y The Golden Age, la segunda parte del film
Elizabeth I, con Cate Blanchett, en el que encarna a sir Walter Raleigh. Ha trabajado con grandes directores, aunque nunca con su favorito: Martin Scorsese.
“Amo los films de Scorsese, y creo que Taxi Driver y Toro Salvaje son simplemente fenomenales. Pero me gustan varias cosas y soy un poco anticuado. Adoro las películas Casablanca, Sweet Smell of Succes (Dulce aroma del éxito), y soy un gran admirador de Chaplin y Keaton también”, confiesa Owen, casado con la actriz Sarah-Jane Fenton, con quien tiene dos hijas: Hannah y Eve.
“Mi carrera podría ser definida por algunos cambios realmente increíbles. El primero, que por mucho es el más importante, es haber entrado en la Real Academia de Arte Dramático. Ya me había inscripto estando en Coventry; asistí durante dos años, audicioné y luego entré, y eso realmente cambió mi vida porque dejé Coventry, me mudé a Londres y comencé el camino que quería tomar. Eso fue algo fuerte. Luego logré entrar en la serie Chancer, lo que me lanzó al mundo de la tevé”, dice sobre sus comienzos.
“El próximo paso –continúa– fue Croupier, en EE.UU., y luego Closer fue otro importante cambio después de aquél. Estaba magníficamente dirigida, con un elenco increíble, y uno necesita lograr esas oportunidades. Hay mucha gente talentosa por ahí que no tiene la suerte necesaria. Incluso con suerte uno puede arruinarlo todo, pero al menos tuvo la oportunidad, de manera que pudo intentarlo.”
–Croupier es vista por muchos como la actuación que marcó un progreso en usted. ¿Podía decir que estaba en algo grande?
–Originalmente no, porque cuando hicimos esa película tenía un presupuesto pequeño. Era algo así como una filmación de seis semanas, y a la gente que la hizo en Inglaterra, Channel 4, no le gustaba, de manera que la quisieron poner directamente en tevé. Así que sólo fue por un gran amigo de Mike Hodges, que realmente la apoyó para llevarla a Los Angeles. El tenía buenos contactos, era amigo de Robert Altman, a quien la película gustó, y la puso en pantalla y habló bien de ella. Finalmente logró una distribución pequeña, y la cosa simplemente creció y creció. Empezó poco a poco, pero obtuvo buenas críticas y causó gran impacto. No hizo mucho dinero, pero se hizo popular en la industria. Fue una de las películas que la gente quería ver ese año, y cambió totalmente mi carrera, ya que era la primera vez que hacía algo que era visto en los Estados Unidos.
–Antes de que el film apareciera, ¿consideró alguna vez mudarse a Los Angeles para probar como actor?
–Acostumbraba ir a Los Angeles al comienzo de mi carrera, impulsando películas cortas, y conocí a muchos directores de reparto, pero siempre corría nuevamente para Londres. No había posibilidades de que pudieran cumplir mi sueño. Creo que si uno quiere ir a Los Angeles debe llevar algo; la idea de presionar con nada y sólo tratar de entrar es terrible. Yo no pude hacer eso: toda la ciudad está llena de gente que trata de estar cerca, con la esperanza de entrar, y yo creo que ese lugar realmente lo puede devorar a uno. Pero si uno va con algo, tiene una posibilidad. Yo nunca tuve la intención de llegar para tratar de entrar a los codazos.
–¿Qué piensa de The Golden Age (La edad dorada; se estrenará en 2008)?
–Fue muy divertido hacer una gran pieza de época. Me divertí enormemente con la primera parte y pensé que ésta tenía un guión realmente bueno.
–Usted representa a Walter Raleigh. ¿Sabía mucho sobre él antes de asumir el papel?
Sabía que diseñaba bicicletas (ríe). Y me encantó el Degollador. No, en serio: hice mucha investigación y aprendí un montón sobre él. Era una persona increíble, y estoy seguro de que se podría hacer una película realmente buena sólo sobre su vida.
–¿Tiene alguna preferencia entre los papeles que le ofrecen?
–Lo más importante es que sean variados. Eso es lo único que tengo en mi carrera, es decir, lograr mantenerme en los cambios. No quiero hacer cosas que sean demasiado similares, de manera que con las últimas cuatro películas que he hecho estoy realmente muy contento por lo diferentes que son.
–¿Querría volver al teatro?
–Sí, eso es algo sobre lo que estoy pensando. No para nada específico, sólo como una idea general. Querría hacer una obra el año que viene. Hace ya cinco años que no hago teatro, pero quiero que sea algo que realmente me entusiasme, porque uno sube al escenario y hace lo mismo todas las noches. Creo que es malo dejarlo durante demasiado tiempo, pero no he encontrado nada que realmente me apasione. Quisiera que fuera una obra nueva.
–¿El teatro es mucho más duro?
–Sí, es como ir al frente, estar ahí para que a uno lo maten. Es un desafío real porque uno está allí y, si no sale, bueno… Pero ese desafío es parte del encanto, y también es un trabajo físico. Es como ir al gimnasio. Uno obtiene una energía diferente de la que aporta una película. Está lleno de vigor físico, y creo que lo mantiene a uno en forma como actor. Pienso realmente que hay un poco de esnobismo con respecto al teatro, especialmente cuando vuelvo a casa, donde se piensa que si uno no lo ha hecho sobre un escenario no se es un buen actor. Creo que eso es ridículo. Uno puede ver algunos grandes actores de películas y no se necesita verlos en una obra para saber que son buenos actores. Sólo porque lo hacen en un medio diferente no significa que son menos hábiles.
–¿Todavía está interesado en fusionar cortos independientes con películas de grandes estudios?
–Estoy tratando de unir lo que haré el año que viene, pero es un verdadero palo en la rueda cuando un film corto se mezcla con el ritmo de las películas grandes. Aunque es algo que realmente deseo hacer: quiero mezclarlos. Es un buen guión con un buen director. Hace tiempo aprendí que la clave es ser bueno, sin importar si se trata de un gran éxito o de un film independiente. Si es bueno, y uno está allí, eso es lo que sostiene su carrera. Por eso, nunca me esfuerzo demasiado por el aspecto profesional, si debo hacer esto o aquello. Yo sólo trato de elegir los mejores guiones y los mejores directores.
Traducción: María Elena Rey
Para saber más: www.imdb.com
Fragancia seductora
Por su rostro seductor, no resulta extraño que Lancôme lo haya elegido para representar la nueva fragancia masculina Hypnôse Homme y el nuevo tratamiento anti-age para la piel Lancôme Men. Para el perfume, Clive Owen protagonizó una publicidad que él mismo se encarga de describir: “Está dirigida por Wong Kar-wai, filmada de manera muy elegante y hermosa. Cuando me dijeron que le ofrecían el proyecto a Wong me sentí conmovido; creo que es uno de los más increíbles directores de cine”. Sobre la fragancia, Owen opina que es “absolutamente masculina y seductora”.
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