El cambio de guardia que hizo revivir al jazz
A finales de 2011, un músico de Los Ángeles llamado Kamasi Washington entró en un estudio de grabación en el centro de la ciudad junto con un grupo de amigos, a la mayoría de los cuales conocía desde tiempos del colegio. La maratónica sesión se prolongaría por un mes y produciría tanto material que al artista le llevaría otros cuatro años de depuración antes de editar el álbum que cambiaría la historia del jazz en el siglo XXI. Sería un disco triple, exuberante, de cerca de tres horas de duración: 17 temas, algunos de 15 minutos, interpretados por una banda de 10 músicos, apoyados por una orquesta de 32 personas y un coro de 20 integrantes. Apropiadamente, el álbum se llamó The Epic ("El épico"), y su primer tema "Change of the Guard" ("Cambio de guardia") resultó premonitorio.
Ese mismo año, 2015, Kamasi había participado, como saxofonista y arreglista, de unos de los discos más influyentes de la década, To Pimp a Butterfly, del rapero Kendrick Lamar. La colaboración le había aportado fama a su carrera, pero con The Epic alcanzó otro nivel. La crítica se rindió a sus pies y rápidamente lo consagró como la primera celebridad del jazz desde que Wynton Marsalis irrumpiera en la escena neoyorquina a comienzos de los años 80.
Desde entonces, Kamasi –un imponente afroamericano que recuerda físicamente a Thelonious Monk o a Charles Mingus– aportó al jazz algo con lo que no contaba desde hacía décadas: multitudes de jóvenes colmando estadios y bailando con su música. Con influencias de música clásica –The Epic incluye una versión de Clair de Lune, de Debussy–, hip-pop, rock, pop y música electrónica, y reminiscencias al afrofuturismo y al Coltrane de los 60, logró, en la mejor tradición del jazz, retroalimentar a la música negra con otros géneros e influirlos mutuamente. Además, llevó el jazz a festivales de rock, como Coachella, Primavera Sound o Glastombury.
El cambio de guardia también lo lideran artistas como la cantante Cécile Mclorin Salvant, nacida en Miami y considerada la nueva Sarah Vaughan, o el músico de Nueva Orleáns Trombone Shorty, que pasó de un papel secundario en la serie Treme, de HBO, sobre los efectos del huracán Katrina en la cuna del jazz, a convertirse en otra celebridad que llena estadios haciendo vibrar a multitudes con un trombón, un instrumento olvidado por más de medio siglo.
Buenos Aires no es ajena a este renovado auge del género, y mientras esta semana se realizará una nueva edición del Festival Internacional de Jazz, por fuera de él Herbie Hancock actuará en el Luna Park. El pianista, a quien entrevistamos para esta edición, integró en los 60 el célebre quinteto de Miles Davis que cambió el sonido del jazz con instrumentos eléctricos y sintetizadores. A los 78 años es una leyenda del jazz que representa la vanguardia y la revolución constante de la música negra, y un puente con una generación que hoy toma la posta y que está haciendo que el jazz vuelva a vivir.