En busca del preservativo perfecto
Un concurso propone desarrollar modelos originales que, a la vez, no reduzcan el placer
NUEVA YORK.- Basta darle una ojeada a la tienda online Condomania para notar la variedad de preservativos que existe.
Sabores como "ponche de las islas", "banana slip" y "chicle globo". Preservativos con anillo vibrador con batería de hasta 20 minutos. Condones que brillan en la oscuridad y que prometen "30 minutos de diversión fosforescente". Y en la categoría "Celebrity Condoms", está el "Paquete de Estímulo de Condones de Obama", en el que cada preservativo viene con la imagen del presidente con los dos pulgares hacia arriba.
Pero aunque ese sello de aprobación presidencial fuese cierto, no lograría superar un obstáculo serio y crónico para la salud pública: a la mayoría de los hombres no les gustan los preservativos.
Ahora, la Fundación Bill y Melinda Gates se ha metido al juego. La fundación acaba de terminar de reunir las aplicaciones que recibieron en su gran desafío: un concurso para desarrollar "una nueva generación de preservativos que no haga perder nada del placer o que incluso lo aumente".
El objetivo es evitar dos problemas graves: los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual. Los condones son una forma económica y efectiva de impedir ambas cosas, pero sólo un 5 por ciento de los hombres de todo el mundo los usan, y se producen 2,5 millones de nuevas infecciones de HIV por año. "La razón típica y predominante para no usar preservativo es que disminuye el placer sexual", dice Stephen Ward, un funcionario del programa de la Fundación Gates. "¿Cómo hacer para que los condones sean más deseables? Bueno, ése es nuestro objetivo".
Más de 500 aplicaciones se volcaron al concurso de Gates, que en unos meses entregará 100.000 dólares en premios a los ganadores. Por primera vez en un desafío de Gates, la gente envió muestras.
Los expertos en preservativos, que estudian el tema desde hace años, tienen cierta idea de lo que puede funcionar y lo que decididamente no funciona. "No creo que hayamos visto todavía un preservativo que nos vuele la cabeza", opina Ran Frazieres, vicepresidente de investigaciones y evaluación del Consejo de Salud Familiar de California, que se dedica a testear condones para la industria. "En primer lugar, a los hombres les gustaría si no supieran que lo tienen puesto -se explaya Frazieres. Y en segundo lugar, tiene que ser mejor que lo que solían usar".
Son muchos los fabricantes que han intentado desarrollar condones más atractivos. Algunos modelos, como Pleasure Plus y Twisted Pleasure, diseñados por el cirujano indio Alla Venkata Krishna Reddy, a quien llaman "el Leonardo da Vinci de los condones", se enfocaron en las quejas sobre la fricción y el ajuste del preservativo, y son más amplios, en forma de globo. El látex sobrante y en movimiento es supuestamente estimulante.
Pero sólo algunos hombres saben apreciar esa característica, porque parece que los condones son objeto de una amplia variedad de preferencias y rechazos. "Para muchos, lo que importa es sentir que no tienen nada puesto-plantea Frazieres-. Y otros quieren que titile como un cartel de neón."
Bidia Deperthes, asesora técnica en cuestiones de HIV del Fondo de Población de las Naciones Unidas, tiene en su oficina una pared cubierta de condones, con versiones que vienen en paquete de chupetín, cartones de leche chocolatada, y papel de caramelos.
Una innovación muy poco exitosa fue el condón "sombrero", parecido a una pequeña capa de lluvia y diseñado, según Frazieres, "para ajustarse sólo sobre la punta" y "brindar un máximo de sensación". Lamentablemente, "en pruebas clínicas, a las parejas se les hacía difícil impedir que saliera", explica Frazieres.
Otra idea fue el condón en spray: una aplicación de látex líquido que creaba un condón a medida sobre el miembro del usuario. Aunque, según los especialistas, "no tenía receptáculo para el esperma y nadie sabía cómo sacárselo".
Un diseño prometedor, ya disponible en algunas partes del mundo, es el condón Pronto 4:Secs, cuya caja viene decorada con dibujos. Se trata de un aplicador plástico de preservativos que reduce el tiempo de colocación a cuatro segundos y se parece a un salvavidas. Y tal vez el nuevo y más innovador producto norteamericano del rubro sea el condón de la empresa Origami, que todavía es objeto de estudios clínicos. Su inventor, Danny Resnic, dice haberse motivado en su experiencia personal, después de la rotura de un condón que lo llevó a contagiarse de HIV. Tiene pliegues tipo acordeón, es holgado y está hecho de silicona para que se sienta más parecida a la piel. "Se pone en menos de un segundo y no hay manera equivocada de ponerlo", cuenta Resnic. Aparte de los condones para hombres, que Origami llama "condones externos", la empresa tiene su versión femenina (un "condón interno"), y los primeros condones para sexo anal y sexo oral, plantea Resnic.
Deperthes también sostiene que hay que mejorar el marketing, ya que la mayoría de los países eligen el formato simple de vainilla de condones. Hoy, ella dice estar desarrollando una "caja de bombones" que exhiba los diferentes condones para enviarlos como regalos a los ministros de salud de otros países. De hecho, y debido a las enormes diferencias culturales al respecto, Deperthes y sus colegas dicen que el valor que puede tener el concurso de la Fundación Gates es encontrar varios tipos de condones y ayudar a producirlos a bajo costo para el mundo en desarrollo. En sus palabras, "a veces unos quiere ponerse botas y otras prefiere las pantuflas".
The New York Times