Hace 100 años presentó al “eslabón perdido”, todos se ilusionaron y ahora se descubrió un doble pifie histórico
El histórico espécimen había sido sacado a la luz por Charles Dawson; con el tiempo, sus colegas dudaron; ahora, terminaron de dar con el fraude final
En 1912, Charles Dawson, investigador y arqueólogo, presentó en Londres los restos fósiles quien fuera, aparentemente, descendiente de los simios, especie que completaba el proceso de evolución humana. Ante la carencia de información y métodos para contrastar aquella afirmación, todo se tomó como cierto hasta que, en 1953, se desmoronó por completo aquella investigación que, detrás, escondía una mentira. Sin embargo, eso no fue todo: en la actualidad, gracias a tecnología de punta, también se determinó que esos huesos no corresponderían a un ejemplar masculino.
A inicios de la segunda década del 1900, se presentó en la Sociedad Geológica de Londres un cráneo que databa de 500.000 atrás, el cual se presumía que provenía del espécimen que siguió en el proceso de evolución humana. Ante la inexistencia de un eslabón que explicara el salto del simio al Homo sapiens sapiens, esta criatura concordaba con los anhelos profesionales de Dawson.
Fue en ese entonces que se lo llamó “El Hombre de Piltdown”, en honor a su descubridor, quien, a decir verdad, logró estafar a toda la audiencia y plantó una figura falsa, hecha con diferentes restos óseos de humanos y orangutanes. Además, la historia cuadró a la perfección, ya que se halló junto a herramientas de piedra primitivas y otros restos de animales. También, se pintaron a los huesos con una solución de hierro para que parecieran más viejos.
Así, cincuenta años después, se determinó que el que creían como el eslabón perdido entre los simios y el humano moderno fue una farsa.
Gracias al experto forense e ilustrador en 3D, Cícero Moraes, desde el Museo de Historia Natural de Londres se conoció el posible rostro de la criatura perdida, a la cual correspondían parte de los molares desgastados y del cráneo. Mediante un trabajo minucioso de reconstrucción, el Hombre de Piltdown resultó ser una mujer.
Con esta investigación, se desmintió una segunda creencia que perduró desde 1912 hasta nuestros días. Junto a un artículo de la revista Time de 1953 en donde se aclaró que el cráneo estaba compuesto por tres especies distintas, enseñaron un diseño que se formó con la combinación de un cráneo humano de la época medieval.
Por lo tanto, esa ilustración incluyó la mandíbula de un orangután y los dientes de un chimpancé. Como resultado final, quedó una figura extraña pero similar a la de un homínido primitivo.
Según detalló el medio británico Daily Mail, los científicos a cargo remarcaron: “Se destacó la posibilidad de que la mandíbula de un orangután hembra se hubiera utilizado como base en el proceso de falsificación de fósiles (...) Combinando esto con los aspectos delicados del cráneo, presenta la posibilidad de que, de hecho, no sea un hombre, sino una Mujer de Piltdown”.
La estafa no solo corrió por el lado de que se trataba de una composición incorrecta de un eslabón inconcluso sino que, además, Charles Dawson usó fragmentos de dos personas de la época medieval, por lo que la mentira consternó aún más a los científicos que hace años trabajan en el caso.
De esta manera, el mayor engaño del siglo XX con el Hombre de Piltdown volvió a ser noticia 111 después, con una reconstrucción que adaptó el tejido humano a las indicaciones de este rostro ficticio.
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