Un científico descubrió cómo se podría viajar en el tiempo tras resolver una fórmula matemática

La idea de viajar en el tiempo cautivó al ser humano desde hace décadas. A través de las películas se alimentó esta teoría y se imaginó cómo sería un traslado decenas de años adelante o atrás. En Volver al Futuro, una de las películas más populares en cuestión, se ejemplificó a la perfección cómo sucedería esto. Debido a al interés social compartido, un científico de la Universidad de Vanderbilt, en los Estados Unidos, descubrió cómo podrían realizarse estos movimientos temporales tras resolver la “paradoja del abuelo”.

En un estudio que se publicó en la revista Classical and Quantum Gravity, el físico Lorenzo Gavassino exploró los fundamentos cuánticos y termodinámicos que afectarían la vida y los procesos físicos en un universo de curvas cerradas de tipo tiempo (CTC, por sus siglas en inglés). Allí reconoció que los viajes en el tiempo serían posibles, aunque muy diferentes a los que la ciencia ficción graficó en sus películas y novelas.

Qué es el CTC y cómo podría dar respuesta a la teoría de los viajes en el tiempo

El CTC es una trayectoria o bucle en el espacio-tiempo que permite a un objeto regresar al punto de partida en su propia línea temporal. Gracias a esto, un viaje al pasado podría existir sin generar paradojas.

En la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, estas curvas pueden surgir en ciertos modelos, como los universos del tipo Gödel (una solución exacta a las ecuaciones del científico, que describe un universo homogéneo lleno de materia pulverulenta en rotación). En estos casos, las curvas circulares permitirían que el tiempo fluya en una dimensión cerrada.

En este marco, Gavassino analizó qué sucede con la materia que viaja en una CTC, como puede ser una persona, una nave o cualquier tipo de tecnología expuesta a la prueba. Según el físico, en el traslado sucederían hechos “fascinantes”, como la imposibilidad de paradojas clásicas, es decir, un encuentro con versiones más jóvenes de uno mismo.

Para entender esto, Gavassino explicó que su fundamento principal se basó en el principio de autoconsistencia, que sostiene que en un universo de CTCs, todos los eventos deben suceder sin contradicciones, por lo que se derribaría la paradoja del abuelo, que habla acerca de que un viajero puede retornar hasta el día de su nacimiento y evitar que pase.

El físico aseguró haber hallado la solución matemática para que ocurra el traslado hacia otra dimensión temporal, en el que cualquier sistema cuántico que viaje en una CTC debe volver a su estado original una vez que el recorrido se complete.

Otra característica que remarcó el físico, es sobre de los niveles de energía, los cuales se dividen espontáneamente en niveles discretos, dependiendo de la extensión de recorrido de la CTC.

En esta investigación la entropía tiene un rol importante. Cabe remarcar que esta es una medida que indica el desorden de un sistema y desde la segunda ley de la termodinámica se establece que aumenta con el tiempo. Por lo tanto, a medida que avanza, será más desorganizado. Y esto va de la mano de las leyes de la mecánica, que aseguran que un objeto siempre va hacia adelante en la línea temporal.

De esta forma, los viajes en el tiempo violarían la segunda ley de la termodinámica, por lo que habría una entropía más ordenada si se va al pasado. Incluso, contravendría las leyes de la mecánica.

Sin embargo, el autor confirmó que en un traslado por la CTC, la entropía volvería al punto inicial una vez que el circuito del bucle sea completado de forma satisfactoria, lo que implicaría una inversión espontánea de la flecha del tiempo, que desde la física se entiende que siempre va hacia adelante.

En un traslado por la CTC, la materia se desintegra en partículas y se reconfigura una vez que se completa el viaje. Aunque Gavassino remarcó que la memoria podría verse afectada al igual que los procesos biológicos, por lo que deberían ser eliminados para no generar contradicciones en el espacio-tiempo.

Hacia el final, el científico concluyó que dichos viajes aún son inconcebibles para la mente y realidad humana, al igual que tampoco existe la tecnología precisa para efectuarlo de forma correcta.

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