Fue a un bar y tuvo una actitud que dejó al dueño del lugar atónito: “Cuatro horas es demasiado”

Visitar a un bar suele ser una actividad para distender las tensiones de la rutina diaria. En un plan que puede ser en solitario, con amigos, compañeros de trabajo y hasta con familiares, las personas asisten a estos lugares y eligen, dentro del menú disponible, la opción que desean para justificar su asistencia.

Con una amplia variedad de oferta en productos como café, jugos y tragos, un comercio de Irlanda atravesó una situación particular, que sorprendió al propietario del lugar, que no le quedó otra opción que lidiar con la ocurrencia de uno de los clientes.

Al existir mucha circulación de personas en algunas jornadas, los encargados suelen posar su mirada en un plano más general, y chequean que todo a su alrededor funcione como corresponde y, en caso de que exista algo para mejorar, se le sugiere al mozo o camarero alguna orden en especial para restablecer la normalidad.

Pero, en esta ocasión, ocurrió algo que pareció fuera de control. Ronan Flood, el dueño de Oscars Cafe Bar, ubicado en de Dublin, Irlanda, decidió marcarle los límites a un comensal. Resulta que en su primera intervención, solicitó una copa de bebida blanca y a partir de ahí, sintió la libertad de poder utilizar todas las instalaciones del lugar a su gusto.

Una vez que empezó a beber la consumición, ya instalado en su mesa, sacó de su mochila una zapatilla eléctrica, la cual la conectó a un tomacorriente y de ahí se proveyó de energía para cargar su computadora y también su celular.

Aunque esta circunstancia pueda entrar en el terreno de la normalidad, lo que alteró al dueño del bar fue que el cliente pasó cuatro horas de esa manera. Sin querer generar un altercado, Ronan esperó a que el hombre vaya al baño y le desconectó el dispositivo, en una clara muestra de inconformismo por su manera de proceder.

“Me dirigí a uno de los otros bares y regresé y el mismo invitado seguía sentado allí con los dispositivos enchufados”, comentó Ronan, en declaraciones al sitio Irish Mirror una vez que se viralizó la historia, y de esta manera justificó su decisión. En ese sentido, agregó: “Para ser justos, tomó un segundo trago, pero me pareció que todo fue un poco demasiado”.

En medio de una conversación, a la cual definió como “respetuosa”, el dueño se acercó al cliente y le explicó que, en medio de la crisis energética que atraviesa Irlanda, no debía aprovecharse de las instalaciones al solo consumir un trago durante cuatro horas de estadía.

“Fui y le dije ‘esto es un uso excesivo de nuestra electricidad, estás tomando provecho del lugar”, manifestó Ronan, quien le puso un límite al comensal. Por último, reveló: “El cliente salió por la puerta, ambos tuvimos una conversación de respeto mutuo y siguió su camino”.

Para darle más visibilidad al caso, el propietario decidió utilizar las redes sociales del lugar para publicar la foto, donde se ve el trago y el alargue, y así marcar las pautas de convivencia para quienes vayan. “Lo he visto todo ahora. El cliente se sienta durante 4 horas y media, y conecta tres dispositivos en su propio alargue. Irlanda, 2022 resumido en una imagen”, escribió indignado.

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