Ella también sintió que fue rescatada cuando el animal mostró una empatía hacia ella fuera de lo común.
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Lo habían rescatado con siete semanas de vida y dos patitas rotas. A pesar de que el panorama no era prometedor para el pequeño Salem, pronto demostró una fortaleza que lo llevó a reponerse de sus lesiones, curarse y crecer sin mayores dificultades. En realidad, el gato terminó convirtiéndose en el animal más descarado y confiado que su familia hubiera conocido.
“Si uno no se despierta a las 8 a. m. en punto para alimentarlo, Salem se sienta sobre tu pecho y te da suaves golpes en la cara o te tira del cabello hasta que uno se levanta”, dijo Hailee Weader, la madre de Salem. Eso no es todo. El gato se siente realmente “uno más” de la familia. Camina por la casa maullando o ‘hablando’ y sigue a su familia a todas partes, incluso a la ducha. Si lo ignoran o no le gusta algo, busca la planta más cercana y la tira desde donde está ubicada -ya sea la ventana o la mesa- y genera un gran desastre, además de llamar la atención.
Rescatista rescatada
A pesar de sus fuertes opiniones sobre las cosas, Salem también está muy en sintonía con los sentimientos de las personas, especialmente con los de su mamá humana, Hailee. A medida que Salem creció, Hailee pronto se dio cuenta de que, aunque ella había rescatado al gato, él terminaba rescatándola de una manera diferente.
“Si ha sido un mal día o estoy teniendo un ataque de pánico, viene a sentarse sobre mí o se acaricia a mi lado y comienza a amasar mis piernas y ronronear. Definitivamente ha sido un consuelo en todo el año pasado”.
Cuando Weader comenzó a prepararse para su último año de universidad, tuvo la lucidez necesario para entender que no lo lograría sin Salem, por lo que oficialmente se convirtió en su gato de apoyo emocional para la universidad. “Era como una pequeña celebridad en el campus, y cada vez que caminábamos o lo empujaba en su cochecito para gatos, la gente nos detenía y hablaba o lo acariciaba por un rato”.
El caso de Weader y Salem no es aislado. Según un estudio elaborado por la Fundación Affinity y la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), para una gran mayoría de humanos, su gato es una fuente de compañía constante (83%), siempre está allí cuando lo necesitan (67%), y encuentran en él una fuente de apoyo emocional en momentos de dificultad. La relación entre las personas y sus gatos, por tanto, es muy estrecha y con un fuerte componente afectivo. Por otro lado, sienten que su gato es una fuente de apoyo emocional, el 81% dice que su gato le ayuda a superar momentos difíciles.
Un título muy especial
Cuando finalmente llegó la graduación, Weader supo que, al igual que con la mayoría de las cosas, no podría hacerlo sin Salem. Él había sido una parte tan importante de su experiencia universitaria y también merecía graduarse, por lo que decidió comprarle su propia toga y birrete para que pudiera graduarse con orgullo junto a ella con un título en apoyo emocional.
Como coincidió con tiempos de pandemia, la graduación se organizó como una ceremonia en automóvil. Y Salem paseó con orgullo con su madre, feliz de ser parte de su día especial. “Todos estaban emocionados y adoraban su atuendo. Estuvimos los dos muy bien y pudimos disfrutar de nuestra ceremonia y celebrar”.
Cuando Weader conoció a Salem por primera vez, ella no tenía idea de que eventualmente él podría ayudarla en tanto en la vida. Sin embargo, después de todo lo que su madre hizo para ayudarlo, Salem está más que feliz de devolverle el favor.
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LA NACION