Hartos de los embotellamientos y de pagar $5 por un litro de nafta, nos arremangamos los pantalones para investigar como elegir una bicicleta con la que movernos con estilo por Buenos Aires.
En Buenos Aires, tan centralizada, la mayoria de los viajes son cortos en distancia, pero largos en tiempo a causa del tránsito en la ciudad. Es por eso que la bicicleta, con un costo cero, notables beneficios para la salud y sin contaminar el medio ambiente, resulta una gran opción.
Claudio Nodari, dueño de la bicicletería que lleva su apellido, tiene 45 años y desde hace 30 se dedica a la reparación y venta de bicicletas. El confirma este diagnóstico: "En los últimos tres años, la venta subió un 50 por ciento de año a año, pero esta tendencia empezó a revertirse a fines de 2010, no porque no haya interés de la gente, sino porque no hay bicicletas para vender". En efecto, la política del Gobierno de frenar las importaciones para mantener una balanza comercial favorable también afecta a las bicicletas, en especial cuando no hay productos nacionales de calidad que puedan reemplazar los extranjeros. "Las buenas marcas, Vairo o Zenith, son ensambladas en la Argentina, pero todos sus componentes son importados. Las bicicletas hechas acá, que se venden a $600 en los supermercados, no son malas sino que no funcionan", sentencia Nodari.
OK, mejor en bicicleta, pero ¿cuál? La "mejor" bicicleta es un concepto muy elástico que tiene mucho menos que ver con materiales y componentes que con las necesidades del ciclista. Para andar por la ciudad, una mountain bike (el tipo más vendido) de, digamos, $8000 con cuadro de carbono, doble suspensión y 27 cambios, sin dudas, es mucho menos eficiente y confortable que una bicicleta híbrida de menos de un tercio de ese valor. Por otro lado, intentar un descenso de montaña con esa bicicleta híbrida puede ser suicida.
"La gente compra mountain bikes porque es la bicicleta que más ve y porque son las que traen suspensión, cambios u otras innovaciones, pero sin pensar para qué las quiere", explica Nodari. "Si la necesidad es reemplazar el auto o el colectivo y hacer trayectos no muy largos por la ciudad, lo ideal es una bicicleta híbrida, es decir, la que combina elementos de diferentes tipos de bicis, como un cuadro de ruta con un manubrio que permite mantener la columna recta y pedalear en una posición cómoda. En esta línea es recomendable la Trek 7100 (unos $2000), pero en este momento no se consigue. También, en una gama más baja, son recomendables bicis de paseo como la Vairo Metro ($1250) o la Olmo Freetime ($1000), que van a cumplir con todas las necesidades de alguien que quiere moverse por la ciudad."
El asiento
El asiento es el componente con la peor reputación y que suele desalentar a los aspirantes a ciclistas, no sólo porque al principio puede provocar ampollas o callos, sino porque ha sido acusado por artículos alarmistas de provocar desde prostatitis hasta impotencia.
Es cierto que algunos ciclistas experimentan ocasionalmente una sensación de adormecimiento en la entrepierna debido a la presión del asiento
contra el perineo, pero la opinión de los expertos es que para que esto provoque un problema médico debe ser percibido y desatendido durante mucho tiempo. En los ciclistas experimentados, buena parte del peso del cuerpo se reparte entre las piernas y los brazos, de modo que la presión del asiento es mínima. Los nuevos ciclistas, que tienden a descargar todo su peso en el asiento, están más expuestos a este problema, que se soluciona buscando un modelo adecuado e instalándolo correctamente.
Los asientos muy mullidos no son una buena solución
porque tienden a deformarse, ejercen presión en los lugares incorrectos y se vuelven incómodos.
Los cambios
En la actualidad, las bicicletas suelen traer 21, 24 o 27 cambios por default, pero lo cierto es que, a menos que uno viva en una zona montañosa, son innecesarios. Una bicicleta urbana (en particular en una ciudad llana como Buenos Aires) no necesita más de cinco o seis cambios y hasta puede prescindir de ellos. Idealmente, deberían ser cambios internos (los que están dentro de la masa trasera), porque éstos permiten el pase de uno a otro con la bicicleta detenida. Los cambios más habituales son los externos, que consisten en un descarrilador y piñones múltiples. Con ellos, sólo se puede cambiar mientras se pedalea, de modo que si uno se detiene en un semáforo mientras viene a buena velocidad con un cambio alto, no tiene más remedio que arrancar, con gran esfuerzo, del mismo modo. Y, además, requieren mayor mantenimiento. Lamentablemente, son pocas las bicicletas que se consiguen en el mercado local con cambios internos. La marca más popular de masa con estos cambios es Shimano Nexus (shimano.com), que en nuestro país puede llegar a los $900.
El cuadro
El diseño actual del cuadro de la bicicleta tiene 130 años y aún no ha sido superado. Se lo llama "diamante" porque consiste en dos triángulos enfrentados por la base y es, lejos, el más popular y, probablemente, también el más eficiente. El material más común para su construcción, aún en la actualidad por su excelente relación calidad/precio, es el acero. En los últimos años, se han incorporado otros como el aluminio, el titanio o el carbono, que tienen una mejor relación peso/resistencia que el acero (y un precio mucho más alto). A menos que un ciclista urbano tenga que subir su bicicleta ocho pisos por escalera, no necesita ninguno de estos materiales. Una buena bicicleta de acero puede pesar entre 12 y 14 kilos. La misma hecha en una aleación liviana de aluminio no pesará más que 9. Esos tres o cuatro kilos de diferencia, en el Tour de France, pueden significar el podio; pero en un trayecto urbano, son imperceptibles. En una bicicleta urbana, el peso es mucho menos importante que la resistencia y la durabilidad.
El manubrio
Está compuesto por dos partes, una forma o manillar, que es la barra transversal a la bicicleta donde se apoyan las manos, y el stem, que es la parte que se inserta en el cuadro y que permite variar la altura. tipo de forma y de stem definen la posición del ciclista. Para una persona que se inicia en el ciclismo urbano, lo más recomendable es conservar una posición erguida sobre la bici. formas rectas de mountain bike o las curvas hacia abajo de pista permiten repartir el peso del cuerpo sobre los brazos, pero también obligan a curvar la espalda, lo que resulta más aerodinámico, pero baja la línea de visibilidad. ciudad, lo más recomendable es un manubrio que permita mantener la espalda recta, no sólo por el confort, sino también para poder ver por encima de los autos uno tiene delante y para ser visto. Para esto, son necesarios un stem largo y una forma cuyas empuñaduras queden por encima de la altura del asiento.
Las ruedas
El rodado más común es el de 26 pulgadas, el de las mountain bikes. Las bicicletas de paseo y de ruta suelen tener rodado 28, mientras que las plegables y las BMX, rodado 20. tamaño de la rueda no es demasiado importante, porque la resistencia al pedaleo está dada por la combinación del tamaño del plato, el del piñón y el de las ruedas, de modo que, aumentando o disminuyendo unos y otros, se puede avanzar la misma distancia y más o menos con el mismo esfuerzo. Más importante es el tipo de cubierta, ya que, por ejemplo, una de mountain bike, ancha y con grandes surcos, presenta una gran superficie de contacto con el suelo, lo que vuelve la bici mucho más lenta y "pesada" al pedaleo. Por otro lado, de pista, finita y casi lisa, es mucho más rápida porque tiene poco agarre, pero, por esto mismo, es peligrosa, más de propensa a pinchaduras. Para una bici urbana, lo ideal está en el medio.
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