María Laura Santillán: Noticias frescas
Dice que no tiene modelos y que detesta hacer planes. Con un estilo llano al frente de Telenoche , se transformó en sinónimo de credibilidad
lanacionarLa cita era a las 16 en el edificio del barrio de Constitución. En jeans y camisa blanca, apareció María Laura Santillán. Esta periodista, que pasó por radio Rivadavia y Canal 2, y que llegó a Canal 13 de la mano de Nicolás Repetto con Fax, es la conductora de Telenoche, el noticiero insignia de la Argentina. A la hora de hablar de la edad, es más que coqueta: "Parezco menos de los que tengo", aclara, pero no da información. Mamá de Josefina, de 16, y de Elena, de 8, está casada "sin papeles" hace casi veinte años con Carlos de Elía, gerente de noticias de Canal 13 y de programación de TN. Su paso al frente en el emblemático noticiero central de Canal 13 la posicionó firmemente en cuanto a imagen: varios estudios la han ubicado en el puesto número uno entre las mujeres argentinas con más credibilidad. Además, la firma L´Oréal la eligió vocera de una línea de belleza.
-¿Cómo se lleva con el poder?
-Me parece totalmente abstracta la pregunta.
-A ver si puedo ser más clara. ¿Siente que este lugar que ocupa le da una cuota de poder frente a los demás?
-Da responsabilidad. Sé que cada cosa que digo tiene repercusión; que no me puedo equivocar; que cuando opino tengo que tener un criterio muy amplio; que hay que opinar lo menos posible y con la imagen que se muestra.
-A partir de la sanción de la Ley de Medios, ¿siente que el futuro para usted es incierto? Esto de que TN va a desaparecer, ¿la angustia?
-No me angustia. Me preocupa, pero no me angustia. Me deja pensando. Me hago mil preguntas.
-¿Y qué piensa de la Ley de Medios?
-Me parece que es una ley en contra de un grupo y no una ley en favor de una nación. Era una gran oportunidad para hacer una gran ley de medios. A partir del año 2002 hubo una gran oportunidad para la industria de hacer un gran debate y pensar que se puede invertir más y no que se desinvierta. En relación con el país, me da pena. Con relación a mí misma..., no me angustio por anticipado.
-Hay mucha gente del medio que teme perder su trabajo...
-Ese miedo no lo tengo. Mi presente está buenísimo. Desde que estoy en esta empresa, todo está buenísimo: haciendo Fax, en Causa común. No siento que haya un lugar donde se haga mejor el periodismo audiovisual.
-Hablemos de su carrera: ¿cómo se siente con el paso de tantas cámaras, tantos programas y tantos años?
-No sé mirarme con objetividad. Es probable que con los años me haya "sacado cosas de encima"; estoy más despojada. Cuando era más joven quizá necesitaba estar más armada, tener un poco más de volumen en el pelo, un blazer, de alguna manera parecer más grande. Y después fui necesitando cada vez menos cosas. Me fui asentando, quizás.
-¿Hay una manera "imaginada" de ser conductora de noticiero?
-Hay mil maneras. Nunca me gustó la manera de ser "conductora con trajecito", más durita.
-Pensaba en una manera al estilo de Patricia Janiot, de la CNN, o al de Mónica Cahen D´Anvers, que fue la imagen de Telenoche antes que usted.
-En su momento fue un lugar de un desafío gigante, aunque no me pesó. Porque si me hubiera pesado, no lo habría aceptado. Pero sí, era un desafío fuerte. En realidad, el desafío es que el trabajo de uno se destaque. Nunca seguí modelos.
-Esta mujer que es hoy, ¿es la que quería ser cuando comenzó a trabajar como periodista?, ¿conductora de un noticiero?
-No. Nunca tuve una meta. Nunca quise algo en particular. Las cosas se van dando. Mi naturaleza no es la de Mirtha Legrand, de quedarme treinta años haciendo un programa. Hace tres años presenté el proyecto de Argentina para armar. Porque me faltaba tener una mirada a mediano o largo plazo. Para tratar de que la actualidad no me resultara tóxica.
-Entonces, para su trabajo no tiene un "pensamiento estratégico", como se suele decir en estos tiempos. Es decir, hacer el ejercicio mental de imaginarse de acá a cinco años, por ejemplo.
-Nada. No tengo plan. No tengo estrategia. No la tuve nunca. Empecé estudiando letras; luego supe que me interesaba la comunicación audiovisual. Fue con Nicolás Repetto que descubrí que me gustaba la televisión. Nunca hice un plan; para nada; ni siquiera estoy casada legalmente.
-¿Se siente mejor así?
-No hay nadie más casada que yo con Carlitos. No existe pareja más casada que él y yo. En el sentido de un vínculo indestructible, de lealtad, de incondicionalidad. Si alguien me hubiese dicho que iba a estar quince años en un lugar determinado, me habría dado claustrofobia.
-Usted es un poquito "mandona", de dedito levantado.
-No, no (le enoja la idea). Bueno, a ver... Si tengo que liderar un programa, si tengo que tomar decisiones, seguramente muchas veces resulto arbitraria (cuando lo reconoce, se ríe de sí misma).
-En una nota usted contaba la manera en que trabaja con su marido, la cuota de cercanía, de intercambio de ideas entre ambos. ¿Es así?
-(Interrumpe). Igual, ahora estamos mucho menos juntos. Nos estamos independizando. De 2000 a 2004, durante la etapa Telenoche investiga, estábamos muy unidos, porque era una empresa de mucho riesgo: nos pinchaban el teléfono, nos seguían, nos amenazaban...
-¿Cuál es la opinión que más le importa, que más le pega?
-La opinión de mi mamá es muy fuerte. Elvira es muy fuerte. Su mandato era: ser inteligente, autónoma, buena madre.
-¿Y?, ¿ lo logró?
-Y... yo creo que soy una mamá genial, salvo cuando soy celadora, que es una plomada y quisiera que alguien lo hiciera por mí.
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