Museo de trofeos de caza: el millonario capricho del rey Juan Carlos I que está abandonado
Con el rey emérito Juan Carlos I exiliado en Abu Dhabi, una de las más recientes construcciones que ordenó levantar en 2007 parece un pueblo fantasma en el medio del palacio de la Zarzuela. Se trata de un pabellón de caza: un edificio auxiliar que costó tres millones y medio de euros y que hoy está abandonado.
Junto a la navegación, la caza ha sido uno de los entretenimientos principales del rey y el que también más disgustos le provocó. Para muestra solo se necesita un botón: la foto de Juan Carlos exhibiendo orgulloso su rifle delante de un elefante en Botsuana generó un escándalo mediático en 2012, como también la figura de su amante Corinna Larsen, otra fanática de la actividad.
El edificio que ordenó construir el monarca tiene un total de 1000 metros cuadrados de superficie y dos plantas donde se exponen y guardan los trofeos de caza adquiridos. Además, tiene una cámara acorazada donde se guardan las armas del rey.
Hoy, con su dueño lejos y sin horizonte de regreso, el pabellón construido hace más de una década resulta solo un gasto: no es utilizado por nadie. El sitio de Transparencia del Gobierno de España dice que "el mantenimiento que se realiza del pabellón de caza es el mínimo indispensable para conservar el inmueble y consiste en una revisión periódica de las instalaciones y en la aplicación (cada dos años) de los barnices de protección de la carpintería de madera exterior. El edificio tiene 14 años de antigüedad y por tanto no requiere, de momento, de más intervenciones significativas".
El palacio de la Zarzuela fue, de hecho, en sus comienzos, un pabellón de caza. En sus terrenos de cientos de hectáreas, a un kilómetro y medio, se encuentra el refugio que mandó a construir el emérito en 2007. En la planta baja, además del salón principal de hasta diez metros de altura, se encuentra la sala donde se guardan las armas del monarca entre las que figuran piezas de Hollan Hollan, Sarasqueta, Winchester y otras marcas de reconocido prestigio. La sala principal expone con orgullo restos de elefantes, rinocerontes, jirafas, venados, jabalíes, lobos y cabras. La planta superior está equipada con una habitación y un baño de lujo.
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