En todas las imágenes que eligieron para el arte de tapa de sus singles, Rocío Katz, Mariana Michi y Rocío Iturralde aparecen sonriendo. Es una decisión que le hace honor al espíritu de la preciosa música que produce este trío vocal dedicado, básicamente, a reinterpretar temas de jazz de los años 20 y 30 "con un tinte humorístico muy personal", como ellas mismas dicen, con un apoyo instrumental simple, pero muy efectivo: guitarra, ukelele, cuatro venezolano, teclados y castañuelas.
Las dos Rocíos y Mariana se conocieron casualmente en reuniones de amigxs, y de manera espontánea surgió la idea de hacer música juntas. "También pasamos por el curso de audioperceptiva de María del Carmen Aguilar", cuenta Iturralde. "En los primeros encuentros partimos de unas partituras de jazz de los años 30, de artistas como The Boswell Sister, que encontramos en internet. Nos entusiasmaba la idea de probar cantando con esa forma de armonizar a tres voces para generar, de ese modo, un instrumento de tres cabezas. Era muy difícil poder entender qué línea melódica cantaba cada una de las hermanas Boswell, ya que las grabaciones eran muy antiguas, así que esas primeras partituras que encontramos fueron claves para poder entender, a grandes rasgos, la mecánica de los arreglos. Buscamos más canciones para jugar con las voces en ese estilo y, de a poco, empezamos a componer músicas propias y a hacer versiones de temas de otros estilos y épocas, con esa idea del sonido a tres voces".
En los shows del Miau Trío, cuya base principal de operaciones ha sido desde el inicio del proyecto El Galpón de Guevara en la zona de Chacarita, siempre hay una dosis de picardía que es marca registrada de sus integrantes, "una interpretación actoral en la que hay un espacio importante para la intuición", como explica Iturralde. Se percibe claramente la influencia del cine, el teatro y los musicales. "En los conciertos, el humor se entremezcla con lo que nos interesa decir acerca de las pasiones, el amor, la conciencia social, la sororidad y la autoestima", explica Mariana.
El trío estaba a punto de arrancar una gira europea que incluía shows en España y Francia cuando se decretó la cuarentena. "Veníamos de hacer, el año pasado, 12 funciones en El Galpón de Guevara. Y habíamos sumado la colaboración de Juan Parodi en la dirección de los espectáculos. Estábamos en un momento de mucho envión", agrega Michi. "Julieta Venegas nos invitó a grabar voces en su última y hermosa canción «Mujeres», y también hicimos un concierto en el hall del teatro San Martín, compartiendo escenario con ella. Nos sentíamos en un momento muy alto del proyecto. Pero ese duelo se fue calmando con el correr de los días. Volvimos a conectar gracias al arte. Ahora estamos aprovechando para componer nuevas canciones".
Esos temas serán parte del sucesor de Miau (2015). Además de la grabación de ese nuevo repertorio, el plan es continuar con los ciclos en El Galpón de Guevara cuando se rehabiliten los espacios para conciertos. También girar por el país, por Chile y Uruguay. Y sumarse a la programación de festivales, una cuenta pendiente que debería resolver la ley de cupo vigente en Argentina. "Tenemos, como sociedad, grandes deudas con las feminidades y las disidencias", apunta Katz. "Lo que esperamos de leyes como esta es que en algún momento no sea necesario que existan para que las músicas seamos consideradas en festivales".