Amante de la fotografía, de la poesía y los idiomas, admira a sus padres y cobra cada vez más protagonismo
Tiene cinco nombres, Catalina Amalia Beatriz Carmen Victoria, y merece tratamiento de “Su Alteza Real”, pero sus compañeros de clase la llaman, simplemente, Amalia. Desde 2015, cuando ingresó al instituto público protestante Gymnasium Sorghvliet, la dirección repite el mismo pedido a sus cerca de setecientos alumnos: que no suban fotos de la princesa heredera a las redes sociales para resguardar su intimidad. Es que sus padres, los Reyes de Holanda, quieren que tenga una vida lo más normal posible, que se enfoque en sus estudios y que haga las cosas que haría cualquier chica de su edad.
Máxima y Guillermo Alejandro siempre sostuvieron, además, que sus tres hijas debían ser "conscientes de sus responsabilidades" y "merecedoras de sus privilegios". En abril de 2017, cuando el Rey cumplió 50 años, hizo público un consejo que le dio a su primogénita a partir de su propia experiencia como príncipe heredero: "Yo aún no había aceptado que iba a suceder a mi madre en la corona, quería conocerme a mí mismo. Es lo que debes hacer en primer lugar, y es lo que estoy subrayando constantemente a mi hija. Siempre le digo: averigua tus límites. Ve a todas partes. Comete errores pero tan lejos de los focos como puedas. Yo lo hice, mucho. Festivales, fiestas, todo eso y más", dijo.
Por lo pronto, al terminar el colegio, la heredera al trono de Holanda se tomará un año sabático antes de ir a la universidad. “Todavía quiero aprender pero no en un lugar como una escuela. Aunque la he disfrutado durante los últimos catorce años, quiero viajar por el mundo y hacer cosas que quizá ya no pueda realizar dentro de veinte años”, reveló en una entrevista con la prensa durante la última celebración del Día del Rey.
Según la prensa del corazón, Amalia, que el 7 de diciembre pasado cumplió 17 años, desde hace tres empezó a aparecer en los posados familiares con tacos, maquillaje y no se viste más igual a sus hermanas, ya tuvo un novio, compañero de colegio, aunque jamás trascendió el nombre. La información, de todas maneras, jamás fue confirmada.
Al parecer, la princesa de Orange Nassau (título que se usa para denominar al heredero del trono neerlandés) es una excelente alumna, adora los idiomas y estudia latín -es obligatorio durante los seis años de cursada-, chino mandarín, y, por supuesto, practica el español con la Reina y familia materna. Tiempo atrás, la prensa holandesa descubrió que vuelca su pasión por la fotografía y la ecología en una cuenta de Instagram apócrifa, bajo el pseudónimo de “Azalea Pierce”.
A su amor por la escritura, en tanto, le dio forma de obra teatral, un cuento navideño que se estrenó el pasado diciembre en el Teatro Real de La Haya. La obra, firmada bajo el seudónimo "Emilia van Nassau", lleva por título El monasterio de Navidad y trata sobre un grupo de elfos y de hadas que, durante los preparativos para las fiestas, se enfrentan con una reina malvada llamada Knoesi.
Según aprobó el Parlamento en su último presupuesto, a partir de que cumpla la mayoría de edad, en diciembre próximo, dispondrá de un salario anual de 300 mil euros, además de un complemento de 1,6 millones para contratar personal. Algún día, Amalia sucederá a su papá en el trono y se convertirá en la cuarta soberana de su país, detrás de su tatarabuela Guillermina, su bisabuela Juliana y su abuela Beatriz.