Reina de estilo. Quién es la madre del jeque de Qatar, reconocida como la mujer más elegante de Oriente Medio
Sheikha Mozah es una mujer imprescindible en la historia del emirato: las revistas de moda veneran su estilo, pero ella participó activamente en la reforma social del país y hoy, desde la UNESCO, lucha por el desarrollo de la educación y la salud
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La primera vez que apareció en público hipnotizó a todos con su belleza y particular estilo. Fue en 2003, durante una entrevista para la cadena norteamericana CBS. No dijo una palabra, sólo apareció sentada junto a su marido, Hamad bin Jalifa Al Thani, entonces emir de Qatar. Pero fue suficiente: desde aquel día, su nombre fue sinónimo de elegancia y sofisticación. Los medios internacionales no tardaron en reconocerla como “la mujer más elegante de Oriente Medio”.
Quienes conocen los secretos del Palacio Real dicen que Sheikha Mozah (63) es una mujer que, además de tener evidente buen gusto, se distingue por su inteligencia. La definen como una verdadera equilibrista que supo moverse en el poder y dejar su impronta.
Pero la historia de la madre del actual emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, es mucho más valiosa que su guardarropas. Al igual que las monarquías europeas, en la nobleza árabe también se mezclan poder, amor y glamour.

Una monarquía “moderna”
Su nombre completo es Mozah bin Nasser al-Missned, en árabe “bin” significa “hijo de”. En el caso de Mozah, ella es hija de Nasser bin Abdullah al-Missned. Sheikha es el término árabe que se utiliza para nombrar a la esposa de jeque o a la matrona de la respetada familia.
Durante muchos años, la familia de Sheikha Mozah mantuvo una enemistad política con el exemir Jalifa bin Hamad Al Thani. La dinastía de los Al Thani dirige el emirato desde mediados del siglo XIX. Como su padre era opositor político a los Al Thani, ella y su familia vivieron exiliados en Egipto hasta que en 1977, Sheikha Mozah se casó con el hijo de Jalifa, Hamad bin Jalifa Al Thani. Su casamiento, que representó la unión de dos familias muy poderosas del emirato, trajo la paz.
Sheikha Mozah es la segunda esposa de las tres que posee Hamad bin Jalifa Al Thani, exemir de Qatar. “La favorita”, dicen. Es la única con actividad pública. Juntos tuvieron siete hijos, dos varones y cinco mujeres. A la distancia, no es arriesgado pensar que su matrimonio fue clave en la nueva etapa del emirato.
Hamad asumió la dirección del emirato en 1995, cuando depuso a su padre con un golpe de Estado no violento. Por aquel entonces, Jalifa estaba de viaje en Suiza cuando su hijo, entonces ministro de Seguridad del emirato, lo llamó por teléfono y le dijo que contaba con el apoyo del ejército y de las familias más poderosas del país para tomar el poder.
El pequeño país, que tiene el ingreso per cápita más alto del mundo, no depende exclusivamente del petróleo, como otros emiratos de la región (Dubai es el ejemplo más claro). Qatar es una potencia y, actualmente, uno de los principales exportadores de gas licuado.

Durante el liderazgo de Hamad, hubo varios cambios que incomodaron a sus vecinos saudíes. A diferencia de su padre Jalifa, Hamad tenía un perfil más alto y otros planes para su reinado. En especial, en lo que refiere a la política exterior y el posicionamiento de Qatar en el escenario internacional que, hasta ese momento, había pasado desapercibido.
Según los expertos en monarquías europeas, luego de aquella entrevista televisiva con CBS de 2003, Hamad bin Jalifa Al Thani y Sheikha Mozah solicitaron la ayuda de la Casa Real Española para modernizar su reino. Para ellos, la tradición de la monarquía española tenía muchos puntos de coincidencia con la familia real qatarí. Fue así como el rey Juan Carlos y la reina Sofia se convirtieron en sus referentes.
La más elegante Oriente Medio
Hamad logró su plan y posicionó a Qatar en el escenario internacional, pero no lo hizo solo: fue de la mano de Sheikha Mozah que, con su carisma y distinguido estilo, acaparó las miradas de todo el mundo. Algunos medios presentaron a la jequesa como “la princesa Grace del mundo árabe”.
Sin contravenir sus costumbres musulmanas, como la de llevar su cabeza siempre cubierta, Sheikha Mozah deslumbró con su estilo sobrio y distinguido. Para muchos, su éxito fue haber logrado la combinación perfecta entre la tradición y la modernidad.
“Mi estilo tiene que ser algo que respete la tradición y que a la vez sea moderno y práctico”, supo decir a The Financial Times. Y no se equivocó. Su figura genera tanta admiración que los diseñadores más prestigiosos de la moda no dudaron en confeccionarle diseños exclusivos que Sheika Mozah supo lucir con insuperable encanto.

Pero los fascinantes looks que viste cada vez que viaja al extranjero, como el que lució cuando visitó a la reina Sofia de España, en 2011, se guardan cuando está en su país. En Qatar, la exjequesa cumple al pie de la letra con sus costumbres y suele vestir de negro. Aunque no pierde su encanto, su vestimenta se convierte en una túnica negra (abaya) y un pañuelo (hiyab) del mismo color, con el rostro descubierto. Aunque pueda ser difícil de comprender, mostrar su cara le trajo varias críticas de los sectores más radicales de su país, pero ella no cedió en la pulseada.
Su pasión por la moda no se limita a su propio estilo. Sheika Mozah es la presidenta de una asociación que potencia a los diseñadores árabes. Además, para que no falte prenda en su vestidor, su familia es dueña de un fondo que posee varias marcas de lujo, entre ellas Valentino y Balmain.
Trascendió que desde 2009, Sheikha Mozah visita todos los años la clínica Sha Wellness Clinic, en la localidad alicantina de Altea, España. Allí, durante una semana, se somete a distintos tratamientos de belleza y una dieta macrobiótica. Las crónicas de 2010 cuentan que llegó al lugar acompañada por un séquito de 15 asistentes y con 42 baúles Louis Vuitton.
Hoy Mozah es el espejo donde se mira Rania, reina de Jordania, quien también tiene un guardarropas y un estilo fascinantes, aunque “más occidental”.

Su rol social en el poder
Es un error pensar que las inquietudes de Sheikha Mozah se circunscriben al mundo de la moda. Los intereses de la jequesa, que en el año 2010 fue considerada por la revista Forbes como una de las mujeres más poderosas del planeta, van más allá. Y para las mujeres árabes, su figura representa a uno de los personajes más importantes de su historia.
En 1986, se recibió de socióloga, en la universidad de Qatar, y desde su rol participó activamente en una reforma social del país, el desarrollo de la educación y la salud. A raíz de su compromiso, en enero de 2003, fue nombrada por la Unesco como Enviada Especial para la Educación Básica y Superior.

A la par, impulsó a las mujeres del mundo árabe a ocupar un rol en la sociedad, además de ser madres e hijas. Para lograrlo, envió a sus propias hijas, las cinco que tuvo con Hamad, a estudiar al extranjero para que luego se hicieran cargo de puestos de responsabilidad en el emirato. Su hija, Al Mayassa, graduada en París y los Estados Unidos, es la encargada de los programas culturales y artísticos del emirato.
Sheikha Mozah y Hamad crearon Qatar Foundation, que hoy ella dirige y es uno de los organismos más influyentes del emirato. Con un presupuesto millonario, fomenta la educación, ciencia e investigación y desarrollo del país.
Actualmente preside la junta directiva de Sidra Medicine, un hospital de formación e investigación especializado en el cuidado de la salud de mujeres y niños.
Hamad lideró el país hasta 2013, momento en el que abdicó a favor de su hijo Tamim bin Hamad Al Thani, el segundo de los siete que tuvo con la exjequesa. Pero esta circunstancia no modificó su labor que hasta el día de hoy continúa.
En 2016, el exsecretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, la nombró como una de las 17 personas de alto perfil que ayudan en la campaña para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que los líderes mundiales adoptaron por unanimidad en Septiembre de 2015 en Nueva York.
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