
Restaurante/Da Orazio
Da Orazio. Cuba 2220; 4786-0088. Abre de martes a sábados. Tarjetas. Estacionamiento.
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La cocina italiana es, en realidad, un rosario de cocinas regionales, de características muy disímiles, cosa fácilmente explicable si se tienen en cuenta los distintos climas, insumos, cultura e historia de las mismas. Esa cocina de fuerte personalidad que sorprende al viajero que halla un pan característico y distinto en zonas muy próximas entre sí, y que es exhortado a ir a Génova al pedir pesto en Roma, puede degustarse en en algunos restaurentes de Buenos Aires, uno de los cuales es Da Orazio. Está instalado en lo mejor de Belgrano, en un petit hotel estilo Tudor que conserva intacta su elegante fachada y buena parte de su interior, con la planta baja dividida en dos salones y otros tantos en la alta, donde se ubica la zona para fumadores. Luce la excelente carpintería original, que recubre la parte inferior de las paredes, mientras que la parte superior de las mismas está entelada.
Al mantenimiento y el cuidado en todos los detalles se suma la buena iluminación, centrada en las mesas, detalle que permite el lucimiento de los platos sin encandilar a los comensales.
Al frente del restaurante está Horacio Grasso, ingeniero nuclear devenido restaurateur gracias a su pasión por la vera cuccina italiana que lleva en los genes, por sus padres oriundos de Nápoles y Génova. En los dos niveles del lugar se despliegan sendas mesas de antipasti que seducen la vista y tientan el paladar con su diversidad de preparaciones ($ 13, el plato). Pero hay otras posibilidades, a cuál más rica: el plato de fiambres italianos ($ 15), la cima rellena de alcauciles ($ 11) cuando el mercado lo permite,y pizzette napolitane, tres redondos y tiernitos discos fritos coronados con gorgonzola, albahaca con verdeo y salsa de tomate ($ 9).
Las pastas se sirven con las salsa que mejor las completa, aunque se escuchan sugerencias y son satisfechas. Pero lo mejor es guiarse por la experiencia de los cocineros y probar, por ejemplo, los sabrosos pansotti rellenos de crema, albahaca, ricotta y parmesano, que se llevan bien con la salsa de nuez ($ 13), o los cappelleti rellenos de mortadela, jamón y pollo, servidos en trasparente caldo a igual precio. El risoto exige una espera de treinta minutos, pero vale la pena, se elija a la genovesa, con vegetales o al negro de sepia, todos entre $ 11 y $ 15. Elegir significa dejar para otra ocasión platos más que tentadores, como los escalopes con salsa de limón ($ 13), o la chernia con pesto de rúcula, para finalizar con un postre típico , como la cassata siciliana o la sfogliatella napolitana.
Suelen preparar platos que no figuran en la carta, por lo que conviene preguntar. En estos días incorporan a la carta platos bien invernales que cambiarán semana a semana.
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