Sabores de Asunción
Un recorrido por los principales sitios gastronómicos de la capital paraguaya
En la tierra del chipá y el tereré, Asunción recibe al visitante con una buena oferta gastronómica. Dentro del Circuito Histórico persisten algunos sitios que hicieron punta durante la segunda mitad del siglo pasado, emblemáticos reductos ideales para un almuerzo rápido de ricos sándwiches, frescas ensaladas y jugos de frutas. Mezcla de café y restaurante, como el Bolsi donde también sigue reinando la cocina de Ña Juliana, con un celebrado surubí a la teja y mentadas empanadas, o el Lido Bar que ofrece el famoso pirú caldo, sustancioso guiso sobre la base de pequeños pescados de río. El Talleyrand conserva su estilo elegante y una variada carta de clásicos para ser degustada en vestidas mesas. Dejando atrás el asfalto, dentro del nuevo centro que creció alrededor de varios shoppings, está Villa Morra, una frondoso barrio-parque, hoy exclusivo centro comercial donde palpita la nueva movida gastronómica. Allí han florecido lindísimos cafés como La Herencia y El café de Acá, puntos de reunión de ejecutivos y jóvenes locales que los han hecho sus favoritos para, de paso, degustar comidas livianas y donde sobresalen una rica panadería y pastelería. Buenos lugares para sumergirse en los secretos del chipá -que en guaraní siginifica torta o galleta- con base de almidón de mandioca, queso y que con diferentes ingredientes se encuentran en distintos gustos, formas y texturas, como el chipá pirú, una rosquilla abizcochada que sobresale por su forma en la panera.
Por las noches la zona se enciende. Persiste el Mburicao, un clásico después de una década, cuando Francis Mallmann aterrizó aquí para confeccionar su carta. Entre los nuevos sitios preferidos por los asuncenos está San Pietro, donde se degustan buenas pastas rellenas, carnes, variedad de pescados y mariscos. La misma oferta se repite en casi todos los lugares, pero a la hora de elegir los espíritus gourmet seguramente se inclinarán por la rica pesca de los ríos paraguayos, con el surubí, el pacú y el dorado a la cabeza, infaltables en todos los restaurantes, en logradas recetas como en El Dorado, instalado en una antigua casona envuelta en galerías. Para una cena lejos de la ciudad habrá que llegar al Yacht & Golf Club, tradicional sitio a la vera del río y su playa, donde está El Veranda, un restaurante que forma parte de un moderno complejo con gran piscina, donde se luce su chef chileno con un sabroso chupe gratinado de mariscos.
La creciente gastronomía de la ciudad, que el último año sumó diez restaurantes, anuncia nuevos aires con la aparición de cocineros que incursionan en los productos autóctonos para crear una nueva cocina paraguaya.