Tres ideas que nos generan sufrimiento y cómo contrarrestarlas
Existen ciertos pensamientos que pueden convertirse en tóxicos y afectar nuestra salud; qué debemos hacer para soltarlos, relajarnos y fluir en la vida
Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre algunas ideas que nos generan sufrimiento. A lo largo de los años, en mi experiencia y trato con la gente, he logrado detectar ciertos pensamientos que se suelen repetir en muchas personas.
Te comparto tres de ellas:
1. Nunca me canso
Cuando una persona no sabe establecer límites, y decir por ejemplo “Hasta acá llegué”, “A esta hora”, “Este día”, “Esto, sí y esto, no”, el cuerpo le fijará a la mente los límites que esta no es capaz de fijar. Por lo general, lo hará a través de algún síntoma.
Muchos corren, corren y corren, sin tener ningún límite, lo cual lo único que provoca es un “burnout”, un agotamiento físico y mental, un estrés o sencillamente detenerse con una profunda tristeza. Es por ello que todos necesitamos, desde temprana edad, aprender a decir que sí y a decir que no.
2. Es como yo pienso
Hay personas que expresan: “Ya estoy grande, no puedo estudiar; no retengo datos”, o: “Ya no tengo edad para enamorarme”, o: “A mi edad, ¿quién me va a dar un trabajo?”. Cuando uno rigidiza las ideas, y dice: “Esto es así porque lo pienso yo”, solo logra que esas ideas se conviertan en tóxicas.
Cuanto más tiempo mantenemos una idea, cuanto más la abrazamos afectivamente, cuanto más la defendemos, más arduo nos resultará cambiarla. Hay gente que, incluso, arma sus propias estadísticas que corroboran que lo que ellos piensan es así y no puede ser de otra manera.
Aquí es fundamental, comenzar a cuestionarnos un poco lo que siempre hemos pensado, porque no hay nada más cambiante que los pensamientos. Ninguna creencia mental debería capturar toda nuestra realidad, pues se trata solamente de un punto de vista acotado.
3. Estoy observándome
Hay personas que viven mirándose a sí mismas: lo que sienten, lo que desean, lo que les sucede, cómo las tratan los demás, etc. Pero lo cierto es que, a mayor autoobservación, mayor inhibición. Porque colocan una lupa sobre su vida que las conduce a distorsionar el esquema corporal y, aun más, las virtudes y los defectos.
Necesitamos dejar de estar tan pendientes de nosotros mismos, y también de los otros, para lograr así relajarnos y fluir en la vida. Y, sobre todo, no permitir que ninguna idea nos genere sufrimiento.
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