
Universo olfativo
Más de 2500 ingredientes conforman el universo olfativo disponible para hacer un perfume. Trescientos es el número máximo de esencias que se combinan por cada fragancia que se crea”. Quién abre todo este conjunto de probabilidades creativas y me sumerge en este proceso de ensayo, error y prueba final por el que pasa una idea hasta convertirse en fragancia es Verónica Kato, una de las más importantes perfumistas de América latina.
La escucho hablar y, aunque a priori su trabajo no se vea nada fácil, la idea de estar en un laboratorio y que huela estupendo me acerca a lo intangible de crear con la nariz. Este núcleo olfativo tiene por lo menos un frasco con cada una de esos ingredientes y basta con googlearlos y olerlos para que allí se activen todos mis recuerdos olfativos.
En el primer episodio de La búsqueda de la esencia, una serie de videos especialmente producidos por Dior para youtube, su perfumista François Demachy compara la creación de un perfume con el cocinar y vaticina que “cocinar es mucho mas fácil con ingredientes de calidad”.
Calidad en esta industria, como en la alimentaria, es sinónimo de ingredientes naturales. Poder conocer la trazabilidad de las bergamotas del sur de Italia o del jazmín de la India, y las comunidades del Amazonas que obtienen la pitanga y el cumarú parece ser muy obvio, pero les afirmo que no es cosa de todos los días. La naturalidad y sustentabilidad de los ingredientes y sus comunidades van de la mano.
“Hace 10 años busco nuevas esencias naturales. Después de 30 sin descubrimientos en el universo olfativo mundial encontramos 31 nuevos ingredientes que representan la biodiversidad de nuestra región”, cuenta Kato, y yo me lleno de emoción.
Cocoa, palo santo, mate, açai, castañas de caju, poléo, pataqueira. Algunas de las razones que definitivamente han hecho que el mundo ponga el ojo en América latina.
La autora es socióloga y blogger de moda