Con amenazas de mayor conflictividad, los piqueteros levantaron el acampe de la 9 de Julio

A 48 horas de haber instalado las primeras carpas frente al Ministerio de Desarrollo Social, las organizaciones sociales nucleadas en la Unidad Piquetera levantaron el acampe instalado desde el miércoles sobre la 9 de Julio. Fueron dos jornadas completas en las que las calles del centro porteño fueron testigos de una demostración de fuerza inédita por parte de la izquierda, tanto por duración como por magnitud: miles de manifestantes se ubicaron a lo largo de más de diez cuadras de la principal avenida la Ciudad, entre Av. de Mayo y San Juan.

Según pudo saber LA NACION, los piqueteros tienen decidido continuar con el “plan de lucha” votado a mediados de marzo en el plenario nacional que tuvo lugar en Plaza de Mayo. Según ese calendario, la fecha estipulada para la próxima medida de fuerza es el 13 de abril, aunque no se conoce la modalidad que adoptará. La idea de la dirigencia social es ir acrecentando “la contundencia” de los reclamos. Y ponen el énfasis en que, a partir de ahora, “la pelota está del lado del Gobierno”.

El lunes pasado, el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, recibió a los principales dirigentes de la Unidad Piquetera. El resultado de esa reunión tuvo interpretaciones disímiles: mientras las fuentes de la cartera anunciaron que se había acordado la presentación de un plan de actividades laborales para titulares del Potenciar Trabajo y un refuerzo de partidas alimentarias, los referentes de las organizaciones lo negaron de manera tajante. Inmediatamente después, anunciaron el acampe.

“Iban a acampar igual”, deslizaron desde el ministerio a LA NACION. Y resaltaron que, desde su asunción en agosto pasado, Zabaleta recibió cuatro veces a los representantes de las agrupaciones y que estaría dispuesto a hacerlo nuevamente si es necesario. Siempre y cuando, aclaran, se cumpla con una condición: que no haya cortes de calle. Los funcionarios aseguran que “un conflicto no se resuelve con otro conflicto”.

“El gobierno nos volvió a dar la espalda”, sostuvo Mónica Sulle, coordinadora nacional del MST Teresa Vive, una de las organizaciones que encabezó la protesta. Y señaló que el oficialismo “ajusta a los que menos tienen para cumplir las tareas con el FMI”. De acuerdo a la dirigente, eso se expresaría en tres políticas concretas: el recorte de altas al programa Potenciar Trabajo, la falta de mercadería en comedores populares y “la decisión a dedo de las unidades de gestión donde tienen que trabajar las y los compañeros”.

Lo cierto es que el verano que pasó tensó la cuerda en el tirante vínculo que supo tejer la gestión del Frente de Todos con las agrupaciones piqueteras de izquierda. Y aunque en el Gobierno reconocieron que la decisión de limitar la entrega de los programas sociales estará atada a lo que ocurra con la reactivación económica, insisten en que, a partir de ahora, los recursos se redirigirán a la “creación de empleo genuino”. Son contrapuntos que podrían profundizarse.