
Desde Moisés Ikonicoff hasta Raúl Alfonsín
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La agrupación Hijos comenzó en nuestro país la modalidad de los escraches, anunciados con anticipación, a miembros de la última dictadura militar.
Pero su generalización hacia instituciones y figuras públicas de todo color comenzó el mismo 20 de diciembre del año último, escasas horas antes de que Fernando de la Rúa tuviera que abandonar la presidencia. Y fue espontáneo.
Ese día, Moisés Ikonicoff, ex secretario de Planificación de Carlos Menem, concurrió a la Plaza de Mayo a observar la protesta, pero lo reconocieron -participa diariamente en un programa periodístico en un canal de cable-, recibió insultos y alguien le aplastó una botella de plástico con agua mineral en la cabeza.
Ikonicoff debió abandonar la plaza guarecido en una ambulancia.
El 29 de diciembre último, Rodolfo Barra, ex ministro de Justicia de Menem, tuvo que salir del Paseo Alcorta cuando fue reconocido.
Pocos días antes, Horacio Tomás Liendo (h.), quizás el principal asesor del ex ministro de Economía Domingo Cavallo, recibió una trompada al bajar de un taxi en la city porteña.
Las trompadas de Alfonsín
En la noche del 13 de febrero, integrantes de una asamblea vecinal realizaban un escrache frente al edificio de la avenida Santa Fe donde vive Raúl Alfonsín cuando el ex presidente radical arribó en un automóvil con dos custodios.
Allegados al senador aseguran que éste lanzó golpes a los vecinos porque fue agredido e insultado.
En cambio, integrantes de la asamblea han dicho que nadie lo golpeó y que las trompadas que habría lanzado obedecían la ira, pues dos veces se les escapó a los custodios que querían frenarlo.
Los escraches se generalizaron tanto que el anexo del Congreso comenzó a ser vallado con un "corralito" para evitar ataques a legisladores y la sede del comité nacional de la UCR, en Alsina al 1700, permanece con las persianas bajas por el mismo motivo.




