Doñate, un empresario naviero con buenos contactos en Cuba
En el sector, cuestionan su manera de hacer negocios
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"No estoy haciendo una campaña política; siempre tuve un perfil bajo y quiero seguir teniéndolo", dije a LA NACION Miguel Doñate, el empresario que facilitó el desembarco del piquetero Raúl Castells en Puerto Madero. Sin embargo, a los 54 años, Doñate tuvo ayer su minuto de gloria: dedicó casi todo el día a atender a una legión de periodistas deseosos de conocer sus motivaciones más profundas.
Hace tantos años que egresó de la EscueLA NACIONal de Náutica Manuel Belgrano como capitán de ultramar que ya no recuerda cuántos. "Pero seguro fue en el 70 y pico", dijo. Navegó por los mares durante poco más de una década antes de convertirse en empresario, justamente, del sector naviero. En los 80, uno de sus primeros negocios consistió en transformar un pequeño crucero en transporte de marineros extranjeros que trabajaban en la industria pesquera.
De todos los sitios que visitó, Cuba lo cautivó especialmente. "Cuando era joven e hice mi primer viaje, conocí al poeta Nicolás Guillén y desde entonces me quedó una relación afectiva con la isla. Algunos años después, el embajador cubano en la Argentina Miguel Brugueras, me propuso que tomara unos remolcadores que tenían en desuso en La Habana por el bloqueo norteamericano", contó Doñate.
La historia es confirmada, sin tanto detalle, por otras fuentes del sector naviero. Efectivamente, con esos remolcadores, Doñate y otros socios habrían creado Dobimar SA, firma que prestó servicios en el Puerto de Buenos Aires hasta hace pocos meses, cuando vendió la operación. Y aquel diplomático cubano, Miguel Brugueras del Valle, ahora es considerado uno de los hombres más ricos de Cuba. La oposición al régimen comunista de la isla lo vincula con operaciones de lavado de dinero.
Actualmente, Doñate es dueño de Servicios Marítimos, firma que -a su vez- es accionista de Vessel SA, empresa de transporte fluvial de contenedores, una de las pocas que opera barcazas de bandera argentina. "A su vez, tengo algunos locales en Puerto Madero; unos están alquilados y en otros participo de la explotación, como en Tocororo", relató el empresario. Tocororo es el nombre del pájaro nacional de Cuba. "Quería manifestar mi agradecimiento", confesó.
Para llegar a Raúl Castells, Doñate le pidió ayuda a su hija, que buscó y encontró en Internet el celular del piquetero. El acuerdo que acaba de firmar con él no es la primera donación que hace a un comedor comunitario. "Hace años que contribuimos mensualmente con muchos comedores, como el del padre Contempomi, en Vicente López, o el del pastor evangélico Daniel González, de Constitución", detalló. Y no son los únicos, según el empresario. La lista de entidades asistidas incluye instituciones de Bahía Blanca, Corrientes y Chaco.
En la historia de Doñate hay otro caso de mecenazgo: el del buque Anabisetia S. Esta embarcación, que se terminó de construir en un astillero de Tigre en 2004 y costó 7,5 millones de dólares, es utilizada por una de su empresas para el transporte de contenedores. Pero además funciona como buque de práctica de la misma escuela en la que Doñate egresó como capitán.
Al menos tres hombres influyentes del sector naviero, que confirmaron su simpatía con el régimen cubano, cuestionaron su manera de hacer negocios. "Es un hombre muy complicado que se vende como de centroizquierda, tiene buena relación con el sindicato de capitanes de ultramar y con el de petroleros", afirmó uno de esos empresarios, que prefirió el anonimato.
Pero Doñate sostiene que en ningún momento militó políticamente: "Nunca alguien que yo haya votado llegó a presidente, así que no he sido responsable de ningún gobierno".
Inspección en el local
Una fiscalía contravencional porteña ordenó ayer una inspección en el local Tocororo, del empresario que cedió un espacio en Puerto Madero para que el piquetero Raúl Castells instalara un comedor comunitario.
El operativo fue encabezado por la Prefectura Naval. Fuentes de esa fuerza indicaron que el restaurante usurpaba el espacio público con sillas y mesas colocadas fuera del edificio sobre la avenida Alicia Moreau de Justo. Pero aclararon que "no fue necesaria" la clausura del comercio.
El empresario Miguel Doñate, dueño de Tocororo, había denunciado horas antes del operativo que existían "trabas" para conseguir habilitaciones en Puerto Madero y dio a entender que en una oportunidad le habían pedido coimas para reabrir el local, tras una clausura dispuesta en diciembre.
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