
El caso de los Cuadernos | Se leyeron 191 pagos de coimas en el tramo del juicio que repasa el modus operandi de “La Camarita”
Bajo la óptica acusatoria, comenzó a exponerse el presunto mecanismo por el cual los empresarios se repartían la obra pública para luego tributar al poder político
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“En el año 2004, el arquitecto [Julio] de Vido me citó en su despacho y me dijo que por orden del presidente [Néstor Kirchner] debía garantizar en forma personal el éxito acorde a los intereses del gobierno de las licitaciones públicas [...] porque la obra pública iba a ser uno de los métodos de recaudación de dinero para los gastos políticos”.
El testimonio pertenece al empresario Carlos Wagner y forma parte del tramo de los Cuadernos de las Coimas conocido como “La Camarita”, cuyo requerimiento de elevación comenzó a leerse esta tarde, en la octava audiencia del juicio oral más extenso de la historia en materia de corrupción, en la que se leyeron 191 hechos específicos de pago de coimas.
‘La Camarita’ es el modo con el que se aludía informalmente a las reuniones en las que más de 40 empresarios se repartían la obra pública, encuentros que transcurrían mayormente en la Cámara de Empresas Viales.
“La obra pública iba a ser uno de los métodos de recaudación de dinero para los gastos políticos −profundizó Wagner, en otro tramo leído hoy durante la audiencia−. A modo de ejemplo, llamada una licitación, los interesados compraban los pliegos y se reunían en distintos lugares para determinar al ganador de la licitación”.
De las declaraciones de los arrepentidos en esta parte del megajuicio se desprende que de los sobreprecios acordados en esas licitaciones saldrían los retornos para solventar los “gastos políticos”, a los que se refería en su declaración Wagner.
Wagner presidió la Cámara Argentina de la Construcción durante gran parte del período y es el único empresario acusado de integrar la presunta asociación ilícita que habría liderado Cristina Kirchner.
En este tramo, a la expresidenta, que fue acompañada esta vez por su otro abogado en la causa, Ari Rubén Llernovoy, se le achacan 175 hechos de cohecho pasivo. Cristina siguió la audiencia virtual desde su departamento en San José 1111, donde cumple la pena de seis años de prisión por la causa Vialidad.
En un andarivel distinto al de los hechos, marcha la expectativa respecto del curso del debate oral, enmarcado en una puja silenciosa entre los jueces del Tribunal Oral Federal N°7 y la Cámara de Casación. Los primeros apuntan a que las declaraciones presenciales se realicen en una sala del Palacio de Tribunales, mientras que la Casación aspira a que ese tramo se haga en Comodoro Py, en una sala especial que estará disponible desde este miércoles. Por ahora, el TOF 7 no hizo ningún anuncio formal.

La dinámica
La mayor parte de los detalles acerca del funcionamiento de la “Camarita” fueron aportados por Wagner y Ernesto Clarens, la persona que hacía de intermediario financiero entre los empresarios y el Gobierno, según declaró.
“La Camarita, es decir la Cámara Argentina de Empresas Viales mensualmente me entregaba −dijo Clarens en un tramo leído hoy− un listado en el que constaban las obras licitadas. En cada renglón consta una obra, de allí surge la fecha, el número de licitación, la obra licitada, el presupuesto oficial, la empresa adjudicataria y el monto ofertado, en la columna siguiente el porcentaje de sobreprecio”.
“Las personas de la ‘Camarita’ me dejaban una suma en pesos con una anotación de qué habían cobrado, monto y concepto. El monto dependía de la recaudación, eran alrededor de 300.000 dólares por cada entrega y con frecuencia semanal. El monto que me entregaban era el 10 por ciento de lo que habían cobrado”, explica Clarens en otro tramo.

La fiscalía destaca a Clarens como un organizador de la asociación ilícita y, al igual que a la expresidenta, lo acusa de participar en 175 delitos de cohecho.
Respecto a su rol en la maniobra, Clarens dijo: “Yo me ocupaba de cambiar los pesos por dólares en el mercado informal, obteniendo por ello una comisión que era mi ganancia, que me quedaba en negro”.
También ofreció precisiones sobre la dinámica de las reuniones en las que se repartía la obra pública. “Lo primero que se hacía era ‘cobrarse el pase’, es decir, que si alguno de los que estaba sentado en esa mesa le había dado el pase a otra empresa en una licitación anterior, le pedía a esa empresa que le tocaba por turno que renuncie a esa obra”, explicó.
Agregó que después se iba imponiendo el orden según la posición en el ranking y el grupo se iba achicando hasta quedar, por ejemplo, cuatro empresas; en ese tramo volvían a aparecer los “pases” hasta que se definía un ganador y, si quedaban dos, terminaban asociándose en una UTE. Según su relato, ese proceso podía extenderse aproximadamente de las 10 a las 18 horas.
Una vez establecido el ganador, se discutía el precio a presentar y, de acuerdo con una planilla que él aportó, la mayoría de las veces se ofertaba con un sobreprecio en torno a un 20%. También dijo que cuatro o cinco empresas tenían que “acompañar” al adjudicatario, para simular competencia.
Estimó que, en el ámbito de ‘la Camarita’, el monto “bien pudo llegar a los US$30.000.000”.
Los 191 casos de coimas leídos en la audiencia de hoy se reparten entre más de 40 empresarios. Algunos de ellos son: Luis Losi y Gabriel Pedro Losi; Juan Manuel Collazo (Helport); Jorge Sergio Benolol (JCR); Cristóbal Manuel López, Osvaldo Manuel De Sousa, Carlos Fabián De Sousa (CPC); Aldo Benito Roggio, Ricardo Santiago Scuncia y Hugo Alberto Dragonetti (Panedile).
También Mario Ludovico Rovella; Julio José Paolini; Juan José Luciano; Angel Jorge Antonio Calcaterra y Santiago Ramón Altieri (Iecsa); Gerardo Luis Ferreyra y Osvaldo Antenor Acosta, Ricardo Repetti (Vialco); Carlos Guillermo Enrique Wagner y Miguel Marcelino Aznar (Decavial); Marcela Edith Sztenberg y Silvio Mion (Equimac).





