El Presidente va confiado a la reunión con los gobernadores
NUEVA YORK (De un enviado especial).- "Es increíble, el «Gringo» y los gobernadores les decían a los inversores lo mismo que yo", se sorprendió Mauricio Macri en un comentario a sus colaboradores tras las reuniones con empresarios.
En su regreso a la Argentina, y luego de hablar largo y tendido con cuatro de ellos, todos opositores (el peronista Juan "Gringo" Schiaretti, de Córdoba; el socialista Miguel Lifschitz, de Santa Fe; el también justicialista Gustavo Bordet, de Entre Ríos, y Omar Gutiérrez, del MPN de Neuquén), el Presidente aguarda la reunión con gobernadores de hoy al mediodía en Casa Rosada con moderado optimismo. "Coinciden en que hay que bajar la inflación, reducir el déficit, bajar impuestos para disminuir la evasión, congelar el gasto", repasan cerca del Presidente. En el Gobierno creen que las diferencias en temas como la reforma laboral son subsanables. "En el 90% de las cosas están de acuerdo. El 10% se puede conversar", afirman.
El Presidente es rígido con la eliminación de Ingresos Brutos que pide a las provincias. "No es negociable", dicen, lacónicos, quienes negocian con los 23 gobernadores y el jefe de gobierno porteño.
Según anticipó LA NACION, los gobernadores estarían de acuerdo con "revisar" la eliminación del tope del Fondo del Conurbano que pide la gobernadora María Eugenia Vidal, pero quieren otras concesiones en el reparto de fondos.
Además del encuentro con los mandatarios, Macri tiene a su regreso varios temas por resolver. Uno es el sucesor o sucesora de Alejandra Gils Carbó. "Va a ser alguien con conocimientos de derecho", afirman en el Gobierno, y descartan a Elisa Carrió. "No creo que quiera salir todos los días de Exaltación de la Cruz y venir a esa oficina. Ella está muy bien donde está", contesta un funcionario.
La "ola de reformismo permanente" de la Casa Rosada parece estar recién comenzando, y nadie descarta que el Presidente haga otros cambios en el gabinete, luego de echar a los titulares de Salud, Jorge Lemus, y de Agroindustria, Ricardo Buryaile. "Cada vez que vea que alguien no está a la velocidad que pretendo y sienta que se cumplió una etapa, lo voy a pensar", habría sentenciado Macri. No hay por ahora cambios inminentes. Sergio Bergman, ministro de Ambiente, uno de los que estaba en duda, no correría riesgos.
En lo judicial, a Macri le dura el enojo por la difusión de imágenes de Amado Boudou en jogging y semidormido, con un oficial de policía leyéndole la orden de detención. "Fue innecesario", repite. Espera el informe que le pidió a Marcos Peña sobre el caso. Del Presidente para abajo, pretenden que el kirchnerismo y sus desventuras judiciales no sean otro motivo para que culpen al Gobierno por inmiscuirse en la Justicia.
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