Galtieri, una "irritante" reaparición
Así la definió Corach, en un cambio de postura del Gobierno; preocupación por el impacto en Londres.
Mientras las críticas reacciones ante la reaparición pública del ex presidente de facto teniente general (R) Leopoldo Fortunato Galtieri amenazaban con provocar una onda expansiva que alcanzara la visita del canciller Guido Di Tella a Londres, el Gobierno emitió ayer una nueva señal en sintonía con los objetivos de la diplomacia argentina.
El ministro del Interior, Carlos Corach, evaluó que la presencia de Galtieri en el acto militar celebratorio de la Revolución de Mayo, encabezado por el jefe del Ejército, teniente general Martín Balza, fue "irritativa" para la clase política y para la sociedad argentina.
Corach opinó que la presencia de exponentes del último gobierno de facto en actos públicos "debería evitarse".
Horas antes, su par de Defensa, Jorge Domínguez, había justificado la reaparición del controvertido militar en pos de la "nueva etapa de reconciliación en que está embarcada la Argentina". Y el propio Balza había explicado que el Ejército "tiene por norma invitar a generales retirados" a sus actos, como el que se realizó en el Edificio Libertador.
En el Congreso se produjeron ayer claras muestras de rechazo a la postura inicial del Gobierno. El diputado radical Marcelo Stubrin presentó un pedido de informes para que el Ministerio de Defensa fundamente las razones de la presencia de Galtieri en la sede del Ejército.
"Es contradictoria la postura del Gobierno. Un ministro (por Di Tella) intenta en Londres mejorar la relación con los isleños, y otro ministro en Buenos Aires (por Domínguez) justifica a Galtieri, quien en la visión de los británicos es el invasor, el primer responsable de la guerra", dijo a La Nación el diputado frepasista Carlos Raimundi.
El legislador integró la delegación argentina que la semana última viajó a Gran Bretaña para conversar con sus pares británicos sobre las Malvinas y como avanzada de la comitiva que en estas horas encabeza el canciller.
Para referentes del oficialismo, la reaparición pública de quien llevó al país al conflicto bélico con Gran Bretaña, en 1982, "puede tener una importante repercusión, especialmente en el ánimo de los isleños y en su buena voluntad para terminar con los viejos recelos".
Fuentes de la Casa Rosada consultadas por La Nación coincidieron en que el militar (que tiene un proceso abierto en España y es investigado en la causa del robo de bebes durante la dictadura militar, que impulsa el juez Adolfo Bagnasco) "no tiene ninguna incidencia en la política del país". Aunque admitieron que su aparición "no es buena para la imagen argentina en momentos en que se está tratando de que los isleños nos vean de otra manera".
Destitución frenada
Desde la Federación de Veteranos y Ex Combatientes de Malvinas, uno de sus directivos, César González Trejo, sostuvo que "el Gobierno está mostrando contradicciones" al aceptar la reaparición pública de Galtieri al mismo tiempo que conversa con los isleños, en Londres. Galtieri nunca fue destituido, pese a que hubo una sentencia en ese sentido del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, ratificada por la Cámara Federal porteña en octubre de 1988, por la que lo condenaron, en el llamado juicio por la Guerra de Malvinas, a 12 años de prisión y a la destitución del estado militar.
Ayer, la confusión era generalizada y quedó reflejada, entre otros, en Julio César Strassera, ex fiscal en el juicio a las juntas militares, que reconoció: "La misma duda la tengo yo. ¿Cómo es posible que si fue condenado a la destitución nunca se haya hecho efectiva?" Galtieri fue condenado en ambos tribunales por "negligencia" e "impericia" en la conducción de la guerra en el Atlántico Sur. Sus abogados apelaron ante la Corte Suprema de Justicia a fines de 1988, pero el indulto respectivo de Carlos Menem llegó en octubre de 1989, antes de que el máximo tribunal dictara sentencia. Por este motivo, al ser indultado cuando todavía no tenía sentencia firme, nunca se hizo efectiva la destitución.
"Si Galtieri está retirado y no destituido no fue por una decisión del Ejército sino del poder político. Y el Ejército se subordina al poder político", justificaban ayer desde la cúpula de la fuerza.
En el Edificio Libertador
"La misma imagen que tiene la sociedad de Galtieri la tenemos nosotros, los militares: en el balcón de la Casa Rosada, lejos del conflicto y mandando a muchísimos chicos a la Guerra de las Malvinas", dijo a La Nación un teniente coronel en actividad al referirse a la presencia del ex presidente en el tradicional acto del Ejército por el 25 de Mayo.
El saludo de Galtieri al titular de la fuerza, estrictamente protocolar, según fuentes allegadas a Balza, provocó que se acusara a éste de tener una actitud contradictoria, ya que por un lado es el principal crítico de los comandantes del Proceso y, por el otro, le dio la mano a uno de ellos.
"Lo cortés no quita lo valiente. Si Balza no le hubiera dado la mano hubiera quedado como un maleducado. Galtieri fue invitado porque está en la lista que tiene Ceremonial de los generales retirados", dijo la fuente del Edificio Libertador.
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