La Pampa: la oposición denuncia el uso electoral de programas destinados a la economía informal

La cuenta regresiva hacia las elecciones legislativas de noviembre está en marcha y el peronismo se encuentra decidido a revertir la derrota sufrida en las PASO en varias de las provincias consideradas clave. El foco está puesto, sobre todo, en los ocho distritos donde se elegirán senadores nacionales. Uno de ellos es La Pampa, donde se supo ayer que el gobierno del peronista Sergio Ziliotto resolvió subsidiar a los vecinos deudores a quienes se les cortó el servicio del gas.

Tal como informó LA NACION este jueves, desde el lunes se forman largas filas de santarroseños frente al ministerio de Desarrollo Social provincial en busca de solucionar sus facturas impagas. Según indicaron desde el gobierno pampeano, es un programa que está destinado para la población “de más bajos recursos”, que recibe una ayuda para recuperar el servicio. “Los subsidios son de 5.000 y 10.000 pesos”, informaron funcionarios de la cartera.

Las críticas de la oposición provincial no tardaron en llegar. “Es una vergüenza que La Pampa haya adherido al ‘plan platita’. Están desesperados por conseguir los votos y piensan que de esa manera los pampeanos vamos a ceder”, indicó el diputado nacional por La Pampa y candidato de Juntos por el Cambio, Martín Maquieyra.

En ese sentido, los dirigentes opositores también denuncian un uso electoral de programas que forman parte de la gestión. Es que, hace dos semanas, el intendente kirchnerista de Santa Rosa, Luciano di Nápoli, hizo entrega de distintas herramientas de trabajo a personas de la economía informal: hornos pizzeros industriales, freidoras, amasadoras, máquinas de coser, kits de herramientas para decoración de uñas y manicura, herramientas e insumos para peluquería, herramientas de trabajo para jardinería, entre otros.

Fue el pasado 7 de octubre, durante un acto a la vera de la Laguna Don Tomás de la capital provincial, en el marco del programa Banco de Herramientas, Materiales e Insumos para la Emergencia Social, que forma parte, a su vez, de un acuerdo entre la provincia y Nación “para el desarrollo de iniciativas productivas o de servicio”. La medida tuvo una inversión total, según se informó oficialmente, de $11,3 millones de pesos. “En vez de hacer noticias con sus acciones de campaña, manipulan información para desprestigiar”, apuntaron a LA NACION desde el oficialismo provincial.

En Juntos por el Cambio, por su parte, remarcan además la demora en la entrega de la maquinaria. Al punto de que, según relatan, “hay vecinos que hace dos años que están anotados en el programa, pero que recién ahora están recibiendo lo que les prometieron”. “Se ha generado mucha bronca en la gente que tiene la necesidad y que obviamente va y busca la maquinaria”, señaló Maquieyra. Y agregó: “Muchos nos escriben y nos dicen que igual nos van a votar a nosotros, ya que sienten que les están faltando el respeto”.

A pesar de contar con menos del 1% del padrón del país, los 280 mil pampeanos habilitados para votar serán determinantes: de repetirse el resultado de las PASO, la vicepresidenta Cristina Kirchner podría perder el quorum propio en la Cámara alta, un escenario que complicaría el futuro de la gestión de Alberto Fernández.

La derrota del PJ pampeano sorprendió a propios y extraños. El pasado 14 de septiembre, la boleta única del Frente de Todos cosechó el 38,2% de los sufragios. Son unos 20 mil votos menos que la sumatoria de las cinco listas que compitieron en la interna de Juntos por el Cambio, que alcanzaron un 48,7%. Un golpe muy duro para la fuerza política que gobierna la provincia desde el retorno de la democracia.

Así y todo, un antecedente titila en la memoria de los dirigentes oficialistas y les permite soñar: en 2017, el peronismo también había quedado 10 puntos abajo en las PASO, pero en las generales logró darlo vuelta. La diferencia a favor terminó siendo irrisoria: 76 votos. Hoy, sin embargo, la situación parece ser otra.