La protesta callejera mostró la confluencia entre movimientos oficialistas y opositores

La movilización callejera de este jueves puso de manifiesto la confluencia entre movimientos sociales opositores y oficialistas a la hora de plantearle reclamos al Gobierno. Se cruzaron en el Congreso y la Plaza de Mayo, con pedidos en la misma sintonía, los grupos alineados con el Frente de Todos, como la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), y los enfrentados con el oficialismo, como los grupos izquierdistas de la Unidad Piquetera. Con la exigencia de un ingreso de emergencia como denominador común, escenificaron una alianza heterogénea que ya habían anticipado ayer, en asambleas barriales compartidas, y que se reeditará mañana y la semana que viene, con reuniones y una nueva movilización.

Por el bando oficialista de los movimientos sociales, ayer estuvieron en el Congreso y en la Plaza de Mayo dirigentes que integran la UTEP, como Juan Grabois (Movimiento de Trabajadores Excluidos); referentes del Movimiento Evita como Esteban “Gringo” Castro, Fernando “Chino” Navarro y Gildo Onorato; o de la Corriente Clasista y Combativa, como el diputado Juan Carlos Alderete, entre otros. Del lado opositor, Eduardo Belliboni (Polo Obrero), Mónica Sulle (MDT-Teresa Vive) y Silvia Saravia (Libres del Sur) fueron algunos de los principales referentes.

Grabois dijo en la marcha que “los reclamos son muy parecidos” y planteó coincidencias con el pedido de un bono extraordinario que hacen los piqueteros de izquierda. Los montos difieren en $5000: Grabois reclama un refuerzo de $15.000; la Unidad Piquetera, de $20.000.

Con la coincidencia en las calles (hubo fotos conjuntas entre los dirigentes y respaldo a los discursos), Belliboni les pidió a los movimientos sociales oficialistas despegarse de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner. “Llamamos a las organizaciones sociales a romper con el Gobierno y salir a la calle”, dijo el líder del Polo Obrero, el brazo piquetero del Partido Obrero.

“No es menor que la UTEP o que Grabois hayan venido y que nosotros hayamos ido. No es menor que mañana [por este viernes] tenemos una reunión para ver cómo seguimos”, señaló Sulle. Esa reunión definirá una nueva marcha en la que confluirán los sectores afines y contrarios al Gobierno, para reclamar contra recientes allanamientos en sedes de comedores comunitarios y volver a pedir un refuerzo de ingresos.

El 20 de julio, además, los grupos que responden a Grabois y los de izquierda marcharán contra las medidas que anunció la ministra de Economía, Silvina Batakis.

Onorato marcó coincidencias, aunque con alguna diferencia. Dijo que algunos de los dirigentes de la UTEP estarían en la Plaza de Mayo (adonde convocó la izquierda) como “gesto solidario”, pero que “no hay confluencia política”.

También existen diferencias en torno a un reclamo central: Grabois y algunos referentes de organizaciones oficialistas demandan al Gobierno la aplicación de un Salario Básico Universal, que se prevé en unos 16.000 pesos, aunque hay más de una propuesta. La idea fue replicada por Cristina Kirchner y defendida por dirigentes de La Cámpora, luego de que la vicepresidenta repudiara la “tercerización” de la acción social del Estado en manos de las agrupaciones piqueteras.

Para la Unidad Piquetera y algunos grupos oficialistas, ese Salario Básico Universal importa un retroceso frente a las cooperativas del Potenciar Trabaja (que perciben unos 22.000 pesos) y ordenan el trabajo en los barrios, pero entienden también que es la punta de lanza del kirchnerismo para eliminarlos de la ecuación y desfinanciar a las organizaciones.

El alineamiento de los movimientos sociales se había bosquejado anteayer. En el hall de la estación Plaza Constitución, Grabois y Belliboni compartieron una asamblea con críticas a las medidas del Gobierno.

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