Con Manzur, y en el despacho de De Pedro, se reunió por primera vez la mesa de campaña bonaerense con Kicillof, Insaurralde, Máximo y Massa
Hicieron un primer análisis de la derrota; con el cambio de gabinete salió Cafiero e ingresó el flamante jefe de Gabinete; en paralelo, el Presidente recibió a Cafiero, Todesca y Kulfas por la tensión en el Mercosur
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El cambio de piezas llegó a la campaña. Sin Santiago Cafiero y con Juan Manzur como flamante incorporación volvió la mesa política. Por primera vez desde el terremoto electoral de las PASO, los principales popes del Frente de Todos mantuvieron una cumbre para analizar los números de la derrota en todo el país y delinear los primeros pasos de cara al 14 de noviembre.
Si bien buscan generar un cambio de clima social a fuerza de anuncios económicos, en el gobierno ya aceptan que las medidas que se lanzaron y que se presentarán en los próximos días, no tendrán efecto antes de las elecciones de noviembre próximo. Ya no hay tiempo.
En el encuentro, en el despacho del ministro del Interior, Eduardo de Pedro, en la planta baja de Balcarce 50, estuvieron el ministro coordinador; el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; el jefe del bloque oficialista en la Cámara baja, Máximo Kirchner, y fue el debut para otra de las nuevas incorporaciones: el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde.
Ahí se resolvió que cada gobernador será su propio jefe de campaña, en un esquema en el que se provincializará la campaña y nacionalizará la gestión. Habrá acompañamiento del gobierno nacional, pero la estrategia será la definan los mandatarios provinciales.
El segundo dato significativo fue que la reunión se realizó en la Casa Rosada, hasta ahora era en la gobernación; más precisamente en el despacho del ministro del Interior, quien con su renuncia abrió una crisis política de la que el oficialismo aún pelea por salir. Una señal de fortaleza en medio de la tensión que atraviesa la relación entre el presidente Alberto Fernández y De Pedro, uno de los líderes de La Cámpora.
Cuando restan 47 días para la elección, la principal preocupación está centralizada en la performance electoral en la provincia de Buenos Aires, donde el Frente de Todos perdió por cinco puntos contra Juntos, boleta que encabezó Diego Santilli. Gran parte de los esfuerzos estarán volcados a convencer a la gente de que vaya a votar.
Así, la Casa Rosada se convirtió esta mañana en el epicentro de reuniones y encuentros varios. A unos 50 metros, en el primer piso, en el despacho presidencial, Alberto Fernández mantuvo una reunión de trabajo focalizada en la tensión que atraviesa el Mercosur con el canciller Santiago Cafiero; el ministro de Economía, Martín Guzmán; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y la secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca.
Los diferentes encuentros se dan en vísperas de que se comuniquen nuevos incentivos económicos de cara a las elecciones generales de noviembre y cuando se trabaja fuerte sobre el proyecto de ley de presupuesto 2022, lo que despierta grandes diferencias al interior del Gobierno.
La campaña en vistas a las elecciones generales de noviembre próximo se reanudará este jueves y para eso se trabaja en el delineado de los últimos puntos sobre cómo enfocarla. El oficialismo viene de sufrir una dura derrota en las primarias, a lo que le siguió una crisis interna que incluyó renuncias y cambios en el gabinete.
Gestión, cepo a la exportación de carnes y ley agroindustrial fueron solo algunos de los temas que se tocaron en los diferentes encuentros de hoy, algunos de los cuáles todavía se siguen desarrollando, según pudo saber LA NACION. En ese escenario, y tras una primera semana en la que buscó transmitirse hiperactividad y un reordenamiento de la gestión, llegó este martes la jornada de encuentros.
La casa de Gobierno, a la que el Presidente llegó acompañado de la primera dama, Fabiola Yañez, fue hoy también sede del encuentro y la conferencia de prensa de Manzur, De Pedro, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, y el gobernador santafesino, Omar Perotti. Allí anunciaron el refuerzo de las fuerzas federales en Rosario.
Por la tarde, solo acompañado por un puñado de colaboradores, el jefe del Estado partió en camioneta rumbo a Lanús donde lo aguardaban cooperativistas. Ahí volvió a repetir el ritual de los últimos días, escuchar los reclamos sin intermediarios.
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