La tira "Montecristo" triplicó las consultas sobre identidad
Tras ver la telenovela, muchos jóvenes se acercan a las Abuelas de Plaza de Mayo
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La ficción puede tener efectos impensados sobre la realidad: la telenovela "Montecristo" provocó que se triplicaran las consultas de cientos de jóvenes que se acercan a la sede de Abuelas de Plaza de Mayo porque tienen dudas sobre su identidad.
La exitosa tira, que bate récords de rating cada noche en la pantalla de Telefé, aborda el tema de los desaparecidos durante la dictadura.
"Montecristo" es una actualización de la novela de Alejandro Dumas. El guión televisivo aprovecha la historia de amistad y de traición para enfocarse en uno de los momentos más oscuros de la historia reciente: el robo de bebes durante el proceso.
La empatía con sus personajes fue la causa principal por la que, en los últimos cuatro meses, aumentaron sensiblemente las presentaciones espontáneas de chicos nacidos entre 1976 y 1983 que no saben quiénes son sus verdaderos padres, según contaron a LA NACION voceros de la entidad.
Buscarita Roa, una Abuela de Plaza de Mayo, está conmovida. "Esto es un boom. Acá vienen chicos y me dicen: «Vi la novela y no pude dormir en toda la noche». El programa está movilizando a nuestros nietos", expresó. Está doblemente satisfecha: es querellante en el juicio contra Julio Simón, alias el "Turco Julián", a quien la Justicia convirtió anteayer en el primer condenado a 25 años de prisión por crímenes de la dictadura tras la anulación de las leyes del perdón.
La actividad en Abuelas es tan febril en estos días que quienes quieran pedir una audiencia deben hacerlo con dos o tres semanas de anticipación.
La sede es una antigua casona ubicada en Virrey Cevallos al 500, donde los teléfonos no paran de sonar. Allí se recibe a un promedio de 50 jóvenes por mes, tres veces más de lo que ocurría en los últimos inviernos.
"Estamos muy contentas y agradecidas con esta tira porque nos está ayudando a encontrar más nietos", dijo a LA NACION, con una amplia sonrisa, la titular de Abuelas, Estela Carlotto.
Vivir sin identidad
Ya son 83 los jóvenes que luego de realizarse estudios de ADN recuperaron su verdadera identidad. En Abuelas todavía buscan a más de 400 jóvenes que vivirían sin saber que son hijos de desaparecidos.
Tanto guionistas como actores acudieron a Abuelas para componer los personajes y la historia, que combina amor y venganza con el drama de las familias rotas por la dictadura.
"«Montecristo» es un reflejo de mi historia", confió Pedro Nadal, que recuperó su verdadero nombre y parte de su familia biológica a fines de 2004, cuando se enteró de que había sido un bebe apropiado por un policía de la Brigada de Investigaciones de Quilmes.
Nadal tiene 31 años, casi dos metros de altura y la voz dulcificada. "La tira hace carne el tema de la duda y de la culpa y todo la red de ocultamiento que rodea al chico apropiado", explicó.
Se lo nota entusiasmado: "Si uno de los 400 chicos que viven con su identidad cambiada se llega a sentir tan identificado como yo con la novela, y se anima a dejar el miedo atrás, sería un golazo".
En la tira, Santiago Díaz Herrera (Pablo Echarri) es traicionado por su mejor amigo, Marcos Lombardo (Joaquín Furriel), que consiente su asesinato para quedarse con su amada Laura (Paola Krum). Laura desconoce su verdadera identidad: es hija de desaparecidos, criada por un represor. Además, se disputa el amor de Santiago con Victoria (Viviana Saccone), su propia hermana, que la busca desesperadamente desde hace muchos años.
Carlotto elogia la manera en que está abordado el conflicto en la tira, con "respeto y humanidad". Varias escenas fueron filmadas en la sede de Abuelas. "A nosotras nos muestra como personas abiertas y sensibles, no como cazadoras de presas", señaló.
Carlotto también está muy satisfecha con el tratamiento del tema porque -según opinó- "rebate la teoría de los dos demonios", tradicionalmente rechazada por los organismos defensores de los derechos humanos. Esa hipótesis sostiene que la lucha contra el terrorismo fue una guerra en la que los grupos subversivos y las Fuerzas Armadas del Estado tuvieron la misma responsabilidad.
Y, pese a la sorpresa de todos por la repercusión que tuvo "Montecristo", el sociólogo Luis Alberto Quevedo afirmó a LA NACION que "hay toda una tradición en América latina de utilización de una novela para tratar problemas sociales, por ejemplo, temas de salud o de violencia familiar".
Contexto político
Quevedo, que es investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), dijo que "hoy hay un contexto político propicio para aceptar esta historia" y destacó, además, "el reconocimiento social que tiene Abuelas".
Y ensayó una explicación del "efecto «Montecristo»": "La novela coloca el tema de los hijos raptados en términos humanos de emotividad; eso le da mucha más fuerza que a un relato puramente político. La televisión siempre les habla al corazón y a las pasiones, antes que a la razón".
Las autoridades de Telefé están felices con el rating y con las repercusiones. "El entretenimiento no es incompatible con el compromiso. El espíritu de este proyecto es tocar las fibras de una sociedad golpeada", dijo Claudio Villarruel, director artístico del canal.
"El tema de la identidad, abordado desde múltiples facetas en «Montecristo» es un tema aún pendiente para los argentinos", agregó la subdirectora artística, Bernarda Llorente.
En Abuelas de Plaza de Mayo están exultantes con el "efecto Montecristo". Es, dicen, la propaganda más eficaz que tuvieron hasta ahora. Para continuar su batalla contra la impunidad y con la intención de recuperarlos a ellos, "sus" nietos.





